Ad libitum | Los Supersónicos. Parte 1

26/08/2024.- El Paraíso, Caracas, Venezuela, 1963. Un grupo de muchachos de entre 15 y 20 años se trasladan en caravana en los vehículos de sus padres cargados de instrumentos musicales y parlantes para ofrecer conciertos relámpagos en las calles de la urbanización El Paraíso, al noreste de Caracas. Cuentan con la ayuda estratégica de otros jóvenes que les facilitan en cada una de las paradas tomas de electricidad para conectar los equipos. La tropa de muchachos baila y grita al ritmo de la música. Después de cuatro o cinco canciones recogen la batería, los amplificadores, guitarras y se marchan corriendo a otra calle para evitar ser encarcelados por perturbar el orden público.

Alexis Hidalgo, un rockstar venezolano


Así comienza la historia de Los Supersónicos, pioneros del movimiento del rock en Venezuela y de su bajista, Alexis Hidalgo, quien contaba con apenas 14 años cuando se unió a la banda. Era el más joven del grupo y apenas sabía tocar cuatro y un poco de piano.

La música siempre formó parte de mi estado emocional. Mi padre, Jesús Hernández Bermúdez, era un verdadero fanático de la música, en especial de la clásica. En la casa había un piano y dos de mis hermanos mayores, Héctor y Javier, tomaban clases. Aún cuando mis padres quisieron que yo también aprendiera, me aburrían las lecciones. Me retiraron de las clases, pero no dejé de tocar el piano bajo mi propia metodología.

A los 12 años Alexis comenzó a identificarse con las canciones que se escuchaban en Estados Unidos:

Me llamaba la atención el rock y los temas instrumentales tocados con sonidos eléctricos que ya destacaban el sonido de una guitarra. Al mismo tiempo comenzaron a sonar muchas canciones americanas tocadas por bandas mexicanas y algunas argentinas en programas como El Traga Diez de los Éxitos, de Eduardo Morell, transmitido por Ondas Populares.


Desde finales de la década de los años 50 se formaron las primeras bandas de rock en Venezuela. En la ciudad de Maracaibo, por la influencia del personal estadounidense que trabajaba en la compañía petrolera Creole Petroleum Corporation. Sus trabajadores vivían en los campos con sus familias, y surgieron algunos grupos de importancia como Los Flippers, Los Tempest y Los Impala, quienes comenzaron como trío instrumental. También un par de muchachos, Servando Alzatti y Henry Prado, tocaban en las fiestas del club Creole.

En Caracas se dieron a conocer Los Trogan, Los Singers y el grupo vocal Los Zeppys, quienes grabaron discos y se presentaron con mucho éxito en televisión cantando rock and roll, doo wop y bailando el twist, lo que se convirtió en un fenómeno entre la juventud. El baile fue tan popular que surgieron logias de “pavitos” como la del sótano del Teatro Altamira, llamada Twist Club, cuyo cierre por “faltas a la moral”  fue reseñado en la prensa: Los jóvenes socios del Twist Club esperan que la clausura sea temporal (El Nacional, 22 de diciembre de 1961).
Allí se dio a conocer Cherry Navarro, quien más tarde ocuparía un lugar relevante en la farándula internacional. No obstante, ya para ese momento su talento rivalizaba con César Costa y Enrique Guzmán, rock master mexicanos.

Luis Armando Ugueto


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