Letra fría | Luis Finol, compañero ronero

Duele mucho sobrevivir un amigo más joven

28/10/22.- Cuando mi compadre Alejandro Higuera me llamó para darme la noticia del fallecimiento de nuestro amigo común, Luis Finol Wardrop, fue como un rayo que me partió el alma. Duele mucho sobrevivir un amigo más joven, pero en el caso de Luis, que era compañero ronero, duele mucho más... Recuerdo que siempre comentábamos el uso de “carteritas” en las fiestas donde solo se servía escocés, y de cómo cambió la percepción, y hasta llegamos a ver barras de ron en el Country Club. Pero Luis, además, fue vecino de la Baralt en Maracaibo, y era pariente, pues, su hermano Andrés es casado con mi prima María Elisa, y por ambas condiciones les dediqué mi libro Su majestad, el ron venezolano, a él y a su esposa Ernestina Fernández: a los parientes roneros, Titina y Luis Finol.

Estudiamos en el Colegio Gonzaga de Maracaibo, claro, él estaría en primaria cuando nos graduamos, Alejandro en el 69 y yo en el 70, ambos cuando el colegio quedaba en la avenida El Milagro, a orillas del lago de Maracaibo, pero Luis se graduó en la sede de Los Postes Negros, un cambio radical de los jesuitas de mudarse al barrio, dejando atrás los tiempos de la educación exclusiva, y de 1975 en adelante es educación popular. Así era Luis de sencillo, porque estoy seguro que por voluntad propia, siguió estudiando en el colegio hasta su graduación.Y fue de los pocos que continuaron porque la mayoría de las familias sacaron a sus hijos por razones obvias. Nunca nos enteramos, por ejemplo, que la playa adónde nos llevaban los curas era de su familia, y así cualquier cantidad de cosas por el estilo.

Luis fue un gran emprendedor, hasta su partida presidió GS1, la empresa que administra los Códigos de Barras en Venezuela; Alejandro y él fueron socios en emisoras de radio; y siempre hizo carrera en los negocios de la familia: Ilapeca, Casa París, entre otros. 

Les quedo debiendo los detalles, pero su gran amigo, José Luis Mejías, no me envió a tiempo la nota prometida, que no es de negocios el tema, sino del ser humano excepcional que fue Luis Finol, amigo de los amigos. Con el Mosquito Mejías y Rubén Chamorro compartimos varias noches en su casa y, por supuesto, con Titina.

Una lamentable pérdida y comparto una vez más el dolor de ver partir un amigo tan querido.

Humberto Márquez


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