Retina | La última oportunidad

04/11/2024.- Complicado contabilizar cuántas veces la ultraderecha venezolana ha hablado de la “última oportunidad” para “salvar” cualquier cosa que digan defender. Venden siempre la idea de que si pierden esta vez, lo habrán perdido todo para siempre.

Ha sido así desde 1998, cuando sin vergüenza alguna trucaron la ley electoral, separaron las elecciones parlamentarias de las presidenciales y modificaron las candidaturas de varios partidos políticos para tratar de ganar con el candidato a quien Chávez llamó “Frijolito”.

La estampa que más recuerdo de ese momento es la foto de Alfaro Ucero, el candidato de Acción Democrática, defenestrado de la candidatura, sin poder ingresar a la sede de su comando de campaña, trancado con cadena y candado, indignamente cerrado para la política. Imagen que resulta ser más grotesca si recordamos que la oposición promovió la mentira de que Chávez habría hablado de freír las cabezas de los adecos. Es decir, la ultraderecha con sus supuestas urgencias, expulsó de la campaña electoral al candidato del sector político supuestamente más amenazado.

Era un momento tan vestido de urgencia como han sido presentados todos los momentos políticos importantes ocurridos en Venezuela desde entonces. El núcleo fascista de la oposición venezolana habla siempre, no sin una fuerte carga apocalíptica, de la “última oportunidad”, del “es ahora o nunca”, acompañados de un espíritu de urgencia, de miedo y emergencia.

Ha habido muchas ocasiones cuando, la gente contaminada por estos discursos, de pronto ha abandonado su racionalidad y ha hervido miles de litros de aceite, dispuestos a arrojarlo contra los agresores imaginarios que vendrían a atacarlos. A veces, han cerrado con fuego sus vecindarios, dispuestos a una lucha paranoica de trincheras, a la espera del inminente ataque que no ocurre y que genera la sospecha de que en lo interno de sus calles ya estén instalados sus “implacables” enemigos.

Para alguien que observa esta dinámica desde afuera, podría resultar graciosa la historia de todas estas “últimas oportunidades”. Lo primero que llama la atención, es que son oportunidades políticas creadas o facilitadas por el chavismo, casi siempre expresadas en convocatorias electorales, de consulta popular u otras formas de participación.

Es fácil entender que la participación y la profundización de la democracia generen terror a las élites fascistas y que, dados los recursos con que cuentan y el apoyo que les brindan los partidos fascistas de Europa y la élite gobernante de Estados Unidos, dedique un gran esfuerzo a enfermar a amplios sectores de nuestra sociedad.

Cuando tienen algo de éxito, es en destrucción y muerte que se contabiliza el accionar que perpetraron en esa nueva “última oportunidad”.

 

Freddy Fernández

@filoyborde

 

 


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