21/08/2024.- El evidente fracaso de la convocatoria a saqueos disfrazados de protestas, por parte de la dupla María Corina Machado (MCM) y Eduardo González Urrutia (EGU) les da esperanza a quienes aspiran —y entre esos me cuento— a que en este nuevo período presidencial todo el presupuesto se gaste en fortalecer nuestras instituciones y mejorar la vida cotidiana del venezolano.

Ese deseo de todas maneras se ve difícil de cumplir, porque el adversario real que los gobiernos de Venezuela han tenido no es el antiguo Imperio español, representado por la compañía Guipuzcoana y sus herederos dolientes, sino los Estados Unidos de América.

Quien no acepte esta realidad, corroborada por los hechos, puede ir apartando una urna blanca para cuando lo entierren.

Los Estados Unidos seguirán intentando derrocar nuestros gobiernos para colocar una marioneta o un títere a manera de gobernante. Lo contrario sería reseñado como la primera vez que, en la historia de la humanidad, un imperio acepta las justas protestas de un país pequeño… y para muestras, Cuba

Como no tienen pueblo, seguirán conspirando e inventando diálogos que no van a cumplir, para ganar tiempo con otro títere.

No les queda a los golpistas extranjeros o locales mucho por experimentar, sobre todo porque ya han experimentado con distintos especímenes, desde los militares traidores que metieron en la plaza Altamira, pasando por civiles que van desde el absolutamente inexperto pero sinvergüenza y desclasado llamado Guaidó, hasta una descendiente de la Guipuzcoana, MCM.

Eso sí, el guion será más o menos el mismo, porque los gobiernos yanquis se jactan de tener sistematizadas todas las soluciones a sus problemas.

Por ejemplo, en la carpeta de la letra G, correspondiente a "golpes de Estado", y en la gaveta donde archivan las políticas violentas para países pequeños y no desarrollados, se podrán leer diversas propuestas para aplicar las llamadas "revoluciones de colores".

Allí explican que el líder o la lideresa no necesariamente deben tener experiencia de gobierno o haber nacido en determinada clase económica o social, porque lo importante es que el imperio colabore con sanciones económicas y los medios transmitan a cada rato las babosadas que el líder o la lideresa diga.

Ejemplo de esto último son las babosadas transmitidas como si fueran filosofía, del tipo "María Corina dice que seguirá hasta el final" o "Edmundo ante un grupillo de periodistas dice que ama a Venezuela".

Estos son mantras que no se reafirman en los hechos que generan estos personajes, pero, como escribí al comienzo de estas letras, los yanquis seguirán intentando derrocar al gobierno venezolano, aunque con otros personajes.

Serán otros distintos a EGU, quien carece de las actas por haber ordenado a los partidos de la ex-MUD que no las recogieran, lo que explica que el títere no se haya presentado ante el TSJ, que le ordenó comparecer con ellas. Es que él será títere y sinvergüenza, pero no es bobo, y sabe que el invento de MCM y Súmate son unas actas chimbas.

De haber ido al TSJ y, a guisa de pruebas de que "lo robaron", no presentar nada —como hizo Capriles cuando ordenó a sus radicales drenar "la arrechera", causando varios muertos—, hubiera sido —al igual que Henrique— multado por mentiroso.

Pero, al dejar de comparecer ante el TSJ, el títere le causa un problema al gobierno, ya que la salud del excandidato está muy deteriorada y solo al presentarle una boleta de citación, podría morir de un patatús.

De manera que este par de pillos fracasaron y se desinflan, pero ya los yanquis inventarán algún relevo para estos desinflados.

Ante ese futuro, hay que estar preparados.

Domingo Alberto Rangel