Arte de leer | Debemos divulgar a "Ifigenia" en todas las direcciones

Entrevista a Gloria Caballero, a propósito del centenario de "Ifigenia"

07/05/2024.- "El diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba" arribó a sus primeros cien años de vida. Así es, Ifigenia (1924), una de las novelas más apreciadas de la literatura venezolana, alcanzó el centenario y son varias las iniciativas, tanto estatales como académicas, las que se han encargado de hacer una fiesta de saberes para compartir la alegría y satisfacción por el logro de Ana Teresa Parra Sanojo, autora de dicha obra, conocida como Teresa de la Parra, ícono de nuestras letras.

De los programas apoyados por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través del Centro Nacional del Libro (Cenal), nos encontramos con el seminario "Tras las huellas de Teresa de la Parra", dirigido a docentes de Castellano y Literatura. Está compuesto por cuatro módulos, uno de ellos denominado "Ifigenia, del sacrificio a la redención", el cual es impartido por la profesora Gloria Estrella Caballero Golding, Magister Scientiarum en Literatura Venezolana.

Caballero Golding se centra, entre otros aspectos, en la sensibilización hacia la producción estético-literaria a partir de la novela en cuestión. Aborda el conjunto de condiciones que conforman su lugar en la cultura y que integra parte de una comunidad discursiva, es decir, del grupo humano que comparte prácticas comunicativas particulares con un fin específico, en este caso, el de académicos y estudiantes, con miras a la creación de un semillero de escritores. Al respecto, la especialista nos manifiesta sus impresiones.

—¿Cuál es la vigencia de esta obra luego de haber llegado a los cien años de existencia?

—En primer lugar, igual que hace un siglo, Ifigenia inaugura otra época de cambios en la modernidad occidental, y más específicamente en la realidad venezolana y latinoamericana. En segundo término, se proyecta hacia ámbitos de incidencia que coinciden con una literatura escrita por mujeres, de cara a los retos, conquistas y metas en tiempos de protagonismo literario, social y político.

—¿Qué distingue a Ifigenia de otros clásicos de la narrativa venezolana?

—El rasgo más emblemático es, sin duda, el contexto de enunciación: la intimidad como un espacio narrativo del alma de María Eugenia Alonso, un personaje que, como categoría textual, concentra e irradia al lector, pues lo lleva, paso a paso, hacia la vida interior, a la vivencia, a la experiencia de una joven venezolana cuya aspiración es realizarse en la conformación de una identidad propia.

—¿Podemos calificar esta novela como feminista?

—No me atrevería a ser tan radical porque he procurado ser enfática al tratar de deslindar a Teresa de la Parra de María Eugenia Alonso, es decir, autora y personaje; también porque se trata de un tema que ha sido considerado tangencial a la historia, por la crítica literaria y por otras ramas disciplinarias.

Si bien es cierto que la autora declara en público una moderada militancia en la causa feminista, y el personaje se asume en la ficción como una mujer crítica ante cualquier abuso de la sociedad contra un papel cada vez más activo y relevante, ello no es suficiente para reducir o etiquetar a Ifigenia como una novela esencialmente feminista. Además de que no debemos confundir lo femenino con lo feminista, pero esa es otra discusión.

—A pesar de que el aparato crítico la ha tratado bien, ¿considera que Ifigenia ha estado en un perfil bajo?

—Creo que la novela demanda por parte de la cultura venezolana una mayor difusión, por ejemplo, la lectura obligatoria en la Educación Media, la inserción de materias en los programas de las carreras de Letras en la Educación Superior y la promoción comprometida, tanto desde la política pública como desde la iniciativa privada, en beneficio de un objetivo común: la actualización de la obra de Teresa de la Parra, la narradora y la intelectual.

—¿Qué debe hacerse para que esta novela llegue a más lectores?

—Considero que se deben publicar reediciones de la novela a precios solidarios y con presencia permanente en librerías, ferias y eventos de toda naturaleza.

—¿Mitos, arquetipos y estereotipos abordados en esta obra?

—Por supuesto, hay y muchos. De hecho, uno de los rasgos más característicos de la novela, porque abreva en las fuentes del mito griego, es la aparición y tratamiento de las figuras de Ifigenia y Narciso. En cuanto a los arquetipos, la psicología, la simbología, entre otras áreas de conocimiento, han dedicado extensos capítulos a las fuerzas prototípicas: el padre, la madre, el ánima, el animus. A su vez, hay una presencia de estereotipos y, por cierto, la obra los retrata con tal fidelidad que deja al descubierto la demostración de cómo se deberían derribar uno a uno...

Una pregunta odiosa: ¿puede decirse que Ifigenia está entre las diez mejores novelas venezolanas de todos los tiempos?

—Sí, y en los primeros lugares, porque después de Doña Bárbara, de nuestro Rómulo Gallegos, es la obra clásica por excelencia, escrita por pluma de mujer.

—¿Siente que hay una distancia entre lo académico y lo popular en torno a Ifigenia?

Sí, estoy convencida de que todavía permanece atrapada entre los académicos y requiere de una expansión hacia las mayorías. Insisto en la divulgación con miras a que la novela sea leída y releída en las aulas, en actos públicos y en grupos motivados por una campaña concebida a partir de un marco estratégico de política cultural nacional.

—Una reflexión final...

—Retomo la cruzada iniciada por nuestra escritora Laura Antillano, cuando así lo expresó, y yo agregaría que debemos divulgar a Ifigenia en todas las direcciones y dimensiones posibles.

 

Ricardo Romero Romero

@ItacaNaufrago

artedeleer@yahoo.com

Biografía mínima

Gloria Estrella Caballero Golding es Magister Scientiarum en Literatura Venezolana (UCV, 2012). Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Impreso (UCAB, 1990). Licenciada en Letras (UCV, 2007). Desde el 2004 hasta la actualidad es profesora agregada de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en las respectivas escuelas de Comunicación Social. Es coautora del libro Dudas en el uso de la lengua escrita (Ediciones UBV, 2009) y colaboradora de variadas revistas arbitradas. Fundadora de la Escuela El Arconte, espacio académico dedicado a la producción y difusión del conocimiento, la cultura, la enseñanza y la investigación. Facilitadora en el seminario "Tras las huellas de Teresa de la Parra", auspiciado por el Centro Nacional del Libro y la Escuela Taller Narrativa de Venezuela.


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