Historia viva | Golpe a Medina Angarita 1945

Testimonios alternos a la historiografía tradicional

19/10/22.- Siempre me ha interesado las distintas versiones que hay sobre el golpe de Estado contra el general Isaías Medina Angarita el 18 octubre de 1945, en tanto he escuchado testimonios alternos al que la historiografía tradicional nos ha contado, incluso episodios atroces de historias locales de un tiempo de contradicciones entre el mismo pueblo venezolano.

Como ejemplo de ello comento lo ocurrido a una familia en Las Mercedes del Llano (1945), cuya identidad me reservo. Ese año, antes del golpe, los ánimos estaban caldeados en la militancia de Acción Democrática. La exacerbación llegó a términos dramáticos cuando hubo una verbena o fiesta de los militantes de AD para recoger fondos municipales. Desde el sitio, donde se celebraba el evento, salió un militante ebrio, armado y cuando pasó por el frente de la  casa de aquella familia antes referida, que suponía que eran medinista, disparó con su revólver hacia la puerta de aquel hogar y en el sitio se encontraba la abuela de la familia con su nieto de seis meses de edad, el disparo impactó en el pecho de la mayor y cayó al suelo mortalmente herida, con el niño en sus brazos.

¿Qué tuvo que ver ese evento con la manera con que se desarrollaron los sucesos del 18 de octubre de 1945? El odio se impuso contra un gobierno que defendió la autonomía de la República y sentó las bases para el empuje de una Venezuela acabada por guerras y dictaduras caudillistas. Medina dispuso hacer justicia  con la renta del petróleo para recuperar los derechos sobre la explotación de sus minas en función de pensar una nación independiente.

Si bien el gobierno del general Isaías Medina Angarita venía de la consecución de 27 años de dictadura gomecista, también es cierto que este militar civilista promovió la apertura democrática con mayor  interés que el anterior mandatario, López Contreras, quien desató una cacería acérrima contra los comunistas y adecos.

Los entretelones del golpe de Estado contra Medina Angarita hay que buscarlos en la desconfianza que generó para las transnacionales petroleras y para el gobierno de Roosevelt, no obstante haber sido leal en el suministro de combustible durante la II Guerra Mundial y en la trasmisión de información confidencial sobre las acciones nazis en el Venezuela, Colombia  y el Caribe, en la prevención de acciones militares de los alemanes contra la flota petrolera venezolana y norteamericana.

Según Margarita López Maya, en su trabajo EE. UU. en Venezuela 1945-1948, para el año 1942 las contradicciones del gobierno de Medina Angarita eran con las empresas petroleras norteamericanas y no con el gobierno  de Roosevelt, a tal punto que altas autoridades del Departamento de Estado mediaron para un diálogo entre Medina y las petroleras. Pero eso cambió luego de 1943.


Los reclamos del gobierno de Medina sobre las regalías petroleras  y la Ley de Hidrocarburos de 1943 ejercieron una notable influencia en la afirmación nacionalista del resto de los países productores de petróleo y pusieron a la defensiva a las empresas petroleras.

Algunos documentos del Departamento de Estado de EE. UU., recientemente revelados, dan cuenta de que el golpe en octubre de 1945 tuvo la aprobación del gobierno del norte.
Tal aseveración se corresponde con las investigaciones realizadas por algunos autores, pero la corrobora la carta confidencial enviada por el embajador de EE. UU. en Caracas al Departamento de Estado en Washington el 30 de octubre de 1945: “Hemos discutido extensamente con funcionarios de compañías petroleras que tienen intereses en Venezuela las garantías descritas... y creemos que sería útil si tan pronto después del reconocimiento, como fuere conveniente, aprovecharía usted la ocasión para agradecer al señor Betancourt las seguridades mencionadas". Es tácito y claro que Rómulo Betancourt, quien fuera el líder del golpe contra Medina Angarita, ya tenía compromisos contraídos con las petroleras y el propio Gobierno de EE. UU. apenas a días de haber derrocado al gobierno medinista.

Para el momento del golpe, el embajador norteamericano en Caracas escribió detalles sobre el golpe al Departamento de Estado: “Están dirigidos por oficiales jóvenes, ninguno por encima del rango de mayor, de los cuales el cabecilla parece ser el mayor Velasco, quien dice que emitirá un manifiesto a las 7:00. Aparentemente no son pro López,  pero quieren elecciones libres y justas".  La alegría del embajador norteamericano era obvia.
El revanchismo se manifestó en un sector de Acción Democrática, pero sobre todo de Betancourt  desde el día 17 de octubre en un mitin en el Nuevo Circo cuando deslizó la frase: “Tenemos el toro agarrado por los cachos" según el testimonio de Salom Meza en su autobiografía. ¿Pudo ser aquella arrogancia de Betancourt la que envalentonó a aquel militante en Las Mercedes del Llano y provocó aquel crimen de odio? Habría que preguntarle a Capriles Radonsky si las “histerias políticas” son buenas o malas.

Aldemaro Barrios Romero | venezuelared@gmail.com

 


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