26/10/2024.- Mediante la realización de investigaciones, análisis e iniciativas de las incidencias de una nueva trama de corrupción y traición en el desempeño de la administración de la industria nacionalizada Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa), fue detenido su expresidente Pedro Tellechea Ruiz, en la madrugada del domingo 20 de octubre de 2024. Se le denuncia por haber facilitado la entrega del Sistema de Control y Mando Automatizado de Pdvsa (cerebro de la industria petrolera) a una empresa extranjera adscrita a los servicios de inteligencia de Estados Unidos (EE. UU.), implicada en el golpe de Estado de 2002. Así lo dio a conocer el vicepresidente sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz, Diosdado Cabello, el martes 22 de octubre de 2024.

Pedro Tellechea Ruiz, expresidente de Pdvsa, militar e ingeniero, fue hasta hace muy poco tiempo ministro del Poder Popular de Industria y Producción Nacional. Lo que se ha podido conocer hasta ahora es que el presidente Maduro, sin prejuicio ni falso pudor, pedirá poner al desnudo crudamente los hechos, explicar los mismos ante la opinión de los venezolanos y después ante los tribunales correspondientes, para sancionar de manera ejemplar al prenombrado culpable. Es casi seguro que el ingeniero Tellechea Ruiz fuera sobornado por las transnacionales Informática, Negocios y Tecnología, S. A. (Intensa); la empresa Science Applications International Corporation (SAIC) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Intensa S. A. estuvo involucrada en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002.

Tanto Pedro Tellechea como su grupo íntimo de asistentes, con un alto nivel de corrupción y traición, han buscado disminuir la inversión y, con ello, la tasa de desarrollo económico, al tratar de impactar negativamente en los programas sociales de erradicación de la pobreza, o haciéndolos ineficaces. Inclusive, buscaron frustrar la iniciativa del sector estatal-privado para aprovechar las oportunidades comerciales y de crecimiento, porque así podrían debilitar la competencia económica de la nación. Ello pone en juego no solo el prestigio nacional e internacional, sino incluso la seguridad del país. En el contexto político mundial actual, una república como Venezuela sin prestigio y sin moral sería una república indefensa.

Las autoridades norteamericanas, con la posesión del cerebro de la industria petrolera venezolana, podrían socavar la soberanía nacional cuantas veces deseasen, y tendrían la suprema potestad de apagar toda la red informacional de Pdvsa.

Lo que ha hecho Pedro Tellechea Ruiz y su mafia en contra de Pdvsa constituye un delito de corrupción y además un delito de traición a la patria, lo cual representa un inminente peligro. La CIA y otros servicios estratégicos de inteligencia de EE. UU. ya deben estar procesando la información sinóptica sobre la situación actual del sistema petrolero de Venezuela (exploración, perforación, gas natural, petroquímica, exportación, relación con la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, etc.). Todo dentro de una posible operación secreta para ensalzarse en un nuevo intento de aplastamiento de la Revolución Bolivariana de Venezuela.

EE. UU. alentó la corrupción y la acción traicionera de Tellechea Ruiz. La nación del norte está ansiosa de apoderarse de las reservas de petróleo más grandes del mundo, ubicadas en Venezuela, que están probadas en más de 309 mil millones de barriles, según sostiene desde el 1.° de abril de 2019 la información estadística de la CIA. Por ahora, la CIA debe estar planificando cómo tratar de escamotear el ingreso de Venezuela al bloque de los Brics. En dicha organización precisamente está dándose un panorama desfavorable a los intereses de EE. UU., el Reino Unido (RU) y la Unión Europea (UE), y ya Venezuela está contribuyendo a crear un mundo multipolar. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostiene que el bloque Brics es el epicentro de un nuevo mundo.

Para lavar de forma ejemplar un ultraje como el de Pedro Tellechea Ruiz, personajillo corrupto y traidor, principal acusado, es menester aplicar con rigurosidad el Código Penal, la Ley contra la Corrupción, la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, la Ley del Estatuto de la Función Pública y otras de competencia exclusiva del Ejecutivo Nacional. Combatir la corrupción y la traición es un objetivo nacional.

J. J. Álvarez