Cine para llevar | El morbo de las biopics
En las biopics el elemento fundamental a destacar es la tragedia
19/04/2024.- No tengo ganas de ver Back to Black (2024) la película sobre la vida de Amy Winehouse que acaba de estrenarse. Admito que tengo múltiples prejuicios. Durante los últimos años he soportado un sinfín de biografías que retratan a cantantes, escritores y actores desde una perspectiva que los ridiculiza y denigra.
Es verdad que la mayoría de esos famosos han sido personas con muchos problemas de toda índole, cuyas vidas han finalizado en tragedia y a destiempo. Sin embargo, su celebridad no se la deben a sus escándalos y conflictos personales.
Whitney Houston, por ejemplo, no fue una adicta al alcohol y las drogas, fue una cantante talentosa, cuya vida musical generó un legado único. Sin embargo, todas las películas que han intentado contar su historia (Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody, 2022; Whitney, 2015) la presentan como una viciosa conflictiva que pasó la mayor parte de su tiempo envuelta en problemas de toda índole.
El escritor Oscar Wilde, famoso por su obra literaria, aparece durante Wilde (1997) dirigida por Brian Gilbert, perdiendo el tiempo en sus líos amorosos con Lord Alfred Douglas, interpretado, por cierto, por un joven Jude Law. Al ver el largometraje, la pregunta obligada es: ¿cuándo escribía?
En Venezuela, el bolerista Felipe Pirela, interpretado por Chyno Miranda en El malquerido (2015) de Diego Risques, resulta un tipo vicioso con problemas de conducta con más tiempo para su vida personal que para su carrera. Si el cantante zuliano tuvo una vida breve y de conflicto, bien es conocida también su historia de ascenso, ¿por qué la omiten la mayoría del tiempo?
Si bien el cantante Marc Anthony se ha confesado admirador del talentoso salsero puertorriqueño Héctor Lavoe, le hizo un flaco favor al interpretarlo en la biopic El cantante (2006), donde además de brindar una imagen distorsionada del artista, lo ridiculizan e incluso transforman la historia de lo que fue su carrera musical, dándole protagonismo a quien para ese momento era su esposa, la también cantante y actriz Jennifer López. La película es todo un despropósito.
Los seres humanos somos mucho más que nuestra vida profesional o artística, es verdad; sin embargo, si alcanzas la notoriedad por un talento específico ¿por qué habrían de contar tu historia omitiéndolo y dándole un mayor protagonismo a tus vicios y problemas?
En las biopics el elemento fundamental a destacar es la tragedia, los vicios, los defectos del personaje para despertar el morbo de la gente.
No pienso que sea acertado pintar a los personajes (artísticos o históricos) como santos, pero ¿qué sentido tiene pasar dos horas viendo a un cantante que admiras vivir una vida donde hace todo menos cantar?
Si la fama la obtuvo como cantante ¿qué nos importa si en su vida personal tuvo uno o diez amores, si murió en una bañera o si le pegaba a la mamá? Puede que nos resulte interesante como anécdota pasajera saber cómo era esa persona admirada, pero no tanto para adentrarnos una y otra vez en su historia de terror.
Muchas (no todas) biopics son morbosas y particularmente a mí ya me cansan. Este año prefiero escuchar a Amy Winehouse, paso de verla sufrir en pantalla grande casi dos horas, paso de verla haciendo el ridículo, olvidando quién fue en realidad, una artista excepcional cuyo legado es eterno.
Luisa Ugueto Liendo
@cluisaugueto