El presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, el pasado viernes 30 de septiembre de 2022, en el Salón San Jorge del Palacio del Kremlim, en la ciudad de Moscú, pronunció un discurso de alta calidad política, digno de aplausos de toda la humanidad sensata que, sin importar su ideología, no podrá ignorar las numerosas gestiones, proposiciones concretas y declaraciones precisas que el dirigente ruso ha venido haciendo desde que se firmaron los acuerdos Minsk (I y II), en Belarús, para encontrar fórmulas de convivencia pacífica con Ucrania, después del golpe de Estado de 2014 contra el presidente ucraniano, Víktor Yanuzkovic. El discurso ha sido por la estabilidad internacional y en contra de los pérfidos planes de Estados Unidos (EE.UU.), el Reino Unido (RU), la Unión Europea (UE), que establecen una divisoria peligrosa que obstaculiza el afianzar de la paz y la seguridad mundiales. 

El discurso de Putin se dio con la asistencia de las representaciones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie, territorios cuyos referendos del 23 al 27 de septiembre de 2022, resultaron aprobatorios para la adhesión a la Federación de Rusia. Se trata, pues, de una firme respuesta de esas regiones del Donbass, de Jersón y Zaporozhie, para protegerse de la constante agresión por parte de las tropas nazifascistas de Ucrania contra sus poblaciones civiles. Los continuos ataques y bombardeos de las hordas nacionalistas ucranianas, han producido la muerte de inocentes mujeres, hombres, ancianos y niños en esos territorios que se liberaron del régimen de Kiev. 

Putin no albergó la menor duda de denunciar duramente al orden mentiroso de  supresión y explotación de Occidente, cuyo sistema financiero mundial es un arma de destrucción masiva que domina EEUU en el que dicta reglas a sus antojos, así poder asediar al mundo y en mayor medida a toda Europa. Por ejemplo tenemos, las sanciones económicas impuestas a Rusia por EE. UU., RU y la UE, que se les han convertido en un búmeran. La flagrante violación del Derecho Internacional (DDII) por parte de Occidente basta para provocar muertes por hambre, pobreza y enfermedades tan letales como el coronavirus; según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por enfermedades prevenibles o curables cada año mueren más de 12 millones de niños. Esto en un paso más hacia la divisoria peligrosa que impide afianzar la paz y la seguridad mundiales.  

Quien ha podido analizar con imparcialidad los hechos citados por Putin, podrá contestar –al leer su discurso- a la aseveración que le sirve a este comentario. No le costará mucho trabajo darse cuenta de quiénes engañan a la opinión pública mundial, por sus inconsistencias, es EE. UU. y sus sumisos seguidores mediante noticias falsas (fake news).       

J. J. Álvarez