Jesús García: Las comunas deben ser vistas como una entidad resolutiva

Opina que Caracas puede ser más planificada si se construye de la mano con el pueblo

 

El Observatorio para el Desarrollo Urbano de Caracas busca invertir en los sistemas de planificación urbana.

 

01/11/22.- En nuestra característica Cita con la Actualidad estuvimos conversando con el concejal Jesús García, también presidente de la Comisión Permanente de Infraestructura, Urbanismo y Viviendo Venezolano del Concejo Municipal de Caracas.

En el diálogo abordamos temas desde su participación en la construcción de la Comuna Altos de Lídice, en la populosa parroquia La Pastora, hasta la propuesta de un Observatorio para el Desarrollo Urbano de Caracas, que ahora con un cargo legislativo a sus espaldas, tratará de profundizar.

En esta amena conversación estuvimos acompañados por Mercedes Chacín, nuestro compañero fotógrafo Vladimir Méndez y quien escribe.

Jesús García llegó al concejo municipal con la idea de contribuir en la construcción de una ciudad más planificada y su Plan de Acción Territorial, impulsado en abril de 2022, busca diagnosticar, planear y ejecutar acciones para solucionar problemas y conflictos en al menos 60 comunas capitalinas, beneficiando así alrededor de 49 mil cuatrocientas familias.

—¿Qué se siente estar al lado del que a uno le pedía cosas y cómo ha sido esta transición?

—Esta pregunta es quizá una de las más importantes porque como decía Aristóbulo Istúriz “no es lo mismo pedir agua que repartirla” y no ha sido fácil la transición. Nosotros estamos como aprendiendo a esto de la gobernanza por un municipio en casi del último semestre para acá. El primer semestre fue de muchísimo aprendizaje, bueno incluso salíamos a la calle a veces sin un plan concreto, sino a escuchar a la gente y ver qué nos pedían, pero más allá de escucharles, entendimos que la gente no solo quería que los escucháramos, sino que le resolviéramos cosas, y uno viene del barrio resolviendo cosas muchas veces con lo que tenemos en la comunidad.

Cuando llegas a ser concejal te das cuenta que eres una figura de carácter legislativo y no ejecutivo, pues te das un golpe fortísimo que a veces te frustra y te hace pensar: ¿para qué me metí en esto?, como lo diríamos coloquialmente y piensas: ¿y ahora cómo le resuelvo el tema de la casa a la señora?, que sé yo, un montón de cosas que le piden a uno. Porque además una de las cosas que nos llevó allí, a ese espacio, es justamente la esperanza que tiene la gente de que uno lo haga distinto a quienes quizás nos han precedido y bueno, ese hacerlo distinto amerita mucha reflexión y mucho repensar para no caer en los mismos errores de otros compañeros que ya no ocupan estos cargos. Entonces, nos costó un poco cómo trascender ese proceso de querer escuchar a todo el mundo y querer responder todo, además al tiempo que lo hacemos en la comuna y entender que desde acá lo que tenemos que hacer es justamente buscar construir políticas para la ciudad completa, más allá de colores políticos y religiosos.

Bueno ahí nos hemos enfocado, construimos un Plan de Acción Territorial para no abandonar el territorio y un plan jurídico, y en esas dos aguas nos hemos aprendido a mover; además, más a allá de darle respuesta a la gente, el ambiente de la Cámara Municipal es un ambiente que hemos intentado meterle dinamismo porque es muy cuadrado y con un protocolo específico que se respeta, pero que nuestra dinámica quizá más rápida, no por el tema tanto de la juventud sino por lo que amerita el barrio y que la gente quiere siempre todo rápido; bueno es un espacio que te ralentiza totalmente, sesionar, escuchar, alzar la mano, o sea es un cambio radical y que nosotros hemos hecho todo el esfuerzo, cuando digo nosotros es todo el equipo de trabajo, por entender que en la sesión somos una cosa, pero cuando salimos a la calle hay que buscar darle otro sentido a ser concejal. Es un proceso de aprendizaje en este primer año, a pesar de ser un aprendizaje muy rico y enriquecedor, estamos en este último semestre dando ya pasos más firmes.

—¿Cómo fue esa experiencia en la Comuna Altos de Lídice?

—Esa ha sido, no diría que mi escuela, yo diría que mi universidad, antes de llegar a los Altos de Lídice como tal, nosotros tuvimos otras experiencias en La Pastora principalmente desde la creación juvenil con el colectivo cultural que llevaba por nombre “Antimantuanos” hasta pasar por todo el proceso de conformación de múltiples consejos comunales y primeras comunas en La Pastora, entre otras. Eso fue como el liceo y cuando llegamos a la universidad nos tocó aplicar todo lo que ya habíamos aprendido más todo lo que aprendimos después. Lo bonito de los Altos de Lídice es que hemos logrado transformar casi todo, era un sector verdaderamente abandonado inclusive lo que impresiona de este sector es que no fue hasta hace cuatro o cinco años que se conformaron consejos comunales allí, es decir, pasaron muchos años de revolución y en ese sector no había consejos comunales, algo alarmante.

Y allí decidimos justamente en ese periodo de conformación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en 2016, fue que comenzamos a conformar consejos comunales, y de allí nació la comuna. Hay una tesis interesante sobre el por qué la gente se organiza, ahí la gente se organizó sinceramente sin idealismo de ningún tipo por la necesidad, había muchas necesidades en términos de servicios casi nulos, en términos de alimentación muy golpeados, en la salud había un solo consultorio médico para las más de 3 mil familias y era muy difícil que ese solo consultorio atendiera a toda esa gente. Hoy la realidad es radicalmente otra, todo ha cambiado no solo por el apoyo del Gobierno nacional o municipal, sino por la voluntad de un grupo de 50 o 60 personas voceros de los consejos comunales que entendieron que la dinámica de un consejo comunal no es esperar que el Estado resuelva los problemas, sino ver qué recursos tenemos en la comunidad para resolverlos. Ese espíritu familiar es lo más bonito que tiene Altos de Lídice, mas allá de sus propios logros, que no se hubiesen hecho posibles si la gente no hubiera comprendido la capacidad que tienen en sus manos para transformar su propio habitat.

—Háblanos un poco sobre el Plan de Acción Territorial

—Esta es mi bandera principal, nosotros empezamos en la comisión trabajando con las AVV (organizaciones para las viviendas), eso nos consumió muchísimo porque es un problema difícil de la ciudad el tema de la vivienda. Nosotros más allá de ser concejales, yo asumí la presidencia de la Comisión Permanente de Infraestructura, Urbanismo y Viviendo Venezolano, entonces en esta comisión nos ha tocado pensar mucho qué hacer en el territorio, porque como lo dije al inicio nos vimos encerrados en cuatro paredes en una oficina muy linda y todo lo demás, pero eso no era lo nuestro y decíamos: Bueno y ¿cómo salíamos de aquí a la calle?, continuamos dando traspiés simplemente escuchando a la gente con el lema este de "concejal recibe consejo" y nada más o buscamos alguna solución. Entonces, comenzamos a pensar en un plan basado en el sector de donde venimos que son las comunas, el Plan de Acción Territorial tiene varias aristas, una de ellas es la planificación urbana de la ciudad, es algo que queremos rescatar y hemos venido haciéndolo en 60 comunas de la ciudad, que parecieran pocas pero es muchísima gente la que hemos puesto a pensar que la ciudad no tiene por qué seguir siendo la consecuencia del desastre que nos generó el capitalismo sino que podemos transformar muchos sectores.

De una manera u otra, este plan lo que busca es un proceso de experimentación de lo que ha planteado el Presidente que no es más que la agenda concreta de acción y el mapa de soluciones visto desde el barrio y desde la propia gente; construimos unas fases, la socialización del plan; la planificación justamente de cada problema y así construir ideas de solución; luego incorporamos un acompañamiento técnico con ingenieros y arquitectos para convertir esas ideas que diagnosticó la gente en proyectos concretos; luego buscamos alianzas, desde el concejo municipal no tenemos la facultad de financiar proyectos, sino que buscamos algunas alianzas para comenzar a cargar proyectos como una fase también del plan. En este momento, se han financiado 13 proyectos en la ciudad, proyectos enmarcados en el Programa 52.5 que es el sistema que utiliza el Consejo Federal de Gobierno para financiar las estructuras del poder popular. Estos 13 proyectos están en pleno desarrollo, algunos ya tienen los recursos en sus cuentas financieras y otros ya comenzaron a llevar adelante el proyecto, ahora lo que se viene es el proceso de ejecución de las obras y la inauguración de las mismas.

—¿De qué se tratan las obras?

—Hay múltiples, van desde resolución de problemas de agua potable, resolución de problemas de aguas servidas, reparación de fachadas, sustitución de techos, reparación de caminerías, entre otras.

 

Jugó un papel fundamental en la Comuna Altos de Lídice como muestra representativa del movimiento comunero en Venezuela

 

—¿Y esas comunidades estaban organizadas o ustedes también apoyan en la organización?

—Nosotros evaluamos casi todas las comunas que existen en Caracas, más de 160, y en esa evaluación empezamos a buscar cuáles eran las que tenían quizás un mayor nivel de organización en cada parroquia de la ciudad. Hicimos un primer filtro que fue la gran convocatoria en donde preguntamos cómo está su organización comunal; en este proceso nos dimos cuenta que sí había debilidades, pero nos quedamos con este primer lote de 60 comunas y comenzamos a apoyarles en su organización porque la construcción del mapa de solución y la agenda concreta de acción no fue que ellos lo hicieron solitos, nosotros incorporamos gente allí para que ayudaran, desde las estructuras que existen, en cada autogobierno comunal se fortalecieran en torno a un plan, que era lo que insistíamos que no pueden ir por allí esperando que el gobierno te diga qué es lo que van a hacer, sino que nos muestran cuál es el plan de su comunidad; vamos a retomar las asambleas de ciudadanos y que la gente, por enésima vez sí, diga cuáles son sus problemas y nosotros tenemos la garantía de que vamos a solucionar por lo menos uno, que además aporte soluciones para la familia.

Por ejemplo, en La Vega uno de los proyectos que más nos tiene emocionados es la canalización de una quebrada, hay una parte abajo en La Vega que siempre se inunda, allí hicieron una trabajo pero el problema radica arriba, entonces una de las obras busca generar una especie de desarenador más pequeño empezando en la quebrada. Estamos seguros que esto va a enamorar al resto del territorio, para que cuando llegue al desarenador abajo lleguen los residuos muy finos y no lo que conscientemente la gente lanza a las quebradas y que termina obstaculizando y generando esos desastres en La Vega.

¿De este Plan de Acción Territorial nace la idea del Observatorio para el Desarrollo Urbano de Caracas?

—Fíjate, como te decía anteriormente, tenemos dos aguas en las cuales nos manejamos. Lo que tiene que ver con el Plan de Acción Territorial y lo que tiene que ver con el desarrollo de los proyectos barrio adentro, y el plan legislativo, que no está anclado precisamente a una ordenanza, que no tiene nada que ver con la gente sino con ordenanzas con elementos concretos que nosotros diagnosticamos en la ciudad, uno de ellos es el observatorio.

Nos damos cuenta por muchas reuniones en donde hemos estado, que el tema de la vivienda pareciera que no tiene solución, desde que el Comandante Chávez pensó aquello que en Caracas entraba otra ciudad y todo eso, las ideas de Fruto Vivas, de José Rafael Núñez, de Paula Cosani, etc, de mucha gente que le ha dado aportes a la ciudad pero que lamentablemente se pierden gestión tras gestión. El observatorio busca traspasar eso de las gestiones de los alcaldes y las alcaldesas, y que sea un espacio científico donde se piense la ciudad de aquí a 10, 20 años; eso se hizo en su momento con Jorge Rodríguez, se pensó la ciudad. Ahora no es el deber ser que se piense la ciudad para cinco años y viene un nuevo alcalde y piense en otro modelo de ciudad, no. Evaluamos otros sistemas de planificación urbana en otras ciudades como Buenos Aires, Medellín, Bogotá, Brasilia y nos pusimos a ver otros observatorios en otros lugares del mundo que nos llevan una morena como Shangai, en China, ellos le invierten una importancia a lo que respecta a los recursos para construir una ciudad y más allá de los recursos hay que destacar el cómo ellos planificaron su ciudad. Nosotros tenemos que preguntarle a la gente realmente qué es lo que quiere y que le hace falta a su ciudad.

—Es difícil hablar de desarrollo urbano en Caracas, ¿verdad?

—Sí, sobretodo porque la gente piensa en Caracas como la parte plana y nada más, en centro y sus principales avenidas y dejamos por fuera aquel cinturón lamentable que tenemos. Nosotros desde la comisión no romantizamos eso que lamentablemente nos dejaron como hábitat, que tienen múltiples problemas de servicios, de habitabilidad y todos los problemas que tiene el barrio. Mucha gente dice: "qué bonito es el barrio", nosotros decimos que lo bonito es su gente y el cómo hace que ese lugar a pesar de tantos problemas la gente viva amenamente. Desde el propio Órgano Nacional de Vivienda a veces nos cuesta encontrar soluciones en cuanto a viviendas en la ciudad. Lo que sí hemos visto es que existen precedentes muy bonitos y que Caracas puede ser otra, ¿no?, y si mancomunamos esfuerzos podemos generar lo que planteaba el Comandante Chávez, algunos injertos que puedan procurar irse repitiendo en otros espacios y eso lo estamos haciendo con el Plan de Acción Territorial.

—Y de las lluvias en Caracas, ¿qué nos puede comentar?

—Nosotros tuvimos que ponernos de frente con eso, sobre todo a comienzos de año con las primeras lluvias, fue muy duro enfrentar los derrumbes y deslizamientos. Ahora más que nunca hemos visto cómo se han ido moviendo los suelos de la ciudad y como mucha gente se ha quedado sin vivienda. Algo que nos preocupa. Sin embargo, más allá de preocuparnos, nos ocupa. Nosotros estamos proponiendo, por ejemplo, un elemento importante para la ciudad que es el Fondo de Autogestión para el Hábitat de la Ciudad que está relacionado a la Ley de Autogestión del Hábitat que está en la Asamblea Nacional. El fondo busca que la alcaldesa en este caso siempre tenga recursos para solventar problemas como estos, porque además pensamos el tema jurídico, las ordenanzas y los acuerdos como elementos sistemáticos. Es decir, el observatorio levanta datos y yo tengo un fondo creado justamente para apoyar el tema del hábitat y al tema de la vivienda, y evitar que estas coyunturas nos tomen con las manos abajo sino que estemos en guardia para solventar la situaciones.  

—¿Y la intención de convertir el acuerdo Fruto Vivas a Ordenanza Municipal?

—Creo que Fruto se lo merece, él dio mucho por el país y mucho por la ciudad. Desde el concejo municipal específicamente desde nuestra comisión queremos convertir lo que era un simple acuerdo para celebrar la vida de Fruto Vivas, en una ordenanza para que todos los años premie en este caso no solamente a arquitectos sino también a ese albañil, como decía Cheo Feliciano en su canción, el que a fin de cuentas construyó y sigue construyendo la ciudad.

—¿Qué le pedirías al concejal Jesús García para Altos de Lídice?, ¿qué le hace falta?

—Lo más clave en los Altos de Lídice es que nunca se pierda el sentido de la unidad. No de la unidad per se, sino de la unidad programática, eso es clave. Es difícil que todo el tiempo, todos estemos de acuerdo, eso es sumamente difícil, pero lo que sí debe unificar siempre es un programa y en la medida que esto esté claro y seamos conscientes de eso, pues la comuna siempre va hacer una referencia para la ciudad y para el país, con mucha modestia pero teniendo en cuenta de que el esfuerzo no puede ser por mera improvisación o ese voluntarismo por hacer las cosas, no. Todo tiene que estar siempre enmarcado en un plan que tiene como ancla el sentir de la gente. Yo le pediría principalmente a los Altos del Lídice es que no pierdan su espíritu nunca, ese espíritu que la ha llevado a ser la comuna que es y que nunca se pierda el sentido de la unidad, que es la clave para que la paz reine y que podamos hacer lo bonito en la ciudad.

—¿Comuna o nada?

—Siempre, comuna siempre. Pero la comuna vista como una entidad resolutiva, como una figura que resuelve cosas. La comuna no puede ser un espacio donde nos vamos a encontrar todos los martes cuatro compañeros a hablar de política o a esperar el ministro o al alcalde, eso no es una comuna. La comuna produce, resuelve problemas, escucha a la gente, es dinámica, se mueve. Una comuna que simplemente está en puras reuniones, pues termina siendo la nada y hay que cuidar bien cuál es el concepto de la nada, qué es la nada, porque a veces podemos ser muy comuneros pero nos podemos estar acercando a esa nada, al divisionismo, a esa pelea entre nosotros mismos como comuneros y comuneras, entonces hay que tener muy en claro qué es la nada porque el concepto de comuna es lo que estamos construyendo totalmente, pero el de la nada si no lo tenemos claro es difícil.

NAILET ROJAS / FOTOGRAFÍA: VLADIMIR MÉNDEZ / CIUDAD CCS

 


Noticias Relacionadas