Micromentarios | Ewaipanomas, hombres sin cabeza

20/08/2024.-

(Advierto de entrada que esta nota no alude a personas que no piensan y repiten comentarios y consignas como loros o cuervos. Se trata de un texto histórico).

Cada vez que un inglés fallece de cáncer ocasionado por excesos en el fumar, se suma una víctima más a la cuenta de Walter Raleigh, el político, aventurero y escritor inglés cuya biografía parece una obra de ficción. Raleigh fue quien introdujo el tabaco y la papa en Inglaterra, luego de uno de sus viajes a América.

Gracias a su relación con la reina Isabel y a los favores obtenidos de ella, Raleigh llegó a ser uno de los hombres más ricos de la Inglaterra de su tiempo.

Walter Raleigh nació en Hayes, en 1552, y murió decapitado en Londres, el 29 de octubre de 1618, tras recuperarse una sentencia de muerte dictada en su contra en 1603 y que no fue cumplida entonces.

En 1592, la reina le había hecho apresar durante varios meses, al descubrir que él la engañaba con Isabel Trougdad, una de sus damas de honor. En 1594, y a cuenta de la monarquía inglesa, Raleigh organizó una expedición que tenía como objetivo descubrir El Dorado.

Raleigh no viajó con esa expedición y solo se sumó a ella cuando se enteró de su fracaso. Entonces, equipó otros cinco barcos con su propio dinero y partió de Inglaterra, a comienzos de 1595.

De esta experiencia, nació su libro El descubrimiento de Guayana, del que hemos extraído su referencia a los ewaipanomas, una tribu de hombres sin cabeza que, según contó, habitaba en esa región perteneciente hoy día a Venezuela.

Citamos:

Existe otro gran río, más allá del Caroní, llamado Arui… Cerca de Arui, existen otros dos ríos: el Atoica y el Caora. En las orillas del segundo, vive una nación de gentes cuyas cabezas no asoman por encima de los hombros.

Se puede pensar que esto sea una mera fábula; pero estoy convencido de que es verdad, pues hasta los niños de las provincias de Arromaia y Canuri así lo afirman. Se llaman ewaipanoma (sic) y se dice que tienen los ojos en los hombros y la boca en medio del pecho y que un gran mechón de pelo les crece hacia atrás, entre los hombros.

Más adelante, Walter Raleigh agrega, en la misma obra:

El hijo de Topiawari, a quien llevé conmigo a Inglaterra, me dijo que aquellos —los ewaipanomas— son los hombres más fuertes de toda la tierra… Añadió que era una pena que yo no hubiera tenido ocasión para oír hablar de ellos antes de mi regreso, pues con solo haberlo mencionado, estando él allí, podría haberme traído uno para dejar desvanecidas todas las dudas.

Como se reseñó, a fines del siglo XVI, los hombres y mujeres sin cabeza habitaron nuestro territorio desde tiempos sin memoria.

En nuestros días, siguen entre nosotros y, cada vez que hay elecciones de autoridades, hacen sentir su presencia denunciando fraudes y otros delitos que ellos y ellas cometen, solo que no se acusan a sí mismos, sino a quienes desean borrar de la vida.

 

Armando José Sequera


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