Arte de leer | Conjuro, de Rosa Elena Pérez Mendoza
Palabras que dibujan una velada pletórica
23/04/2024.- La poesía es la expresión más femenina de todas las artes. Esa idea la expuse en una tertulia donde había poetas hombres y mujeres. Efectivamente, surgió la natural pregunta… ¿por qué? No tengo una respuesta que esté basada en una teoría literaria; no he realizado una investigación académica que pueda sostener tal afirmación. Sin embargo, cuando disfruto los versos de Rosa Elena Pérez Mendoza, mi tesis es reafirmada:
Donde reverdece
Tijeretea mis muslos
encarama los huesos
juega con las esquinas
dóblalas
muévete como los peces cuando perforan el agua
clava el limo verde donde reverdece
allá en el risco
ya surge el aleteo
la bruma pálida
sujeta el grano brotando en la desembocadura
ahora suelta el soplo de toro extenuado
zafa mis rodillas
desmonta toda autodefensa
disuelve el molde, trócame lúgubre y carcomida
Fantasías sobre el deleite terrenal, degustaciones carnales, elucubraciones sobre las palpitaciones del cuerpo, fluyen como torrente desbordante en la obra Conjuro, un poemario-refugio donde la rapsoda vierte todo el néctar de su denso sentir:
Afluente
Impregno el día
el flujo se confunde con tu lengua
al borde de mi afluente
alivias la falta milenaria
yo te ato
con esta sangre estéril que me abruma
te ato y te sofoco
en esta gruta mineral
me enrosco
luna que se sumerge
entre torrentes
tus huesos se remojan y se inundan
en este arroyo universal
Cuando evocamos las imágenes enunciadas por Rosa Elena, observamos que sus composiciones se insertan en una tradición poética representada por Enriqueta Arvelo Larriva, María Calcaño, Ana Enriqueta Terán, Lydda Franco Farías, Hanni Ossot. Una voz que susurra las pasiones hondas del alma. Sus letras candentes son cánticos feromónicos, palabras que dibujan una velada pletórica, embrujo que profana el machismo conservador. En sus imágenes no existe la censura:
En algunas ocasiones
a través de grietas
pequeñas ranuras
incisiones que se abrieron
como ojos mínimos en el firmamento
dejé filtrar
parte de ese líquido
que hoy fluye en la oscuridad
Ahora está aquí
la secreta inundación
Tú chapoteas
sin comprender
la espléndida anémona en que me he convertido
Conjuro, publicado por la Fundación Editorial El perro y la rana está lleno de “intermitencias” y nos invita a vivir bajo la contemplación, nos conduce a elevar nuestra voz para que disfrutemos a través de la palabra la plenitud de nuestra vida. La poesía venezolana está bien representada en la pluma de esta trovadora del placer, sus líricas yacen en el deseo, surcando los caminos de una piel fulgurante. Dejemos que sea la poeta quien transpire el final:
Grito
Garra que infecta mi garganta
Salta
draga mi entraña como luz de espina
recorre las costillas
y expulsa la culpa
de mis sueños secretos
derruye el estiércol
e inicia el aullido hacia la intemperie
Torvo cuervo que me asfixia
recorre el cielo
busca las nubes rotas
y extravíate
aniquila su eco
que cuando broten flores de mi cuello
desde la hueca maraña
cuando por fin surjan las azucenas
de tu ausencia
mi vientre
respirará
Ricardo Romero Romero | @ItacaNaufrago | artedeleer@yahoo.com
Rosa Elena Pérez Mendoza (Caracas, Venezuela, 1966). Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela, magíster en Literatura Latinoamericana por la Universidad Simón Bolívar. Docente en el área de lenguaje, ha colaborado con la redacción de varios artículos para Ciudad CCS. Dirigió la revista Poder Vivir del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, durante los años 2011 y 2013. Entre sus trabajos publicados, podemos encontrar Que hacer es de amar; Caracas, desvíos y extravíos; y Juanita Poulin y otras crónicas, obra reconocida con la mención especial de Crónica en el Premio Nacional del Libro 2007. Asimismo, Conjuro obtuvo también una mención especial dentro de la Bienal Elena Vera en 2010.
Pérez Mendoza, R. E. (2016). Conjuro. Colección Poesía Venezolana. Fundación Editorial El perro y la rana.
Edición digital. Descárgalo gratis: http://www.elperroylarana.gob.ve/conjuro/