Somos los que Somos  | La espada de Bolívar está de vuelta

Somos los que Somos | La espada de Bolívar está de vuelta

Luis Zárraga

En reiteradas ocasiones, el comandante Hugo Chávez recordaba a nuestros pueblos: "¡Alerta, cuidado que camina la espada de Bolívar por América Latina!", y daba cuenta de que la fuerza del poder del pueblo demanda una democracia participativa y busca la unidad de los países de la región.

El pueblo que exige una democracia participativa "recuperó su grandeza, su autoestima inaudita e infinita, mostrando que las personas solas somos débiles, los poderes constituidos puden ser débiles, pero el pueblo es poderoso, con coraje propio de su estirpe libertaria", dijo Chávez al convocar a la unidad y hermandad bolivariana.

Recordó que el intento de hacer la "gran patria bolivariana", desde el XIX, guarda el espíritu y mensaje libertario de Simón Bolívar: "Creo más en los sabios consejos del pueblo que en el consejo de los sabios", así rememoró al Libertador de América. "Los herederos de la daga con la que apuñalaron a Bolívar" son los que persisten en mantener separada a la América unida y entrelazada en su historia y su sangre, quienes visitan el Panteón de Caracas para cerciorarse de que está bien muerto y no para rendirle tributo", advirtió al recordar las nuevas justas expresiones sociales del pueblo que exige sus derechos.

Y ahora, esa espada de Bolívar, secuestrada en Colombia por quienes gobernaron por años, está de regreso con el nuevo presidente Gustavo Petro.

Luego de recibir la banda y juramentar como presidente de Colombia, Gustavo Petro detuvo el acto protocolario y ordenó a la guardia presidencial llevar al escenario la mítica espada de Simón Bolívar, que permaneció escondida al público durante décadas.

Las miles de personas que asistieron el domingo a la ceremonia en la Plaza de Bolívar, corazón político e histórico de Bogotá, aplaudieron y algunos gritaron: “¡Alerta, que camina la espada de Bolívar por América Latina!”.

“Llegar aquí junto a esta espada, para mí, es toda una vida”, dijo Petro, el primer presidente de izquierda en el país andino.

“Quiero que nunca más esté enterrada, retenida y que solo se envaine −como dijo su dueño, el Libertador− cuando haya justicia en este país. Que sea del pueblo, es la espada del pueblo”, agregó.

El simbolismo de la espada está ligado con el pasado de Petro, quien en su juventud militó en la extinta guerrilla M-19.

En enero de 1974, el M-19 robó la espada de la Quinta de Bolívar, una casa campestre convertida en museo ubicada en el centro de Bogotá, donde vivió durante algunos periodos. El robo de la espada sacó al M-19 por primera vez a la luz, declarándose en rebeldía.

Según la historiadora Angélica Cruz Triana, investigadora del M-19, el grupo usó armas, rompió la urna y hurtó la espada del museo sin dejar víctimas.

“Esconder la espada fue lo más difícil, se dice que estuvo en barrios sórdidos de Bogotá, también que la guardaron poetas”, dijo Cruz.

Las fuerzas de seguridad estatales nunca lograron recuperarla y la espada permaneció en la clandestinidad durante 17 años. Los dirigentes del M-19 la devolvieron como un gesto de paz en 1991, año en que firmaron el acuerdo de paz y abandonaron las armas.

Sin embargo, la espada no regresó al museo de la Quinta de Bolívar, sino que fue resguardada en una bóveda del Banco de la República.

“Fue limitar el acceso a este hito para que a nadie más se le ocurriera volver a robar. Fue sacada completamente de la sociedad, no se volvió a exhibir y se convirtió en un mito”, señaló Cruz.

En el 2020, la espada fue trasladada al palacio presidencial, sin acceso al público.

Petro aseguró a la prensa que vio por primera vez la espada cuando el saliente presidente Iván Duque (2018-2022) se la enseñó en el palacio durante su primer encuentro protocolario, luego de ganar las elecciones.

La ceremonia de juramentación de Petro también representó la primera oportunidad para muchos de ver la legendaria espada, incluyendo a Flor Vivas, de 60 años.

“Es un símbolo de la libertad de nuestro país, una nueva era, ojalá Colombia se parta en dos”, dijo Vivas, ama de casa.

Y no solo es un símbolo de libertad para Colombia, sino para todo el continente como siempre dijo el comandante Chávez. Esa espada está viva, presente y caminando por América Latina. Es la espada que está de vuelta para nunca más irse.

 

Luis Zárraga

 


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