Comentarios noticiables | La OEA necesita sacudirse a Estados Unidos
03/08/2024.- La Organización de Estados Americanos (OEA) se pronunció contra los resultados de la votación celebrada el día domingo, 28 de julio de 2024, en la República Bolivariana de Venezuela, con motivo de la elección presidencial convocada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), donde se eligió al candidato Nicolás Maduro Moros como presidente para el período constitucional 2025-2031. La OEA, que ha tenido como finalidad frenar los procesos revolucionarios y crear obstáculos en el camino de los pueblos latinoamericanos hacia su soberanía e independencia, no deja de insistir en reconquistar la perpetración de golpes de Estado mediante el terror injerencista en América Latina y el Caribe. Su secretario general, Luis Almagro, avizoró imponer, con la fatuidad que lo caracteriza, como ganador de las elecciones presidenciales al candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, el gran perdedor ese día, según lo pudo reglamentar de conformidad con la Ley Orgánica del Poder Electoral, la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política y otras resoluciones del CNE, que es la institución que mediante estas leyes regula los procesos electorales.
La OEA fue creada el 30 de abril de 1948, cuando se aprobó su carta de conformación en la ciudad de Bogotá, Colombia, y estaba integrada por 21 países. En 1962, se expulsa a Cuba de la OEA, en obediencia a los lineamientos de la política exterior de Estados Unidos. Este fue un acto ilícito por parte de la mayoría de los países miembros, que demostraron su entreguismo y traición, revelando la podredumbre de la clase política de entonces. Así, la OEA se quitó la careta como lo que es, el ministerio de colonias yanqui, una coalición militar, un aparato de represión contra los movimientos de liberación de los pueblos latinoamericanos. La OEA, a lo largo de su historia, se convirtió en la plaza donde el imperialismo yanqui exponía, y aún expone, su prepotencia, impone sus puntos de vista y dicta sus leyes de supremacía. Sin embargo, en esa organización ya se vienen oyendo opiniones que contradicen la otrora unanimidad obediente. Ahora algunos miembros poseen un carácter de rebelión, dignidad y voluntad de soberanía e independencia que se registra en las vísceras de los habitantes de los países miembros.
Desde hace mucho tiempo, la OEA ha sido la organización que más se resiste encarnadamente a una higiene social, política y administrativa que la obligue a salirse del encajonamiento a que ha estado sometida durante más de 76 años. Esto ya es una calamidad. Sus decisiones siguen siendo trastornadas y su diálogo multilateral solamente ha servido para quebrantar las justas aspiraciones de sus miembros. La OEA nunca se ha preocupado por el despliegue militar de EE. UU. en el Caribe. Cuba, Venezuela y Nicaragua, entre otras naciones, siempre han estado inquietas por el despiadado imperialismo yanqui más feroz, mucho más poderoso que el imperialismo yanqui del siglo XIX. Ante la realidad objetiva e históricamente inexorable de la revolución latinoamericana, ¿cuál es la actitud del imperialismo estadounidense? Disponerse a librar una guerra social, política y económica con los pueblos de América Latina y crear los aparatos de fuerza, los pretextos políticos y los documentos seudolegales suscritos con los representantes de las oligarquías reaccionarias de los apellidos, para reprimir a sangre y fuego la lucha de los pueblos de América Latina y el Caribe.
En Washington, sede de la OEA, están bien perfiladas las tendencias contrapuestas. Estados Unidos pelea por conservar en ella su posición dominante, a fin de continuar utilizándola como vehículo de injerencia en los asuntos internos de los países latinoamericanos. El pasado miércoles, 31 de julio de 2024, la OEA celebró una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, en la que debía votarse una resolución contra el proceso electoral presidencial realizado en Venezuela el 28 de julio, en el cual resultó electo el candidato del Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro. La resolución de la OEA no pudo aprobarse por falta del cuórum reglamentario y la incompetencia de la organización. Cabe destacar que Venezuela no es miembro de ese organismo y, en el hipotético caso de que se hubiera aprobado tal resolución, esta adolecía de carácter vinculante.
La desaprobación de la resolución de la OEA pone de manifiesto que la correlación de fuerzas en su seno ha sufrido una derrota y que los países que han sostenido posiciones progresistas han logrado lo posible en esa sesión de dicha organización.
En el ínterin de la batalla que libra el pueblo venezolano contra la conducta desviante de los fascistas liderados por la señora María Corina Machado y Edmundo González, se han pronunciado personalidades políticas internacionales como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; de Colombia, Gustavo Petro; de Brasil, Lula Da Silva; de Nicaragua, Daniel Ortega; de Bolivia, Luis Arce; y otros, quienes se manifestaron contra la posición injerencista de algunos gobiernos de la región.
Nicolás Maduro, en virtud de la legalidad del proceso electoral del 28 de julio de 2024, ha tenido que acudir a la jurisdicción contenciosa electoral de la Sala Electoral del Tribunal Superior de Justicia para que se determine la transparencia, la firmeza y veracidad de los resultados de la votación que le dio el triunfo electoral para ejercer el período presidencial 2025-2031.
J. J. Álvarez