02/04 /2024-. Decía Jorge Luis Borges que “de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación”.

Y desde el libro se pueden plasmar otros artilugios maravillosos, incluso, pensar en tiempos futuros como en las novelas de ciencia ficción o vislumbrar paralelos mundos a través de los relatos fantásticos. En la poesía, se pueden construir sueños con figuras que parecen imposibles:

           Cuando

        Cuando escuches el canto de los alacranes, el gemido de las salamandras inflamadas, la tormenta oculta en las caracolas: llegó la hora de recogerte, de postrarte ante la inmensidad finita, de ocultar tu aliento tras una telaraña de vacío.

En la lúdica de los versos, es inexistente el “no puedo”, tampoco lo “inalcanzable”, mucho menos algo “irrealizable”, ya que sus límites están posados en dirección al infinito:

Aldea distante

                   Vistos en la noche, somos la aldea distante tras cuyo quieto

          resplandor se oculta la eternidad.

En los torrentes del alma navegan profundos sentimientos. Es la vida que produce poesía, son los afectos entrañables que dispensan la belleza. Es así como vuelo de la palabra alcanza insondables espacios en Passarola, obra editada por la Fundación Editorial El perro y la rana.

La sintaxis creativa de Armando José Sequera examina los bordes del delirio. Su verbo, sujeto y predicado edifican crónicas lumínicas, ideas letradas sin ningún tipo de lapso:

Tenue presencia infinita

                   Mosaico de sueños, resplandor lúcido. Con nobles y vetustos colores plasmo en el tiempo trazos de agua y arena.

           Nudos de silencio, nubes de vacío, se han deshecho. Urden la trama que desarrollo. Legiones de sombras perecieron para darme esta victoria parcial, esta tenue presencia infinita.

Sequera, escribe interludios y estertores. Inventa lenguajes quinestésicos, diseña esquemas corporales para el espíritu de los cielos:

Aquel que cae

                    Para no morir con la muerte, un hombre siembra sus huellas, arroja el lastre que lo ata a la tierra, parte al encuentro de secretos resplandores. Frente al océano de los sueños, debe quemar sus naves, alzar una muralla de llamas entre él y las debilidades.

              No hay que temer al vértigo ni a la caída: solo aquel que cae se hace horizonte con el horizonte.

Las composiciones de Armando José Sequera en Passarola son una puerta al desplazamiento contemplativo. El poeta en su solemnidad nos inserta en la llama del misterio, enigma reservado a ojos soñadores para eyectarnos al corazón de la entelequia.

Ricardo Romero Romero | @ItacaNaufrago |artedeleer@yahoo.com

Armando José Sequera (Caracas, 1953)

Escritor, periodista, promotor cultural, conferencista y guionista de radio. Es autor de más de setenta títulos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido diversos premios literarios internacionales, entre ellos el de la Casa de las Américas (La Habana, Cuba, 1979); Diploma de Honor IBBY (Basilea, Suiza, 1996), ambos con la obra Evitarle malos pasos a la gente. A escala nacional se ha hecho acreedor de diversos premios, entre los que destacan la Bienal de Literatura Mariano Picón Salas en dos oportunidades: la primera, en la mención narrativa Salvador Garmendia, obtenida con la novela La comedia urbana (2001) y la segunda, en la mención crónica (2005), recibida por el libro Funeral para una mosca, y la Bienal Latinoamericana Canta Pirulero (Valencia, Venezuela, 1998), esta última con el libro Teresa. (Tomado de http://www.elperroylarana.gob.ve/).

Sequera, A. J. (2018). Passarola. Colección Poesía Venezolana (Contemporáneos).Fundación Editorial El perro y la rana.

Descárgalo gratis:

http://www.elperroylarana.gob.ve/passarola/