Comentarios noticiables | El terrorismo de la ultraderecha venezolana

Práctica alucinante

06/04/2024.- En ejercicio de la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela, el Consejo Nacional Electoral (CNE) adoptó la fecha 28 de julio de 2024 para realización de la elección del cargo a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela para así garantizar al pueblo venezolano la participación y protagonismo en el ejercicio de su soberanía. El CNE tiene como principios, la igualdad, confiabilidad, transparencia y eficiencia del venidero proceso comicial del que se tiene dicha fecha, cronograma electoral, 13 candidatos inscritos, uno oficial para la segunda reelección y los restantes opositores.

La defensora a muerte de la política exterior de Estados Unidos (EE. UU.) en Venezuela, María Corina Machado, inhabilitada legalmente, al parecer, después de conocerse la inscripción de la candidatura de Manuel Rosales a la Presidencia de la República ante el CNE, le jugaron kikiriguiki. Ella que intentó convencer a Rosales para que no se lanzara y apoyara a su candidata Corina Yori, una señora de 80 años, a la que dejaron con los crespos hechos por no cumplir los requisitos establecidos por el CNE. Frustrados todos sus esfuerzos por enrumbar sus pretensiones políticas en dirección a la unión de la derecha, María Corina Machado no ha tenido otra salida que seguir conspirando partiendo de un cuadro que se le pudiera llamar una delictiva actividad terrorista que sin hacerse un juico cerebral para calificarla revela un alto grado de sensibilidad con EE. UU. para desestabilizar el proceso de elección presidencial que culmina el 28 de julio de 2024.

El día lunes, 25 de marzo de 2024, fueron capturados Jerry Ostos Perdomo y Carlos Castillo, correligionarios de la inhabilitada María Corina Machado, lideresa sediciosa del grupo político Vente Venezuela, portando armas de fuego (pistolas italianas Beretta), en actitud sospechosa a escasos 20 metros de la tarima presidencial desde donde el candidato Nicolás Maduro tenía programado dirigirse a la gran movilización de simpatizantes que lo acompañaba para inscribirse en el CNE. Sin embargo, ese intento de agresión contra la integridad física del jefe del Estado, Nicolás Maduro, se pudo evitar gracias a la actividad operativa y de investigación de los órganos y entes competentes que identifican, previenen y neutralizan toda actividad interna o externa que pudiera ser ejecutada por cualquier factor que pretenda atentar contra la seguridad, la soberanía nacional, el orden constitucional y las instituciones democráticas del país.

En Maturín, anterior a esta situación habían sido detenidos Whillfer José Piña Asuaje y Renzo Estibenz Flores, de la Causa R, por publicar amenazas e incitar al magnicidio del presidente Nicolás Maduro cuando cumplía una visita a esa ciudad el día lunes 11 de marzo de 2024. Reclutar 50 militares para robar vehículos y armas de fuego para perpetrar un golpe de Estado contra el presidente de la república Nicolás Maduro y actual candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de otras organizaciones políticas, era el objetivo.

¿Cómo? Los fracasados intentos de atentados al jefe de Estado Nicolás Maduro integran un caso típico de terrorismo.

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El terrorismo no tiene que inventarlo la ultraderecha venezolana. Lo tienen como bandera, lo han asumido con su filosofía fascista de atropello a los derechos humanos de sus rivales venezolanos, lo cual constituye una muestra de sus fallas que pueden ocurrir en cualquier momento y bajo cualquier forma.

En la tormentosa historia de la oposición se han producido cientos de hechos grandes y pequeños que son genuinos, productos del culto a la violencia y al terrorismo absurdo e irracional.

Para mencionar dos casos de terrorismo, de los tantos que existen. Han muerto el mayor Eliézer Otayza, asesinado el 25 de abril de 2014, y el diputado Robert Serra, asesinado el 1 de octubre de 2014. El terrorismo está ahí en el seno de la ultraderecha de Venezuela como resultado de una práctica alucinante carente de realismo. Este comentario alerta a la opinión pública nacional frente a estos actos hostiles y sobre las graves consecuencias que pudieran provocar en el territorio venezolano.

J. J. Álvarez 

 

 

 

 


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