Génesis y muerte en Olimpia

Los ganadores ascienden sus posiciones en la sociedad

Los luchadores combatían desnudos y los jueces vigilaban a sus lados.

 

26/07/24.- En los comienzos de los Juegos antiguos había una sola prueba, la cual era la carrera simple que se disputaba en una longitud denominada estadio, que de acuerdo a las mediciones modernas de las antiguas pistas, hay un equivalente aproximado a los 800 metros.

En fechas posteriores se completó con la “diaule”, la cual consistía en una carrera doble, es decir, dos estadios y por último el “dolicós”, cuya prueba se realizaba sobre la distancia de cinco y medio estadios, que en nuestra época representa el recorrido sobre 4 mil 400 metros, y casi simultánea a esta última se introdujeron la lucha, el pentatlón y el pancracio (mezcla de boxeo y lucha).

El público en esos encuentros perdía de manera muy fácil la serenidad para animar a sus favoritos con gritos de altos decibeles y en el clímax de un entusiasmo solo comparable, hoy en día, a los emitidos por los aficionados en un juego de Caracas y Magallanes, en peleas de boxeo o un juego de fútbol protagonizado por Caracas FC y Deportivo Táchira.

Por cierto, una de las luchas más impresionantes, reseñada por los historiadores de la época y por Píndaro, fue la protagonizada por Psaumis y Arrachión, cuyo último combate fue descrito de la siguiente manera: “En momentos en que el público rabiaba a más no poder y estaba en plena locura, ambos se trenzaron en un feroz combate en los Juegos, que correspondieron a los 472 años antes de nuestra era. Mientras Psaumis aplicaba una estranguladora a su rival, Arrachión se defendía aplastándole un dedo del pie derecho.

Fue tan intenso el dolor, que Psaumis abandonó, pero Arrachión cayó muerto por asfixia. Los jueces se guiaron por los reglamentos de esa época, cuya normativa daba por derrotado al que abandonaba el combate y en ese caso le dieron la victoria al cadáver.

Los luchadores combatían desnudos, pero una cinta de color alrededor de la cintura permitía distinguirlos y la ciudad a la cual pertenecía, porque el  polvo pegado a sus cuerpos por el sudor, los hacía irreconocibles desde las gradas.

Los primeros campeones olímpicos de la Antigua Grecia no solo eran atletas destacados, sino que al ganar ascendían sus posiciones  en la sociedad y  a menudo con un alto  poder político. Estos atletas superestrellas tenían una influencia que iba más allá del ámbito deportivo, transformándose en celebridades de su tiempo.

La tragedia del filósofo

Tales, nacido en la ciudad de Mileto, una antigua ciudad de la costa occidental de Asia Menor (actual provincia de Aydin, en Turquía) fue un filósofo, matemático y legislador griego, quien aportó mucho a la cultura helénica durante su vida.

Los Juegos se realizaban en la época de verano y pese al calor de la estación, los asistentes eran obligados a asistir con la cabeza descubierta, rito que el público cumplía a cabalidad.

Ello le costó la vida al filósofo Tales de Mileto en las LVIII fiestas olímpicas. A la edad de noventa años murió de insolación, que ya anciano no había querido faltar a los Juegos, porque para un ciudadano de su posición, era un deshonor no haber asistido por lo menos a uno de esos certámenes.

JULIO BARAZARTE / CIUDAD CCS


Noticias Relacionadas