Pluma acústica | Príncipe y Su Sexteto

Montuno caraqueño con guitarra eléctrica

 

14/08/2024.- En el campo de la música afrocaribeña, hablar de sextetos nos remonta al Sexteto Habanero, al Sexteto de Joe Cuba, The New Swing Sextet, La Playa Sextet y a los más defensores del sonido salsero local venezolano al Sexteto Juventud o al Grupo Mango. Solo por nombrar a algunas agrupaciones que incluyeron en sus nombres la palabra sexteto, que hacía alusión a su número de integrantes.

Desde los inicios del son cubano a finales del siglo XIX, la guitarra acústica fue parte fundamental, esta aportaba el llamado montuno, una figura armónica y rítmica que incluye variaciones que acompaña los movimientos de otros instrumentos y genera un piso armónico, sobre el cual pueden solear. Con el paso del tiempo y la integración del piano a esta música, este fue desplazando a la guitarra en su ejecución.

Asociar la guitarra eléctrica con el son puede haber sido una experiencia, nueva o moderna, para quienes descubrieron esto en 1999 con el documental Buena Vista Social Club, del productor y guitarrista Ry Cooder, que si bien daba al traste con la música cubana más primigenia, haciéndola un poco psicodélica, es más que evidente que no se ajustaba a la forma del montuno.

Pero vayamos más atrás. Para 1947, Payo Alicea, que venía de ser bongosero de la Orquesta de Rafael Muñoz, y luego convertido en bajista y guitarrista, funda la primera orquesta de música afrocaribeña, que reemplaza al piano por la guitarra eléctrica, El Sexteto La Playa que, aunque en el sentido estricto de la palabra, nunca fue un sexteto en su conformación, utilizó el término.

El Príncipe venezolano del sexteto con guitarra eléctrica 

Este estilo tuvo su representación venezolana, por cierto, de gran calidad aunque de rudimentario y particular sonido. A finales de 1960, un grupo de jóvenes de la parroquia Caricuao de Caracas conforman un grupo con el cual amenizan fiestas locales y hacen bailar las esquinas y calles de la urbanización. Eran muchachos con poca preparación musical, pero con un talento innato para ejecutarla. Sus primeras presentaciones las hicieron tocando salsa con un cuatro, un acordeón, bajo, voces y, por supuesto, la infaltable percusión. En principio bautizaron la banda Un Grupo… y un Ritmo.

Luego de esas primeras presentaciones con cuatro y acordeón comienza el proceso de maduración e incorporan un tres cubano ejecutado por Oscar D´León, quien al poco tiempo abandona el grupo para fundar La Dimensión Latina, y es justo en ese momento cuando se incorpora el instrumento que haría más característico el sonido de la banda, la guitarra eléctrica, ejecutada por Chelino Agüero. A pesar de que todos aportaban en composiciones y arreglos, el líder indiscutible era Antonio Hernández Príncipe, el conguero. Logran una primera y exitosa audición para el sello Discomoda, el gerente solo les hizo ver que ese nombre Un Grupo… y un Ritmo no tenía pegada comercial y que desde entonces se llamarían Príncipe y su Sexteto.

Con Discomoda comienza una carrera de éxitos. En 1967 graban su primer disco de 45 rpm con dos temas, una salsa y un bolero, compuestos por el mismo Príncipe: Salsa de Guaguancó y Violeta. El montuno de la guitarra en Salsa de Guaguancó, tiene un exquisito tumbao que le aporta algo de psicodelia y en medio del solo se escucha a José “Kiko” Rada decir: “Para la gran parada”, haciendo clara referencia al barrio Ruiz Pineda, lugar de nacimiento del grupo. Con este trabajo logran vender más de cien mil copias y ganan su primer Disco de Oro, comenzando así la internacionalización del sexteto.

Pronto lograron traspasar las fronteras de nuestra patria a más de 27 países, al punto de cruzar el Atlántico, convirtiéndose en la primera agrupación venezolana en tocar en el viejo continente, específicamente en España. Caso curioso este, dado que la música afrocaribeña no era tan popular por aquellos predios en esa época.


Para el año de 1974, tras la separación de alguno de sus integrantes, Príncipe decide disolver el sexteto. Sin embargo, continúa su carrera musical y funda el llamado Sexteto Típico Venezolano y luego de siete años abandona este proyecto y se integra en las filas de La Sonora Sabor de Ayer, llegando a alternar con esta agrupación con la Orquesta Aragón de Cuba, toda una institución en lo referente a la música afrocaribeña. 

Kike Gavilán


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