El exoesqueleto de larvas transformará la industria del bioplástico

Daniel Mora nos habla de un nuevo proyecto que promete un modelo económico regenerativo

Mora habló sobre una propuesta que emerge como una respuesta a los desafíos de la sostenibilidad.

 

11/09/24.- “La energía no desaparece, no se crea, se descubre, cambia de estado. Encontramos a través de estos procesos o fuentes de energía, que podemos sistematizarla de una manera que tributa a la naturaleza, a la regeneración de la naturaleza, de la vida y de las relaciones humanas”, nos comentó Daniel Mora, antropólogo y ecobiotecnólogo popular.

Mora inició su proyecto en Paracotos, estado Miranda, ahí ha sembrado y producido biofertilizantes para las plantas, gracias al uso de un baño seco que le dio el impulso para acercarse un poco más a la economía circular, un modelo de producción y consumo que facilitará entender esta idea de la Inteligencia Ecológica y que profundizará mañana jueves 12 de septiembre en un conversatorio que se realizará en la sede del Diario Ciudad CCS.

Mora indagó también en varias metodologías para alimentar a sus gallinas, una de ellas, destacó, consistía de tres capas: una de pasto, estiércol y residuos. “Esto generaba una reacción de donde se fermentaba ese residuo, desarrollaba atracción de insectos que servía de proteína viva para las gallinas”, explicó.

Asimismo, aclaró que se había hecho un sistema en el que durante un mes producía una pila de fertilizantes, aunque, más adelante presentó algunos retos.

El antropólogo habló con pasión de un insecto, de una larva enorme que al principio, da “cosa”, y que lo fue llevando a explorar nociones de la economía circular, de igual forma, exploró cómo usar este sistema para iniciar un proceso que consiste en la gestión de residuos orgánicos y cómo reducir las huellas de carbón. “Al hacer esa gestión, no lo vamos a llevar a la bonanza, vamos a bioconvertirlo. Eso evitará que se fermente y que genere gases de efecto invernadero”, destacó.

Ahora bien, ¿Qué es lo que procede? Dicho proceso va a generar valores, biofertilizantes que serán alimento para las lombrices y la biomasa, que podrá usarse como alimento para las gallinas, varios tipos de aves, entre otros.

La Inteligencia Ecológica se posiciona como un proyecto de valor que beneficiará tanto a la naturaleza como a la economía.

 

Elaboración de bioplástico

Respecto al tema de la larva, entre esos residuos orgánicos, se encuentran sus exoesqueletos; como bien dijo Mora: “la larva tiene varios estadios de crecimiento y en cada estadio de crecimiento, se le desprende la piel, esos exoesqueletos tienen quitina”.

De tal forma que, dará cabida a que se logre producir un tipo de panel electrónico, usado para la gestión electrónica, además, la producción de bioplástico como resultado de una gestión ambiental, tras el uso del exoesqueleto de la larva.

Todo ello, traerá un “propósito exponencial, generando distintas expresiones y todo eso genera ecosistemas, economía. Un ecosistema es una economía, pero una economía también es interacción de esa energía”, enfatizó.

LORIANA RUBIO / FOTOGRAFÍA: AMÉRICO MORILLO / CIUDAD CCS


Noticias Relacionadas