Letra fría | María de Las Casas eterna

02/08/2024.- Abro paréntesis en las historias del pueblo La Paz, para recordar a nuestra querida amiga María Auxiliadora de Las Casas McGill, Miss Venezuela 1965, y retomar una nota que escribí hace años al momento de su fallecimiento. Todo vino a propósito de una cantidad de artículos surgidos por la conmemoración del aniversario del nacimiento de Cherry Navarro —para las nuevas generaciones les cuento que Alexis Enrique Navarro Velásquez fue un joven cuatrista y cantante venezolano, nacido en Caripito, barrio Los Cerritos, del estado Monagas, el 9 de julio de 1944, y muerto en Caracas el 28 de septiembre de 1967, a la joven edad de 23 años—, lo que vale decir que estaría cumpliendo 80 años.

Por la reseña de nuestro amigo y compañero del diario Ciudad Caracas Luis Martín, nos enteramos de que Cherry era amigo del también cantante José Luis Rodríguez, y que su otro amigo, Chelique Sarabia, no solo fue su promotor y asesor musical, sino que lo llevó a la televisión, precisamente a El show de Renny, la propia catapulta de la época para noveles artistas. Sin embargo, el más interesante de los descubrimientos vino en el artículo de Félix Roque Rivero, "Cherry, su otro yo", citado por Luis Martín, en el cual, según el doctor Octavio Beaumont —doctor en Ciencias Sociales y en Filosofía, con una vastísima obra publicada en Venezuela y en el exterior—, refiere que Cherry fue militante de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), un revolucionario y luchador político-social muy solidario con las causas de los pueblos del mundo que luchaban contra el capitalismo y el imperialismo norteamericano. ¡Me desayuno!

También refiere Beaumont que él conoció a María de Las Casas McGill, novia de Cherry. El encuentro con ella ocurrió en el piso nueve de la Biblioteca de la UCV, donde, en 1966, funcionaban las Escuelas de Periodismo y Relaciones Internacionales. Él estudiaba Periodismo y De Las Casas, Relaciones Internacionales. Señala el compañero Beaumont que ella, en varias oportunidades, le refirió que Cherry expresaba y compartía sus mismas ideas políticas. Otro dato que apunta Beaumont es que uno de los mecánicos que atendía el vehículo, marca Thunderbird, del cantante, era militante de las FALN y cuidaba de Cherry. Este mecánico militaba en la guerrilla urbana. "Seguramente, Cherry estaba al tanto de ello".

Son gratas historias que no conocía, aunque sí lo sospechaba de mi pana María de Las Casas, por sus deferencias con nosotros y un particular sentido de la justicia, sin mencionar una complicidad tácita por las circunstancias. ¡Adoré a María y la sigo queriendo en la distancia! También a sus exes, a Cherry, sin conocerlo, y a Carlos Moreán, ¡mi hermano querido!

 

La novia de Cherry

Sería a principios de los noventa cuando estaba yo en Coro, en el hotel Miranda, haciendo una preproducción para un concierto de Rodrigo Riera o de Aquiles Báez, ya ni recuerdo, pero el cuento es que me encontré con mi buena amiga María de Las Casas. Andaba con unas damas diplomáticas y me incorporó a su gira. Así visitamos algunos sitios históricos, nos montaron una versión del Baile de los Locos, que se celebra en diciembre, e incluso visitamos a monseñor Iturriza, quien aún vivía. Una tardecita de esas, me dijo: "Humberto, llévanos a un bar a escuchar boleros, que esto está como muy ejemplar". Sin titubear, les dije que esa noche iríamos al bar Garúa, una institución rocolera de la ciudad colonial. A las ocho en punto de la noche, todas emperifolladas ellas, marcharon conmigo al templo del tango y el bolero.

Al llegar al Garúa, esa noche maravillosa con María y aquellas señoras de distintas latitudes, recordé que, entre otras cosas, este querido y legendario bar era una peña de Cherry Navarro. A la hora de las presentaciones, agarré por un brazo a Wicho, barman y dueño del local, y le dije: "¡Te presento a la novia de Cherry!". De allí en adelante aquello fue una tenida memorable, que trajo consigo, para ellas, la nueva experiencia de tomar cervezas a pico de botella, y un poema que les dediqué en una servilleta titulada Balada del ñángara y las mantuanas, que quién sabe adónde fue a parar…

Vayan estos recuerdos hermosos como un pequeño homenaje y como una sentida condolencia a sus hijos Carlos y Johann, a su ex, el pana Carlos Moreán, y a Concha, su amiga del alma.

 

Humberto Márquez


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