“La guerra es mecanismo esencial de producción de demanda de dinero"

Entrevista a Eduardo Guzmán, experto en el sistema monetario global

Edardo Gzmán, jurista, analista del Sistema Monetario Internacional, licenciado en derecho.
 

21/04/24.- Venezuela ha sido víctima de una guerra económica durante varios años. Incluso desde los inicios de la Revolución Bolivariana cuando comenzó el paro petrolero, la especulación (reconocida hasta públicamente por ciertos empresarios) y el acaparamiento que se vivió en los tiempos de mandato del Comandante Hugo Chávez Frías, cosa que él mismo mencionó en vida.

En tiempos recientes, la arremetida de Washington y sus aliados imperiales han sometido al país a un bloqueo sin precedentes, aunado a las más de 900 medidas coercitivas unilaterales. Además de estas acciones, el saqueo de sus activos en el exterior (cual piratas de los siete mares), la congelación de fondos del Estado, incluyendo reservas en oro y hasta la desvinculación con el sistema interbancario Swift y un ataque sin piedad a la moneda nacional, el bolívar.

Son muchas las peripecias que se han ejecutado para que el país esté repuntando en lo financiero y económico. A pesar del robo del clan de Tareck El Aissami y sus traidores secuaces, hemos salido adelante. Sin embargo, siguen vigentes las medidas coercitivas y los ataques a nuestra economía no cesan. Hay quienes tienen propuestas para ganar más independencia financiera y en este caso fiduciaria. Uno de ellos es el español residente en nuestra nación, Eduardo Guzmán, que se ha convertido en un experto en el sistema monetario global.

A este respecto, Guzmán analiza las diferencias entre lo que él denomina “dinero absurdo” que se vincula al crédito privado y lo que sería dinero limpio o legítimo.

 ¿Cuáles son las diferencias entre el crédito privado y lo que denominas dinero limpio?

 El crédito privado es un acto de creación de dinero hecho por particulares (normalmente bancos) en función de sus intereses. De la manera en que se hace, es un mecanismo de retirada de dinero de la economía real, trasvasándolo a los mercados financieros y engendrando a) la próxima crisis y b) nueva demanda de dinero (crédito). En esta etapa, esa operación es el centro del sistema económico llamado capitalismo y está regulada y dirigida por muy pocas manos. El dinero legítimo es el creado por cuenta de la comunidad y de acuerdo con el interés general, mejor o peor entendido. No produce ninguno de esos efectos, y facilita los intercambios y la satisfacción de las necesidades.

Bajo ese contexto... ¿la banca privada es creadora de riqueza y a la vez de pobreza?

La banca privada ha creado riqueza en etapas anteriores del sistema, cuando había distintas formas de dinero y grandes procesos de industrialización en marcha, que podían soportar el coste financiero. Hace ya decenios que no tiene casi competencia alguna en la creación del dinero (la banca pública venezolana, o la banca municipal sin ánimo de lucro en Alemania, son excepciones) y no es otra cosa que un costosísimo impuesto disimulado que empobrece a la sociedad y destina sus beneficios ilegítimos a mantener cotizaciones en los mercados de capitales (bolsas), controlar medios de comunicación y comprar influencias, es decir, asegurar el poder que necesita para preservar su privilegio.

Sabiendo que la banca y los capitales trasnacionales son tan poderosos... ¿cómo hacerles frente?

Con sentido común, entendiendo que el dinero nace de ese privilegio y no es nada que ponga el banquero en la operación de crédito, la gente puede exigir: un predominio de la banca pública desinteresada y la creación de dinero desde las comunidades locales, donde vive todo el mundo y se conocen y sufren las necesidades reales.

¿Cuáles son las conexiones de la banca privada con capitales bélicos?

La guerra es un mecanismo esencial de producción de demanda de dinero (crédito) para realizar las necesarias reconstrucciones, además del altísimo coste del complejo militar industrial. Las finanzas, con el crédito incomprendido en su centro, hace ya mucho que son el primer móvil de esa tara prehistórica de la guerra. Para superar de una vez esa tara, pocas acciones pueden ser más eficaces que eliminar la fuente financiera que la mueve. La guerra no es ya coherente con el estado de la conciencia contemporánea.

¿Qué papel juegan las llamadas administradoras de fondos como BlackRock, Vanguard y Norges en la economía global?

Los grandes fondos son el departamento de inversión de los mayores acumuladores, que son los financieros, y sus aliados transnacionales. Son la bolsa del botín de los financieros, y está más segura separada de los propios bancos. Los fondos de inversión en general cumplen, además, la función de ofrecer a los ahorradores oportunidades de apuesta en el casino de las bolsas, y así mantienen sus ahorros fuera de la realidad, renovando la escasez o demanda de dinero, además de cultivar el espíritu del lucro y disimular el aburrimiento de los más adinerados.

¿Cómo se puede llevar esta información al ciudadano de a pie y que tome conciencia, por ejemplo, de pasar su dinero a la banca pública?

Esa labor corresponde en gran medida a los economistas y comunicadores que aún tengan algo de conciencia, pero los medios de formación de masas (como los llamaba Agustín García Calvo) se cuidan mucho de aclarar a la gente el efecto que sobre toda la sociedad tiene el crédito privado interesado, puesto que son la voz de sus amos. En esta etapa crítica que atravesamos, la comenzada el 11 de septiembre de 2001 o (según se mire) en 2020 con la Operación Covid, también los Estados que aspiren a defender su soberanía de la rapacidad de quienes impulsan esas operaciones, pueden tomarse en serio la necesidad de hacer que la mayoría social entienda el dinero y empiece a responsabilizarse de su creación y circulación.

¿Puede organizarse el pueblo para crear cooperativas bancarias como alternativa a la banca privada?

Esa es la tarea más necesaria en este momento crítico, para impedir que los mayores estafadores y acaparadores de la historia sean quienes dirijan la nueva sociedad y organicen el sistema económico y financiero (que está siendo revisado hasta sus fundamentos) en función de sus intereses, que están en el origen de la discordia, las matanzas y las grandes operaciones de manipulación de masas a que estamos asistiendo.

Hay que tener cuidado con la regulación de esas entidades, para que no sean bancos “chimbos” como los bancos de las comunas previstos en la legislación venezolana sobre comunas: un banco comunal que aspire a dar independencia económica a la gente no puede depender de ningún otro poder a la hora de tomar la decisión de financiar un proyecto necesario.

Hace falta una revisión en profundidad de la actividad financiera, que puede conservar un porcentaje moderado de crédito privado como estímulo para los creadores del medio de cambio público (idealmente: descentralizados), de tal manera que la mayoría de la sociedad entienda el dinero y participe de su creación y gestión, resolviendo necesidades y creando riqueza como se ha visto hacer en todas las economías de rápido crecimiento en el siglo XX y lo que va del XXI (principalmente, Japón, Alemania desde el siglo XIX, Sureste asiático y China).

¿Pasa lo mismo con las empresas aseguradoras?

Las aseguradoras son otra vertiente del negocio del dinero. Sus grandes patrimonios han sido hechos a golpe de crédito, es decir, a coste cero para sus propietarios de la banca privada.

¿Sería urgente que se haga otro programa de formación en economía y finanzas en las universidades públicas?

Sin duda, esa revisión de la enseñanza de finanzas y economía lleva cerca de un siglo de retraso. La traducción y el estudio de la obra de Richard A. Werner sería un primer paso en la dirección adecuada. Sin embargo, hay que aspirar a más: las universidades tienen que alzar la voz contra el llamado “consenso científico”, que es un engendro puramente mediático y está dirigido por el gran dinero de Occidente.

La ciencia no es asunto de consensos, y en esta hora crítica los verdaderos científicos, que no suelen ser esos expertos televisivos, tienen que ser conscientes de la urgencia de poner coto a peligrosas ansias de dominación mundial. El sistema capitalista, que tiene en su centro desconocido este fraude del crédito privado interesado (incomprendido en sus efectos también por la inmensa mayoría de los empresarios), necesita cultivar el miedo y la confusión para renovar el reinado de unos pocos bajo nuevas fachadas públicas (como los bancos centrales) y más amables o desconocidas (como las organizaciones supranacionales).

Me consta que hay mucha gente independiente trabajando de forma honesta en las universidades, pero muchos de ellos podrían ser más conscientes de la necesidad de arriesgar sus puestos para enderezar la marcha de la sociedad, y esto afecta tanto a la ciencia económica como a la medicina, las ciencias ambientales o la psicología, por citar solo algunas áreas del saber críticas.

La obra de Agustín García Calvo, lógicamente ninguneada en España por su inquietante alcance sobre todas las áreas del conocimiento, al haber aportado nuevos grados de comprensión del lenguaje o pensamiento, debería ocupar un lugar central en una revisión de la enseñanza liberada de la servidumbre al dios dinero que ha quedado superado. El asunto de la educación, en cualquier caso, es clave, porque los más jóvenes son blanco favorito de la labor desinformadora y adocenadora que se hace a través de los nuevos medios o redes sociales.

¿Una reflexión final? ¿Algo más que desees agregar?

Por hacer estas investigaciones y exponer al sistema financiero dominado por las grandes oligarquías, he padecido ataques electromagnéticos y agresiones físicas. He denunciado esta persecución ante las autoridades españolas sin éxito, y he padecido estas agresiones en otros cuatro países (China, Tailandia, Turquía y Venezuela) desde que salí de España en abril de 2023.

Mi enfoque, aparte de dejar constancia de estos medios de silenciamiento de la crítica que utilizan los defensores del sistema (que deben ser mejor conocidos), consiste en poner en evidencia los datos esenciales del absurdo del sistema de dinero contemporáneo con toda la documentación precisa: sabemos lo que casi todos sospechan: que nos están estafando. Y podemos demostrarlo ante cualquier instancia.

Además propongo ejemplos de sistemas alternativos que han demostrado su eficacia y justicia: destacan el alemán, el japonés hasta aproximadamente 1980, cuando el Banco Central de Japón fue “intervenido” por la banca occidental, y el chino desde la muerte de Mao Ze Dong, donde la creación de riqueza fruto de la honestidad y justicia social ha terminado de poner nerviosos a los amos del dinero occidental (la banca internacional), dando lugar a la Operación Covid, la guerra de Ucrania, la voladura del Nord Stream-2, la progresiva ruina de Europa y lo que les dejemos.

Es especialmente importante este enfoque cuando se está negociando la consolidación internacional de nuevos bloques enfrentados y basados, en parte al menos, en la fuerza y el respaldo de las monedas con “cosas” más o menos valiosas como el oro, los diamantes o el petróleo: todas esas formas de respaldo, como la idea misma del respaldo, pertenecen a la historia que nos ha traído hasta aquí, y los grandes manipuladores de esos mercados son los primeros interesados en renovar sus privilegios bajo esas fórmulas ya conocidas.

Nunca ha funcionado ningún respaldo desde que los banqueros saben que sus papeles (hoy meros apuntes en cuenta) hacen las veces de dinero a la perfección. En Venezuela, en ponencias públicas y conversaciones con interesados, se ha desarrollado el concepto del Cumbe como opuesto necesario y dialéctico del Banco: es el momento de organizar la creación del medio de cambio desde las comunidades locales, ajena al negocio del crédito y en manos de la gente.

El circuito cerrado de la banca internacional, basado en la ignorancia generalizada y en el principio expreso del egoísmo preconizado por la misma ciencia económica, debe ser complementado y reemplazado por una red de cumbes desinteresados, basados en una cuenta única y transparente de los ciudadanos y el Estado, en la moneda nacional, poniendo en práctica de una vez lo que los banqueros nos han demostrado ya de mil modos: que el dinero son los números. Porque los números son de todos.

Está en nuestras manos acabar con el abuso central del llamado “capitalismo'” (en realidad es solo capitalismo financiero), con la ley del silencio impuesta por la banca a medios y enseñanza, y también con la mala ciencia económica. Hay que dar paso a toda la riqueza y la creatividad que han sido impedidas por la necesidad de defender la demanda de crédito. Invito a cualquier medio a debatir mis propuestas y conocer mis fuentes para animarse a difundir este planteamiento como se merece. Esto es un asunto de conciencia: que cada cual cargue con la suya.

Biografía mínima de Eduardo Guzmán

Jurista, analista del Sistema Monetario Internacional. Licenciado en Derecho (Universidad de Málaga) en 1986. Traductor y empresario del sector de la traducción hasta el año 2000.  Autor de cuatro obras de teatro publicadas en el volumen Teatro del Fin del Régimen (2017). La primera de ellas, titulada La tostada (tragedia bancaria ingenua) es la primera obra literaria española en la que se intenta ofrecer al lector o espectador una descripción aproximada a la realidad de la clave del dinero moderno (el que nace en el crédito y se destruye con el reembolso, en palabras del propio Banco de Inglaterra).

Bloggero autor de varios canales de información sobre los absurdos del sistema de dinero contemporáneo (Teatro del Fin del Régimen en Wordpress, y canal Dinero Limpio en Telegram, los dos cerrados en diciembre de 2022 como consecuencia de agresiones físicas electromagnéticas y enfermedad consiguiente).

RICARDO ROMERO ROMERO / FOTOGRAFÍA: ENRIQUE HERNÁNDEZ / CIUDAD CCS 


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