Xin chào | Monsanto: la mortífera llovizna

La “llovizna mortífera” contenía diversos componentes químicos...

4/11/22.- La tragedia que hoy vive el Paraguay de Abdo Benítez nos obliga a echar un vistazo hacia Centroamérica, Colombia, Venezuela (caso de Agroisleña) y también hacia Indochina, donde Monsanto ha dejado huellas depredadoras sobre la Pachamama.

El golpe express (2012) de la derecha paraguaya, liderada por el Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico, contra el presidente Fernando Lugo, para apoderarse de las tierras de Morombí (70 mil hectáreas) y otros terrenos de la herida nación guaraní, tuvo el claro sello de Monsanto.

La conocida multinacional del agro no solo sabe envenenar la tierra para cosechar dólares; en Morombí, conspiró para que el gobierno asesinara a once campesinos y nueve policías, con el propósito de montar la puesta en escena que justificara la destitución “legal” de Lugo.

Retrato más claro,no podía ser el ecocidio ocasionado por Monsanto y otras 36 multinacionales, contratadas por el Pentágono para desaparecer la alfombra verde de las montañas, al sur de Vietnam, después de que los franceses fueron derrotados en la batalla de Điện Biên Phủ.

Vietnam, un pueblo campesino, humilde, pero de profunda dignidad, fue víctima, entre marzo de 1965 y junio de 1970, durante los gobiernos de Lyndon Johnson y Richard Nixon, de miles de ataques con sustancias químicas prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario, que fueron esparcidas por los C123 de la aviación yanqui. 

La “llovizna mortífera” contenía diversos componentes químicos que se conocieron como “agente naranja”, pero en realidad el nombre tenía que ver con la franja anaranjada que distinguía a los bibones. Los defoliantes lanzados sobre bosques y zonas agrícolas se distinguían por su color: blanco, azul celeste, purpura, carmesí y verde, fabricados por las 37 empresas estadounidenses a base de dioxina, un agente de alto poder cancerígeno.

Durante esos cinco años -siglos para los vietnamitas- los aviones de EEUU rociaron 75,8 millones de litros del llamado agente naranja, que arrasó 13 mil km² de cultivos de alimentos y árboles frutales, equivalentes al 43 por ciento de las áreas boscosas del sur de Vietnam, además, la lluvia mortífera pulverizó 45 millones de metros cúbicos de madera. 

A 57 años del inicio de la operación del Pentágono en Vietnam, aún existen gigantescas áreas envenenadas, sobre todo cercanas al aeropuerto de Đà Nẵng, en la zona central de Vietnam, donde estuvo enclavada la mayor base naval estadounidense, lugar de donde partían los vuelos de la muerte.

Unidades militares vietnamitas especializadas, a las cuales se ha unido un grupo estadounidense, han emprendido en los últimos años tratamiento térmico como fase final para sanear las zonas afectadas por la dioxina. Otra zona altamente afectada por la dioxina es el aeropuerto de Biên Hòa, donde las autoridades detectaron fuertes daños ambientales. En una nueva etapa de tratamiento han trabajado sobre 45 mil metros cúbicos de terreno.

El que con hierro mata…

El destino le reservó una sorpresa fatal al comandante de las fuerzas navales estadounidense en Vietnam del Sur, almirante Elmo Zumwalt Jr. quien estuvo al frente de la operación que roció los millones de litros de dioxina.

Sin percatarse de lo que le esperaba, Zumwalt Jr. llevó el agente naranja a su hogar, tras contaminar a su hijo, el teniente Elmo Zumwalt III, quien combatía sobre territorio indochino, precisamente fue contaminado durante el operativo depredador de su padre. Terminada la guerra, tres generaciones consecutivas de la familia Zumwalt han tenido que pagar bien alto lo que el jefe de la familia ocasionó en el lejano sur.

Como ironía de la historia, la familia Zumwalt demandó judicialmente a los fabricantes de los tóxicos por los cual las empresas debieron desembolsar 180 millones de dólares por concepto de indemnización a los Zumwalt.

Además, el militar gringo hubo de enfrentar acoso policial por manifestar su arrepentimiento por los crímenes cometidos y reconocer que había cumplido órdenes superiores.

Pero no solo regresaron afectados 480 mil soldados gringos, también efectivos de los aliados de EEUU: surcoreanos, australianos, neozelandeses y filipinos, fueron afectados, y debieron ser indemnizados por las multinacionales que rociaron el veneno. Sin embargo, las cortes estadounidenses, a 57 años de la barbarie, se resisten a reconocer los daños ocasionados en Vietnam, por Monsanto, Dow, Diamond, Shamock, Hercules y North American Phillips, entre otras empresas que ocasionaron la muerte de más de dos millones de vietnamitas a causa de la mortífera llovizna.

Organizaciones como la Asociación Vietnamita de Defensa de las Víctimas del Agente Naranja (VAVA, siglas en inglés) considera que más de dos millones de personas fueron afectadas por el veneno rociado por los C123, que mató a decenas de miles de vietnamitas, entre ellos unos 50 mil niños y niñas, quienes sufrieron deformaciones y otros efectos dañinos. En todo Vietnam existen miles de casas de cuidado de la población afectada por la guerra química del invasor yanqui que afectó a varias generaciones.

Caso dramático es el de James Lamar Rhodes, uno de los miles de soldados estadounidenses que regresaron de Vietnam con dioxina en sus entrañas y luego perseguido en su país por gritar contra la guerra en Indochina.

La tragedia de Rhodes había comenzado en 1968, cuando fue enviado al infierno de sureste asiático como otro invasor más. Cansado de recorrer hospitales de su país en busca de asistencia médica, se incorporó a las protestas contra la guerra, pero acosado por el FBI y la CIA, se marchó a Vietnam, donde encontró el apoyo que le habían negado en su tierra.

Rhode, regresó a Estados Unidos a escribir El Rebelde, libro que narra su tragedia, y estuvo al frente de muchas protestas. Siguió viajando a Vietnam, donde escribió Diario de un exenemigo. Posteriormente, en Hanoi se convirtió en traductor de la revista oficial del Partido Comunista de Vietnam.

- Bastidas, Ángel Miguel. (2017). Xin chào, Editorial Thế Giới.

- Tây Huyện, Nguyễn. (2010). Vietnam Guerra de Liberación 1945-1975, Editorial Thế Giới.

- Quang Thanh, Định. (2015). Vietnam 1975, A Time for Remembrence. Editorial Thế Giới.

 


Ángel Miguel Bastidas G.


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