Simbología de los Juegos Olímpicos

La antorcha cobra vida en el antiguo estadio de Olimpia, Grecia

06/08/24.- Generalmente se piensa que los anillos entrelazados, con los cuales se identifica a los juegos que dan por concluido el ciclo de la olimpiada, son el producto de ideas concebidas en esta nueva era de los eventos que renacieron en Grecia en 1896.

De acuerdo a los historiadores de la época, en la antigüedad, durante la celebración de las fiestas olímpicas resaltaban esculpidos los cinco anillos en cada una de las columnas de los escenarios, que significaban, además de la unión de los griegos, a los atletas que competían en la prueba llamada penta, formada por la lucha, el boxeo, los lanzamientos de disco y jabalina, que junto con la carrera sobre la distancia denominada estadio, eran las competencias consideradas como excelsas.

Pero fue a partir de 1914 que los anillos olímpicos se constituyeron en su principal símbolo, están entrelazados con colores azul, negro, rojo, amarillo y verde. Al conjunto se le da el significado de la unión de los cinco continentes y forman parte de la bandera, cuyo fondo es blanco y con la antorcha se complementa la simbología de la Olimpiada.

El lema olímpico fue creado por el Barón de Coubertin con la frase en latín Citius, Altius, Fortius, cuya traducción es Más rápido, Más alto, Más fuerte, pero en 2021, el lema fue modificado por Citius, Altius, Fortius, Communiter, que significa Más rápido, Más alto, Más fuerte, Juntos.

La antorcha, es el símbolo más venerado de los Juegos y la idea fue adoptada en la antigüedad, en cuyos escenarios la llama sagrada permanecía encendida en el altar de Zeus durante los días que duraban las competencias.

En la actualidad es una ceremonia que comienza meses antes de la realización de los Juegos, con el encendido en el antiguo estadio de Olimpia. Consiste en recibir rayos de sol en un espejo cóncavo, para encender una vara impregnada de una sustancia inflamable, sostenida por una dama espartana. La llama es transferida a una gran taza de cerámica, la cual es sostenida por otra doncella, para enseguida encender la antorcha.

La llama olímpica para los XXXIII Juegos Olímpicos París 2024 cobró vida el martes 16 de abril, durante una ceremonia especial en el sitio arqueológico de Olimpia, el lugar de nacimiento de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad.

Durante un ritual, que une los Juegos Olímpicos modernos con sus orígenes antiguos, la llama fue encendida frente a las ruinas del templo de Hera, por una dama representando el papel de una sacerdotisa.

Luego la antorcha fue transportada desde el estadio de Olimpia por la mayoría de los caminos de Grecia, durante 11 días. Al llegar al mar Mediterráneo estuvo durante otros 11 días a bordo del mítico Belem, la llama desembarcó en suelo francés, el miércoles 8 de mayo. Llegó al Puerto de Marsella y allí comenzó un recorrido de 69 días por Francia.

Alrededor de 10 mil corredores se relevaron para recorrer hasta el último rincón del país, desde la metrópolis a los territorios de ultramar, para llevar la antorcha hasta París, donde llegó el 26 de julio para la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos.

En Francia hizo un recorrido por varias regiones desde el Monte Canigó hasta el Parque Natural Regional del Verdon, pasó por la isla de los Moines y el valle del Mont Blanc, las orillas del Loira y los numerosos parques nacionales, bosques y lagos. La llama atravesó los paisajes excepcionales que han hecho famosa a Francia.

La travesía de la antorcha la realizan generalmente atletas, renombradas figuras deportivas y personas que representan los ideales olímpicos. Otro dato es que los desfiles los encabeza la representación de Grecia y sigue el resto de los países participantes en orden alfabético.

JULIO BARAZARTE / CIUDAD CCS


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