"En el Teresa Carreño no preguntamos al artista su tendencia política"

Tres en 1. Revela tu rollo. Retrato hablado. Viernes de Lira

Gustavo Arreaza

Presidente del Teatro Teresa Carreño desde diciembre del 2013. Compositor y cantante. Es el autor del himno del Partido Socialista de Venezuela (PSUV). Tiene entusiasmo por la cultura y de eso se trata, de poner el teatro al servicio de las mayorías.

Desde que estás al frente del Teatro Teresa Carreño, ¿cuáles han sido los principales logros?

—Esta es una respuesta un tanto extensa, ya que tengo el privilegio de haber contado con la confianza del presidente de la república Nicolás Maduro, para conducir por ya casi nueve años este emblemático y extraordinario complejo cultural. Fui nombrado en diciembre de 2013, y en poco menos de una década hay mucho que contar.

La primera tarea fue conformar una junta interventora para hacer los diagnósticos necesarios, e inmediatamente comenzar a mejorar las condiciones de nuestros trabajadores y proyectar las futuras intervenciones de infraestructura que debían llevarse a cabo en este templo de la cultura. En este sentido tuvimos la suerte de poder contar con el arquitecto Tomás Lugo, (uno de los tres arquitectos que diseñaron esta vitrina de luz y cultura) para levantar el proyecto de rehabilitación integral del Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño. 

Para mí el Teatro Teresa Carreño se pudiera comparar con una moneda y sus dos caras, una de ellas es darle mantenimiento a esta portentosa obra de más de 88.000 m², y la otra cara, servir como plataforma para el desarrollo de las más hermosas artes escénicas y musicales nacionales y universales. 

En lo concerniente a infraestructura y equipamiento, pudiésemos destacar la dotación del sistema de sonido Lion de Mayer Sound, la instalación del sistema de acústica electrónica variable Constellation, la puesta en marcha de un equipo de aire acondicionado propio para nuestras salas y espacios, el cambio de la iluminación a tecnología LED, la procura de una flota de vehículos para beneficiar a nuestros trabajadores y trabajadoras y acercar a las comunidades a vivir la magia de las artes, y decenas o más bien centenares de pequeñas intervenciones de infraestructura para el mejoramiento de nuestros baños, sótanos, espacios de circulación común y principalmente la rehabilitación de nuestras dos estelares salas, Ríos Reyna y José Félix Ribas.

Desde nuestra llegada, incorporamos la formación como eje transversal a todas las actividades artísticas que produce el teatro. Un ejemplo de ello, es que en disciplinas como la carpintería artística, herrería artística, pintura escenográfica de gran formato, etc., etc., trazamos la estrategia de no jubilar a nuestros maestros, sin que antes hayan transferido el conocimiento a una nueva generación, para así poder garantizar la continuidad de estas disciplinas de las artes en el tiempo. Para ello establecimos sinergia con la Unearte y el Inces, para la certificación de saberes y otorgarle los títulos en sus respectivos oficios. 

En la actualidad contamos con el Sistema de Danza Teresa Carreño que abarca el desarrollo del ballet, la danza contemporánea, urbana y habilidades especiales, además la escuela de ballet para principiantes, los talleres de nuestros maestros de la Orquesta de Instrumentos Latinoamericanos Odila TC, y la participación de muchas otras orquestas con sus componentes pedagógicos, clases magistrales, charlas, ponencias y actividades formativas que se imparten en el Centro Documental del complejo cultural, todo esto nos convierte no solo en una vitrina de exposición para las artes escénicas y musicales, sino también en un centro de formación integral para las mismas.

Recibimos un coro y un ballet que fueron históricamente los dos cuerpos estables del teatro y hoy contamos con ocho agrupaciones y una escuela de ballet inicial en el barrio San Agustín en el Teatro Alameda. Además en alianza con gobernaciones y academias privadas de ballet hemos podido fundar cinco núcleos en el interior del país. Por otro lado hace dos meses, dimos un paso adelante en la lírica, ya que el coro pasó a ser una compañía lírica, lo que nos permite formar y apoyar el desarrollo de futuras y futuros grandes cantantes para Venezuela y el mundo. 

En lo artístico también me gustaría destacar el haber crecido y diversificado las artes que aquí producimos. Hoy contamos con un ballet fortalecido, cinco núcleos de ballet y dos de danza contemporánea en el interior del país, una compañía lírica, el ballet juvenil Teresa Carreño, el Teresa Danza Contemporánea, el Teresa Danza Calle (danza urbana), la Orquesta de Instrumentos Latinoamericanos Odila Teresa Carreño y Ubuntu Teresa Carreño, estos últimos son artistas de danza con capacidades especiales, varios de ellos demuestran desde sus sillas de ruedas que el arte y la calidad artística no tiene limitaciones. 

Definitivamente te puedo asegurar, que esta es una tarea ardua, pero muy satisfactoria. Concebir una idea, cumplir los procesos administrativos, luego pasar a la cadena de realización, producción, ensayos, y después de seis u ocho meses sentarse a disfrutar  la contemplación de la belleza a través de las artes, no tiene precio. Este es principalmente un espacio para el talento nacional.

En el área editorial, hemos publicados tres libros, El Cascanueces, Para conocer a Teresa, y Teresita y el misterio del piano. Cabe destacar que en el 2015, nuestro libro El Cascanueces ganó el Premio Nacional del Libro como mejor publicación.

¿La revolución llegó al Teatro Teresa Carreño? 

—En el gobierno del Comandante Hugo Chávez, es cuando se funda el Ministerio del PP para la Cultura, veníamos de la época sombría del Conac. Es así que podemos asegurar, que quien dio la institucionalidad y elevó a rango ministerial a la cultura, fue la revolución. 

En el caso del Teatro Teresa Carreño la inclusión de diversas artes, antes consideradas como no dignas de estos espacios, es una prueba irrefutable de que estamos viviendo y trabajando en revolución. Según el testimonio de artistas de la danza urbana por ejemplo, en la década de los 80, eran expulsados por la guardia a peinillazos por instrucciones de las autoridades del teatro, si osaban venir a tratar de buscar un rincón dónde ensayar. 

Hoy en cambio estos artistas de danza urbana no son solo bienvenidos, sino que también forman parte de nuestros elencos artísticos estables. Para nosotros tiene el mismo valor y respeto una disciplina como el ballet o la ópera y las demás manifestaciones culturales populares, urbanas, o folclóricas. En el Teresa Carreño todos sus artistas son tratados con el mismo amor y respeto. 

En la concepción burguesa con la que se manejó este teatro en la cuarta república, el pueblo llano del oeste no estaba invitado a venir. Muestra de ello es que si uno viene por la autopista desde el oeste no hay acceso directo al teatro, hay que ir hasta Plaza Venezuela y regresarse para poder llegar. ¿Para qué hacer un acceso directo al teatro, si la gente de las barriadas populares del oeste de nuestra ciudad nunca iba a venir a estas instalaciones culturales que fueron concebidas solo para las élites de la burguesía? Un venezolano de a pie nunca iba a tener la posibilidad de venir a este teatro, por el clasismo y alto costo de las entradas.  

En el Teresa Carreño, no le preguntamos al público visitante ni a ningún artista con cuál tendencia política simpatiza, recibimos a todos y todas con la filosofía contenida en una frase del insigne diplomático venezolano Roy Chaderton, quien dijo, "este es un proceso para incluir a los excluidos, sin excluir a los incluidos". Hoy nuestro teatro es el escenario preferido por muchos artistas internacionales para venir a cantar a Venezuela y los recibimos a todos con amabilidad, así nos hayan adversado con la palabra. Invitamos a todos a que vengan, para que sientan y vean los logros alcanzados en nuestro principal teatro en revolución.

Hubo un sociólogo que dijo que había que desinfectar el Teatro Teresa Carreño, porque ha entrado mucha chusma. ¿Hay que desinfectarlo?

—Bueno, si vienen a desinfectar el teatro, nos tendrán que desinfectar a todos, porque el Teatro Teresa Carreño se ha convertido en un recinto de todas y todos los venezolanos, donde vienen a vivir el universo de la cultura sin distinción de credo, posición política o condición social. Creo que si viene un sociólogo de verdad, se daría cuenta inmediatamente que este templo de la cultura es un espacio para el reencuentro y si alguien duda si la reconciliación futura es posible, vengan al Teresa Carreño y aquí podrán ver la respuesta.

El presidente Chávez se presentó mucho en el Teresa Carreño, ¿era también un espectáculo?

—El presidente Chávez no solo fue un espectáculo en sí mismo por sus particularidades y sabiduría. Él fue con su presencia y verbo, quien le entregó el teatro al pueblo, porque en tiempos pretéritos siempre fue excluido.

¿Siguen manteniendo la tradición decembrina de presentar El Cascanueces y otros espectáculos?

—Hemos mantenido y mantendremos El Cascanueces, este año serán 16 funciones, ya que el pueblo así lo reclama. Mucha gente del público que viene a El Cascanueces  asegura, que una navidad en Caracas sin El Cascanueces del Teatro Teresa Carreño, sería una navidad incompleta. Definitivamente esta magnífica obra se ha convertido en parte del acervo cultural del venezolano. Muchos se trasladan desde el interior del país para disfrutar de su magia, incluso tenemos testimonio de gente que viene desde Ecuador, Colombia y las Antillas holandesas para presenciar esta monumental obra. También la sala José Félix Ribas y los espacios abiertos, se llenan de actividades, obras y conciertos para celebrar la época decembrina...

Para finalizar, quiero agradecer al presidente Nicolás Maduro Moros y al ministro del Despacho de la Presidencia Jorge Márquez Monsalve, quienes con su voluntad han priorizado, aportado y apoyado la rehabilitación de este teatro, icono de Venezuela y América Latina.

 

Y dime si dentro de ti no oyes tu corazón partir” Así escribió el poeta trujillano y universal, Ramón Palomares, en su poema Adiós. Una manera muy poética de quedarse entre todos los que amamos la poesía. Palomares fue Premio Nacional de Literatura en 1975. Fue también Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, en el 2006, y Premio Iberoamericano de Poesía, en 2010. Entre sus libros están: Adiós a Escuque, El viento y la piedra, El canto del pájaro en la piedra, Vuelta a casa. En su poesía se aferraba profundamente a su terruño. Haciendo universal a su pueblo, como dijo un escritor por ahí. Formó parte de los escritores que estuvieron en el grupo Sardio. Ahí publicó su libro El reino. Estuvo entre los miembros del grupo El techo de la Ballena. Fue profesor de secundaria en los estados Nueva Esparta y Mérida. Se graduó de Licenciado en Letras en la Universidad de los Andes. Nació en Escuque, estado Trujillo, el 7 de marzo de 1935, y murió en Mérida el 4 de marzo de 2016.

ROBERTO MALAVER


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