Letra fría | Cindy Blackman (II)
06/09/2024.- Después de aquel episodio de amor entre Cindy y Carlos Santana, y un esbozo de su infancia como preámbulo a su carrera, encontré una entrevista en inglés que, previamente traducida, nos va dando más luces sobre su trayectoria. Lo bueno es que, contado por ella, podemos ubicar elementos anteriores a su encuentro a los siete años con una batería, en aquella fiesta de su amigo. Por ejemplo, tenemos que ella ubica el inicio de su amor por ese instrumento cuando tenía unos tres años, y que siempre estaba dando palmaditas a los ritmos, tratando de tocar de puro oído lo que escuchaba. "Así empezó ese amor muy natural en mí por la batería y empecé a desarrollar algunos grandes amores por los bateristas que disfruté y en los que me fui inspirando".
En esa misma entrevista, "El poder de las baquetas", por David Pérez Fabián, de la serie Documentary, nos enteramos de que, obviamente, en su casa estaba el caldo de cultivo de esa gran pasión. A su padre le gustaba el jazz, así que tenía muchos discos; a la mamá le gustaba la música clásica y a su hermana mayor le gustaba todo, desde Miles Davis, Jimi Hendrix y John Coltrane hasta The Beatles. Tenía más de doscientos discos.
En su colección, pude conocer a diferentes personas y escuchar muchos estilos diferentes, y luego mi grupo de compañeros estaba escuchando el pop del día… pero el primer baterista que realmente me noqueó fue Max Roach, y teníamos un amigo de la familia que era un baterista, un caballero mayor que tocó con Jackie McLean.
Max Roach había tocado con los grandes. Revisando su historial encontramos a Clifford Brown, Coleman Hawkins, Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Miles Davis, Duke Ellington, Thelonious Monk, Abbey Lincoln, Dinah Washington, Charles Mingus, Billy Eckstine, Stan Getz, Sonny Rollins, Eric Dolphy y Booker Little, entre otros. Cindy cuenta que "Max balanceaba con la mano derecha, tocaba tresillos con la mano izquierda y estaba tocando los cuatro, cuatro en el bombo y dos y cuatro en un símbolo de calcetín y, para mí, eso fue como ¡guau!".
Cuando se puso a hablar de sus bateristas favoritos me asusté un poco. Temiendo que las transcripciones de nombres en la entrevista citada me jugaran una mala pasada, llamé a mi hijo Marcel en Brasil, pero como seguramente estaba ocupado o mi hora no era prudente, me metí en los cien mejores bateristas del mundo. Ahí encontré, por ejemplo, que según Max Roach, Art Blakey "… es el único baterista cuyo tiempo reconozco de inmediato y su estilo característico era increíble. Solíamos llamarlo Thunder. Art fue quizás el mejor en mantener la independencia con las cuatro extremidades. Lo estuvo haciendo antes que nadie". Luego habla de Mitch Mitchell y me entero de que es el legendario baterista que empezó a tocar en The Jimi Hendrix Experience con tan solo 19 años, y fue parte del festival de Woodstock en 1969. Y cuando habla de "mi héroe definitivo, Tony Williams", ¡resultó ser baterista de Miles Davis, Coltrane, Stan Getz, George Benson y hasta de Chick Corea! ¡Definidamente, los gustos de esta muchacha se las traen!
Así que ni hablemos de Led Zeppelin y mucho menos de aquel corazón espinado de Santana, que los convirtió en marido y mujer.
Humberto Márquez