Las complejas luchas por la diversidad sexual

Ha habido avances, pero el combate es de largo aliento, como lo han sido también los procesos desplegados contra la violencia hacia la mujer.

 

“Estamos retrasados en comparación con otros países. Hemos vivido fuertes rechazos de sectores dentro del gobierno, como los cristianos evangélicos”.

 

29/06/24.- Las luchas de la sexo-género diversidad se han ido haciendo más y más complejas, incluso desde el punto de vista semántico. Lo que comenzó como el movimiento de defensa de los derechos de las personas homosexuales, se ha ido tornando en una sigla larga e impronunciable, que llega a extremos como LGBTTTIQAPNB+. El signo de más (+) que le han colocado al final, deja claro que todavía no está completa.

Más allá de tan amplio espectro, reflejado en ese festival de letras, el problema común continúa siendo el mismo. Como lo expresa Carlos Ascanio, activista de derechos humanos de la sexo-género diversidad en Venezuela: “Seguimos siendo una población vulnerable, igual que los afrodescendientes, los indígenas o los campesinos. No podemos decir que ya tenemos un reconocimiento porque no encontramos adónde acudir antes las discriminaciones, maltratos y hasta asesinatos de personas de nuestra comunidad”.

El pasado 25 de junio se celebró el Día Mundial de la Diversidad Sexual, por lo que ya se han realizado algunas actividades, aunque los movimientos venezolanos van a realizar su marcha del Orgullo el próximo 7 de julio.

El Día Mundial fue establecido para “generar reflexión y visibilizar la diversidad de orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género mediante el pleno derecho que tienen todas las personas de ejercer su autonomía y desarrollar su personalidad, bajo un trato digno, igualitario y libre de cualquier forma de violencia y discriminación”, según rezan los documentos internacionales al respecto.

Ha habido avances, pero el combate es de largo aliento, como lo han sido también los procesos desplegados contra la violencia hacia la mujer, el racismo y otras formas de discriminación. También ha sido desigual en los diversos países. En algunos se han logrado significativos avances y en otros, no tanto. 

El caso de Venezuela es paradójico: La nación que protagonizó el primer proceso revolucionario del siglo XXI ha tenido conquistas muy modestas en este campo. “A la comunidad en Venezuela le ha tocado duro —plantea Ascanio—. Antes de 1999, a cualquier persona de esta comunidad se le aplicaba la Ley de Vagos y Maleantes, se le insultaba, golpeaba, violaba y hasta se le asesinaba. En lo que va de siglo, la lucha ha sido constante por su reconocimiento dentro del país. Hemos tenido apoyo gubernamental hasta cierto punto. Se han conseguido pequeños avances en aspectos institucionales y políticos, pero nada tangible y fuerte, como normas que protejan a las familias homoparentales o amparen el matrimonio igualitario”. 

Tampoco se ha conseguido instaurar el derecho a la modificación de la identidad de género, es decir, la posibilidad de cambiar de nombre en los documentos oficiales, una aspiración de las personas transgénero. “Estamos retrasados en comparación con otros países. Hemos vivido fuertes rechazos de sectores dentro del gobierno, como los cristianos evangélicos. Seguimos siendo una población vulnerable dentro de una nación revolucionaria y de cambio. Seguimos en la lucha hasta que los políticos entiendan, como lo entendió el Comandante Hugo Chávez, que somos una realidad y hay que atenderla”, expresó el activista.

En el escenario global, en algunos países se han estancado o revertido los avances ante la certeza de sus autoridades de que, con el argumento de los derechos LGBTI, se ha incurrido en excesos, como los tratamientos precoces de cambio de género en niñas, niños y adolescentes. La tendencia es a establecer regulaciones para que este tipo de decisiones, que por su naturaleza son irreversibles, solo puedan ser tomadas por cada persona, una vez alcanzada la mayoría de edad.

Por otro lado, entre dirigentes de diferentes campos políticos crece la convicción de que las luchas de la comunidad LGBTI ha sido cooptada por los grupos de poder económico que propugnan una drástica reducción de la población.

El 28 de junio, porque en tal fecha se conmemoran los disturbios de Stonewall en 1969.

 

Al margen de esas turbulencias, los sexo-género diversos no están dispuestos a frenar su actividad reivindicativa, pues se trata de una batalla existencial para cada uno de ellos y cada una de ellas.

LGBTI: Breve glosario

La L se refiere a las lesbianas, mujeres que se sienten atraídas erótica y afectivamente por otras mujeres. 

La G es por la palabra gay (pronunciado en inglés guei, pero algunos fanáticos de la castellanización la han cambiado por gai) que se usa para nombrar tanto a hombres como a mujeres que sienten atracción por personas de su mismo género. 

La B representa a los y las bisexuales, que pueden experimentar atención por personas de su sexo o del opuesto, ya sea en un mismo tiempo o en momentos diferentes de su vida. 

La T reúne a las y los transgéneros, transexuales y trasvestis. Por eso, algunos optan por poner la T tres veces. Los transgéneros y transexuales son personas que realizan transiciones para adecuar su aspecto físico al del género con el que se identifican. 

Los y las transgéneros lo hacen mediante tratamientos hormonales, mientras los y las transexuales recurren también a cirugías y otros procedimientos médicos para modificar su anatomía genital y otros rasgos corporales característicos. Los y las trasvestis tienen la preferencia de vestir prendas correspondientes socialmente al género opuesto a su sexo biológico.

La letra I identifica a las personas intersexuales, que tienen rasgos corporales y una anatomía genital y sexual diferentes a los estándares biológicos considerados convencionales para cada sexo. Esto muchas veces es evidente desde el momento del nacimiento, aunque en algunos casos puede manifestarse posteriormente. En otros tiempos a estas personas se les llamaba hermafroditas, pero esta palabra ha sido desechada, porque se le considera despectiva.

La sigla que crece

Al ya conocido LGBTI, recientemente se le incluyó la letra Q por el término queer.

 

La diversidad en el campo sexual y de género no es cuento. Es una planta que cada día parece hacerse más frondosa. Al estudiar las nuevas ramas que le han nacido a la sigla de este múltiple movimiento (ya va por LGBTTTIQAPNB+), esto queda en evidencia:

Al ya conocido LGBTI, recientemente se le incluyó la letra Q por el término queer, tomado del inglés (cuyo significado es “raro”) y abarca a quienes rechazan la división hombre / mujer. Para entender el concepto hay que dedicarse un buen rato a estudiarlo.

Además, hay letras que abarcan varios géneros. Tal es el caso de la A, que sirve para los asexuales (personas sin interés en el sexo), arrománticos (con atracción sexual pero sin interés por establecer lazos emocionales con otros) y agénero (quienes no se ubican como masculinos o femeninos).

La letra P reúne a los pansexuales, polisexuales y plurisexuales, que sienten atracción por todos los otros géneros.

Las letras NB sirven para incluir a los no binarios, cuyo concepto es muy parecido a los queer.

En previsión de que se presenten nuevos géneros y subgéneros, los promotores del tema han puesto el signo "+" al final, aunque algunos prefieren usar la palabra otrxs.

Por cierto, alguien se dio cuenta de que faltaba un nombre para los hombres que se sienten hombres y las mujeres que se sienten mujeres. Y así se acuñó el vocablo cisgénero.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ / CIUDAD CCS


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