Punto y seguimos | Un círculo de miserias

La historia reciente de Palestina, una rutina de terror hecha costumbre

03/09/2024.- El 31 de agosto, cientos de personas marchan pacíficamente en Tel Aviv, protestando contra el gobierno de Benjamín Netanyahu y su manejo de la crisis de los rehenes secuestrados por Hamás en octubre del 2023. Lo acusan de no lograr acuerdos de liberación por sus intenciones de quedarse en el poder, complaciendo a sus aliados de extrema derecha, quienes mantienen firme su proyecto de exterminio y no negociación con representantes palestinos.

El 1.° de septiembre es noticia mundial la aparición de seis rehenes muertos. Algunos habían salido en videos de prueba de vida pocos meses atrás. Uno de los fallecidos era ciudadano estadounidense-israelí, lo que causa indignación suprema en la prensa internacional. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anuncia que está "devastado" y la Unión Europea, en la figura de Joseph Borrell, se declara "horrorizada". El Foro sobre Rehenes y Familias Desaparecidas culpa a Netanyahu. Hamás emite un comunicado en el que sostiene que los rehenes murieron en uno de los bombardeos del Ejército israelí en Ráfah: "Estábamos más preocupados por la vida de los prisioneros que Biden", dijeron, e instaron a EE. UU. a no seguir apoyando el genocidio.

En respuesta —y para no perder la costumbre—, el Ministerio de Defensa de Israel bombardeó otra escuela en Gaza, con un saldo de once muertos. Paralelamente, continuó con su ataque de ya tres días consecutivos en Cisjordania, una zona sumida en la total destrucción. Los muertos de la escuela o de Cisjordania no reciben las mismas palabras estremecidas de los líderes mundiales. No hay señores encorbatados rasgándose las vestiduras. No hay lamentos ni por cortesía. Los muertos palestinos son solo una cifra, un número que aumenta y se mira como quien mira llover. Una situación "triste" o "desafortunada". "Ya vamos a negociar y detener esto", dicen, si acaso.

Mientras tanto, los aliados de Occidente y el resto del mundo muy "diplomáticamente" aseveran que van a ver si cuadran unas reuniones y tal, que van a ver si "convencen" a Israel de sentarse a negociar. Y en esa charla dejan pasar el tiempo. Todos saben que Israel no va a negociar nada, porque no considera a los palestinos seres humanos. La única vía es el exterminio y la ocupación y, en ese sentido, han sido los más fieles a su palabra en este pandemónium. La hipocresía enorme es de EE. UU. y Europa, que pretenden quedar bien ante una opinión pública de redes sociales, y ni eso consiguen. Se sabe quién financia, de dónde salen las armas y cuáles son los intereses en juego. Más allá de las voces de miles de personas de a pie en todas partes del planeta, la mayoría con un celular como arma, los palestinos no tienen quien los defienda en el terreno. Es un genocidio y no una guerra justamente por esa desigualdad. Palos y piedras contra armamento sofisticado. Una historia de hipocresías, injusticias y sangre que nos pasa en loop y de la que escribimos sintiendo que estamos repitiéndonos porque sí, el horror se repite, día tras día, una y otra vez. Rehenes, no negociaciones, bombardeos, ocupación. Gamelote por aquí y por allá. Más bombardeos, más muertos, más artículos.

 

Mariel Carrillo García


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