Retina | Delincuencia superior
08/04/2024.- El ladrillo más básico para la comprensión de la sociedad es si los integrantes de la humanidad somos naturalmente iguales o no lo somos. Si nacemos iguales o no.
Una respuesta inteligente a esta cuestión es aquella que señala que todas y todos somos distintos y distintas. Es una respuesta irrebatible y, a la vez, una visión que nos iguala. Somos igualmente distintas y distintos. Es una respuesta tan buena que puede eludir el aspecto central del tema en cuestión, porque el ladrillo básico del que hablamos, el de la comprensión de la sociedad, es social y no biológico. La igualdad que indagamos es social y, por tanto, política.
Con la base en las grandes propuestas ideológicas está la respuesta a esta cuestión. Evidentemente, la izquierda ha asumido siempre que la humanidad es igualitaria, que la sociedad crea diferencias que permiten la opresión y la explotación de la mayoría de las personas. Dada esta igualdad básica, el imaginario de la izquierda asume valores de solidaridad, democracia, derechos humanos, atención pública y propiedad colectiva.
La derecha, en otra perspectiva, prefiere como respuesta la que indica que nacemos como seres inferiores o superiores. Asume que hay gente inferior que solo puede ser dirigida por la gente superior. Es una idea que avanza con elaboraciones en las que los 'seres superiores" tienen como responsabilidad ética la de “ayudar” y “conducir” a seres que nacieron con capacidades inferiores. En esta dirección es comprensible que sus valores sean propiedad privada, individualismo, caridad, dominio de “la gente más ilustre y decente” y la represión para mantener a raya a esas mayorías que, consideran, no tienen la capacidad para saber qué les conviene.
Si observamos bien estas diferencias, podemos comprender por qué la derecha apoya todas las medidas dictatoriales y antipopulares que ejecuta la derecha, mientras que presiona permanentemente a la izquierda para presentar cualquiera de sus acciones como si fueran autoritarias. Les hemos visto aplaudir invasiones y exterminios. Podemos observar hoy a venezolanas y venezolanos en Argentina elogiar medidas represivas, autoritarias, discriminatorias y xenofóbicas, como si representaran lo más avanzado del pensamiento político actual. Es por ello que a la derecha le parecen bien las acciones del más absoluto irrespeto a las normas de convivencia internacional, como el robo de Conviasa por parte de Argentina y Estados Unidos, o el asalto a la embajada de México en Ecuador. En sus cerebros “superiores” se trata de acciones realizadas por la gente de bien, la que debe mandar, en contra de la gente que debe estar obedeciendo y no mandando.
Freddy Fernández
@filoyborde
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