Parroquia adentro | Un fenómeno social llamado El Silencio

Parte II. Entre aquellas demoliciones se encontraba la vivienda de la Negra Hipólita

12/10/22.- En esta segunda parte mencionamos los hechos más resaltantes de las obras en la reurbanización El Silencio, luego de que en el artículo anterior se expusieran los elementos que dieron origen al nombre de esta conocida zona de Caracas y de  algunos de los gravísimos problemas sociales presentes para ese momento.

Como primer aspecto, es importante destacar que en 1942 el Ejecutivo Nacional designó una comisión para que decidiera sobre un concurso convocado por el Banco Obrero, institución
creada para financiar las obras, así como para obtener planeamientos urbanísticos para esta zona.

En este concurso participaron dos ilustres arquitectos, quienes presentaron sus respectivos proyectos para reurbanizar El Silencio, nos referimos a Carlos Guinand y a Carlos Raúl Villanueva, siendo la propuesta de este último la ganadora,  tal como consta en acta de fecha 28 de mayo de 1942.

Este icónico acontecimiento estuvo precedido por un complejo proceso de expropiación y posterior demolición impulsado por el Banco Obrero, institución que negoció el precio justo a pagar a cada dueño de las viviendas ubicadas en  las 9,5 hectáreas de la futura reurbanización de El Silencio.

Pocas semanas después, en julio de 1942, el presidente Isaías Medina Angarita, acompañado por una comitiva, efectuó la ceremonia del primer golpe de pico en una casa del insalubre barrio de El Silencio para marcar el inicio de la transformación del sector.

En aquel acto, centenares de caraqueños se acercaron al evento con la esperanza de ser contratados en las obras; en principio, no fueron admitidos, pues los primeros cuatrocientos obreros requeridos para comenzar ya estaban incorporados en la nómina del proyecto. Sin embargo, se supo que en algún momento del desarrollo, se contrataron a unos mil trabajadores en la construcción del complejo.

Como hecho curioso, entre las demoliciones de viviendas estuvo la marcada con el número cinco, cuya propietaria fue nada menos que la Negra Hipólita, nodriza del Padre de la Patria Simón Bolívar. En merecido reconocimiento a esta casa, se rescató su viejo portón, el cual fue exhibido en La Cuadra de Bolívar.

Otro ícono de la ciudad que fue demolido fue el Hotel Majestic, estructura que para la época fue la más alta de la ciudad, habiendo superado en altura a la torre de la Catedral de Caracas. Esta elegante edificación tuvo que ser destruida para poder dar paso a la Torre Sur del Centro Simón Bolívar.

Para finalizar, es importante recordar a los servidores públicos que perecieron cumpliendo con su deber. Aunque las demoliciones de los inmuebles fueron sencillas, debido a que la mayoría de las casas eran de una sola planta y estaban construidas con materiales que podían ser derribados fácilmente por las maquinarias, se presentó una excepción: una vivienda ubicada frente al hoy Liceo Fermín Toro. Esta casa estaba fabricada de acero y concreto, por lo que aguantó en un par de ocasiones el intento de ser derribada con explosivos. Debido a esto, se llamó al Cuerpo de Bomberos de Caracas, quienes procedieron a tratar de desplazar las bases de la casa con una guaya que sería tirada por un camión, evento que no se logró, pues la estructura cedió anticipadamente dejando sepultados a tres bomberos, siendo este, lamentablemente el único episodio trágico en el titánico proyecto.

(Continúa)

Gabriel Torrealba Sanoja
Julio González Chacín †

parroquiadentro@gmail.com

 

 

 


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