La araña feminista | Un mundo mejor es posible 

La aspiración común, pero aún difusa, de la gran mayoría de los habitantes de nuestro planeta.

 Es falso que la violencia y la dominación masculina

sean parte de nuestra naturaleza humana.

Riane Eisler 

 

En la reedición de su obra emblemática El cáliz y la espada, actualizada con nuevos descubrimientos arqueológicos, la historiadora cultural Riane Eisler proporciona un conocimiento amplio y profundo sobre la evolución de la humanidad, indispensable para poder concebir y materializar un mundo mejor, aspiración común, pero aún difusa, de la gran mayoría de los habitantes de nuestro planeta. 

Con base en los roles y las relaciones entre lo femenino y lo masculino, Eisler identifica dos macromodelos culturales: uno arraigado en la colaboración y el otro en la dominación, presentes de manera velada en los distintos sistemas de organización social, adoptados por la humanidad desde tiempos inmemoriales. 

El primero, prepatriarcal, simbolizado por el cáliz y la Diosa, florece en asentamientos estables organizados por las mujeres en torno a la reproducción y cuidado de la vida. Asentamientos inclusivos donde personas de ambos sexos conviven en armonía y cooperan en la producción de conocimientos, bienes, creencias e historias, destinadas a satisfacer las necesidades materiales y espirituales de la familia y la comunidad.   

Modelo reemplazado, a raíz de las irrupciones violentas de guerreros y nómadas en estos asentamientos por el dominador –simbolizado por la espada–, apoyado en la dominación de la mitad masculina de la humanidad sobre la femenina, lo cual conlleva la sustitución de la Diosa por dioses amenazantes/punitivos y el reemplazo de las relaciones de colaboración por relaciones patriarcales, jerárquicas y autoritarias. Asimismo, ese modelo se ve en la orientación de la tecnología y el trabajo hacia la acumulación de riqueza y la imposición de mitos, historias y creencias justificadores de la violencia, la inferiorización de los “otros” y la muerte.  

En síntesis, Riane Eisler nos ayuda a entender que la colaboración y el cuidado de la vida nos son inherentes, y que en la crisis ambiental y el caos general en que nos encontramos, retomar la feminización /humanización de nuestras comunidades y naciones no es una opción, sino una obligación con la vida. 

Obligación que debemos atender teniendo en cuenta que “no se pueden resolver problemas con el mismo pensamiento que los creó”, Einstein dixit

 

Mariadela Villanueva 

 


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