Historia viva | El futuro en una cumbre borrascosa

25/09/2024.- El presidente de la ONU, António Guterres, acaba de inaugurar una cumbre de mandatarios conocida como Pacto para el Futuro, que intentará aprobar, con la anuencia de los líderes mundiales, varios compromisos que incluyen un Pacto Digital Global y una Declaración sobre las Generaciones Futuras. Esta ambiciosa agenda, a la que se han sumado la mayoría de los mandatarios y países representados en este organismo multilateral, es amenazada por los tiroteos diplomáticos que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU está permitiendo, a través de la insólita aceptación de informes no confirmados e interesados de organizaciones no gubernamentales y "misiones independientes", que amparan a consumados terroristas y criminales contra la paz regional y mundial.

Para aderezar la Cumbre del Futuro, Israel intensifica cada día los ataques al pueblo de Palestina, y Occidente, es decir, Estados Unidos y la Unión Europea, desde Ucrania, alimentan el arsenal militar de guerra contra Rusia, en una escalada que ya tiene visos de conflagración muy peligrosa.

En Nuestra América, Estados Unidos insiste en continuar aumentando la presión contra los países del ALBA, incrementando las medidas unilaterales coercitivas en bloqueos y amenazas contra Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba. Estas coacciones se traducen en mensajes de chantajes o extorsión para el resto de los países del continente, como ha ocurrido con Brasil y Colombia, cuyas cancillerías han hecho juego con las pretensiones hegemónicas de la política exterior de Estados Unidos.

Pudiéramos hacer una metáfora sobre este Pacto del Futuro y señalar que de lo que se trata es de alcanzar una cumbre borrascosa, parodiando aquella famosa novela Wuthering heights, de la autora inglesa Emily Brontë, cuyo seudónimo era Ellis Bell. En ella, el protagonista intenta llegar a lo más alto de su destino, pero se encuentra con toda clase de personajes complicados, hostilidades y contratiempos, tal cual el escenario mundial que da contexto a la mencionada Cumbre del Futuro.

Ante el riesgo inminente de un control inductivo del comportamiento humano y sus relaciones con la naturaleza, incluso con el espacio sideral, por parte de intereses privados, el Pacto Digital en la Cumbre del Futuro se propone

... impulsar nuevas medidas y negociaciones internacionales apropiadas para prevenir una carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre en todos sus aspectos, en las que participen todas las partes interesadas pertinentes, de conformidad con las disposiciones del tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluidos la Luna y otros cuerpos celestes.

Esta propuesta puede dirigirse efectivamente contra la ralea Musk, que está incursionando desde hace rato en los modelos cibernéticos de control del espacio ultraterrestre y mental de la humanidad.

Otra quimera que se propone la Cumbre "es cerrar la creciente brecha dentro y entre los países desarrollados y en desarrollo y acelerar el progreso en la Agenda 2030". Eso significa, en términos reales, mitigar la depredadora conducta de las grandes potencias capitalistas para apropiarse de las riquezas y recursos de los países de la periferia, que por un poco más de cien años han implantado la violencia nazi o fascista para acabar con los derechos de los pueblos a la autodeterminación. Hasta ahora, ha sido sobre grandes sacrificios de sangre y fuego como los pueblos han logrado que se respete el derecho a la justicia y a la paz.

Es cuestión de tener suficientes esperanzas en una cumbre como la del Pacto del Futuro y ver qué nos dice la historia de las experiencias de estas convenciones internacionales y qué podemos interpretar como futuro inmediato para la humanidad, dadas las prácticas nada diplomáticas de las potencias capitalistas mundiales. Por lo menos, en América Latina y el Caribe desde hace doscientos años no tenemos guerras de dimensiones graves por voluntad de los pueblos amantes de la paz, a pesar de la diplomacia de guerra de Estados Unidos. Pero no porque ellos no han querido, sino porque no se lo han permitido, no obstante las agresiones recurrentes.

Aquí debemos recordar la contradictoria y dialéctica enseñanza del profesor de historia Germán Carrera Damas, hoy militante de la oposición venezolana, cuando nos habló de la historia prospectiva y de las categorías "continuidad y ruptura" en las que los hechos pasados, el presente cotidiano y las situaciones futuras se conjugan en una sola fluidez para comprender de manera distinta y no lineal los hechos históricos. Una reflexión útil para interpretar la Cumbre del Futuro.

Ojalá que esta cumbre no sea tan borrascosa como la novela de Emily Brontë.

 

Aldemaro Barrios Romero


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