Pluma acústica | Boogaloo: la salsa a go-gó (segunda parte)

06/11/2024.- Comentábamos en nuestra entrega anterior de Pluma acústica, que el boogaloo es un género musical creado y desarrollado a mediados de los años sesenta por jóvenes latinos nacidos o criados en la ciudad de Nueva York, que tuvo características, incluso, de movimiento sociocultural. Es una mezcla de ritmos y estilos musicales afrocubanos y afroamericanos. Fue un boom entre la juventud de aquella época que —a pesar de haber sido eclipsado por la aparición de otro fenómeno musical: la salsa— todavía tiene vigencia, sobre todo porque ciertos Dj, desde hace algunos años, lo han incluido en su repertorio con gran aceptación por parte del público que disfruta de su ritmo alegre y cadencia, lo que otorga una gran libertad a la hora de bailar.

Hacíamos referencia en el final de la primera parte de esta columna, que el éxito que comenzó a tener el boogaloo entre los jóvenes, generó una rivalidad entre los músicos que representaban la “vieja guardia” y los que integraban el nuevo movimiento, que tenía una gran carga de fusión musical, irreverencia y libertad interpretativa y de movimiento en cuanto al baile. En un primer momento, los otrora “reyes del mambo”, desdeñaban y criticaban el nuevo estilo, considerándolo casi una blasfemia hacia la música tradicional afrocaribeña. No obstante, dado el éxito comercial que comenzó a tener el boogaloo, a la postre muchos de estos primeros detractores comenzaron a tocar y grabar temas del con el estilo del naciente género, al que también llamaron latin soul y/o shingaling.

Nacimiento y consolidación del boogaloo

Probablemente, el primer boogaloo grabado sea Lookie lookie de Richie Ray, incluido en el álbum Se soltó de 1966. Este tema era básicamente una guajira con notas de blues. Sin embargo, podemos decir que el primer gran éxito comercial del boogaloo fue Bang bang de Joe Cuba, que formó parte del disco Se Busca vivo o muerto, grabado el mismo año de 1966. Este tema vendió más de un millón de copias en muy poco tiempo.

La historia de la canción es más o menos la siguiente: Cierto día, Joe Cuba y su Sexteto estaban tocando en un local de Nueva York llamado Palms Gardens, donde la audiencia era mayormente afroamericana y durante el primer set estuvieron tocando música latina convencional. El sexteto se percató de que la gente no estaba bailando, así que Jimmy Sabater (timbalero) le sugirió a Nick Jiménez (pianista) una melodía con ritmo de son montuno, notas de soul y acordes de blues… aquello fue una bomba en aquel lugar. La euforia se apoderó de los presentes, quienes comenzaron a bailar y a corear, y casi no los dejaron parar de tocar el recién nacido tema.

Otro tema muy importante y emblemático del nuevo estilo fue Boogaloo blues de Johnny Colón. Como bien lo indica su nombre tenía una gran carga de blues, y su letra (en inglés) terminó de dimensionar aquella obra de arte e hizo que los jóvenes la adoptaran como un himno. Normalmente las letras no eran muy profundas, a excepción de las de Joe Bataan, de quien hablaremos más adelante. Sin embargo, Boogaloo blues fue directo al pecho y a la cabeza de esa juventud psicodélica, el coro dice algo así como: “LSD me tiene agarrado, 123 soy tan libre”… Esto rima dicho en inglés.

Entre otras de las canciones representativas y de gran éxito dentro del nuevo sonido se destaca I like it like that de Pete Rodríguez, su ritmo es explosivo y contagioso, el esqueleto y el alma se sacuden solos. Pete Rodríguez también grabó el que probablemente sea el primer boogaloo en español: Micaela, también un éxito de grandes dimensiones. Otro intérprete y compositor que sobresale en los inicios del boogaloo es Joe Bataan. Sus composiciones son crónicas poéticas de lo que acontecía a diario en el barrio, con una fuerte influencia del doo wop y el soul. Entre sus temas más icónicos están Gipsy Woman, It´s A Good Feeling y I Wish You Love.

La capitulación de la “vieja guardia”

Como mencionamos anteriormente, los músicos consagrados de las décadas de los años cuarenta, cincuenta e inicios de los sesenta, fueron en un principio grandes detractores del boogaloo. Sin embargo, algunos sucumbieron ante el boom del nuevo estilo de música latina, muchos de ellos por decisión propia y otros por exigencias de los sellos disqueros que los representaban. Artistas como Tito Puente, Ray Barreto, Mongo Santamaría, Larry Harlow y Eddie Palmieri, terminaron por adaptarse al nuevo sonido. Tal vez el caso más curioso sea el de Eddie Palmieri, quien por exigencia del sello Tico Records grabó en 1968 el álbum Champagne, considerado como uno de los mejores discos de boogaloo.

El auge del boogaloo fue corto, pero intenso. Ya para inicio de la década de los años setenta fue eclipsado por la naciente salsa, otro género musical desarrollado por latinos en Nueva York fusionando ritmos, estilos y géneros musicales afrolatinos y afroamericanos, pero con una mayor tendencia hacia la guaracha cubana. Podemos decir que el boogaloo se inclinaba más hacia los géneros afroamericanos, mientras que en la salsa estas influencias son apenas perceptibles; fue una suerte de retorno hacia la “vieja escuela” con algunas pinceladas de jazz y rhythm & blues. La disquera Fania Recrods, que al principio había apoyado y generado grandes ganancias económicas con el boogaloo, fue la que puso fin al movimiento y monopolizó la salsa, comprando casi todos los sellos disqueros que difundían la música latina.

El boogaloo también tuvo gran éxito en América Latina, en países como Venezuela, Perú y, especialmente, en Colombia, donde hasta el sol de hoy sigue sonando y se sigue produciendo con mucha fuerza, sobre todo en Cali. El tema es bastante amplio y nuestro espacio es corto, no obstante hemos querido hacer una aproximación en estas dos entregas. Esperemos que en otra oportunidad podamos analizar el impacto del boogaloo en Latinoamérica.

 

Kike Gavilán

 


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