Crónicas y delirios | Premios y apremios del Nobel de Literatura
08/11/2024.- El Premio Nobel de Literatura es, como sabemos, el galardón universal más preciado para quienes se ocupan de esta tarea honda y crucial (también terrible en exigencias espirituales y neuronales) que es escribir. Su ámbito reside siempre en la forzosa soledad para la creación, acompañada a veces de diversos fantasmas: ya sean líquidos, históricos, familiares o de sombras librescas. Los que se acogen a tal menester, según dirían en el Siglo de Oro, nunca pueden desprenderse de sus ataduras invisibles, pero, no obstante, el galardón de la posteridad los aguardará con honras eternas.
Todo esto vino a cuento personal cuando leímos que el Premio Nobel de Literatura 2024 había sido conferido a la novelista surcoreana Han Kang; y el "derrotado" era Haruki Murakami, famoso escritor japonés que por décima segunda vez se postulaba sin éxito para la presea. Por ello nos surgió la intención de evocar, con destino fundamental a los jóvenes lectores, algunas incidencias relativas al célebre Premio Nobel.
El ingeniero y químico sueco Alfred Nobel, mediante la invención de la dinamita y otros dieciocho explosivos, acumuló una enorme fortuna con creaciones que resultaron inicialmente a favor del desarrollo humano, produciendo luego un gran número de muertes por causas bélicas e intencionales. Refieren que en el año de 1888 ocurrió un gran incendio en su taller de trabajo, con saldo de varios fallecidos, y entonces Alfred Nobel leyó su propio obituario de prensa: "El mercader de la muerte ha muerto". Sin embargo, la información resultó errónea, porque el extinto no era Alfred, sino su hermano Ludwig.
Para enmendar tan magna culpa, Alfred Nobel dispuso en su testamento que la fortuna obtenida con dichas invenciones se destinara a aquellos cuyo trabajo fuese en beneficio de la humanidad. Por ello, el Premio Nobel se instituyó en 1895 y empezó a entregarse el año 1901, en las categorías de Física, Química, Medicina, Literatura y Paz.
La Academia Sueca, encargada del área, eligió al poeta francés Sully Prudhomme para recibir el primer Premio Nobel de Literatura. Un grupo de 42 escritores, artistas y críticos literarios de Suecia protestó contra esa decisión, pues esperaba que León Tolstói resultase el laureado (añadiendo en entretelones que Prudhomme era un poeta mediocre).
Jean-Paul Sartre rechazó el premio en 1964, argumentando que no quería tener compromisos con el poder establecido y que los honores institucionalizaban a las personas, influían en el lector y corrompían la literatura. El novelista ruso Boris Pasternak, según presión del gobierno soviético, también rehusó el Nobel bajo el criterio de que era inmerecido y que no debía aceptarlo por el significado que tenía en la sociedad de su país.
En una decisión insólita, Winston Churchill resultó ganador del Nobel de Literatura en 1953, "por su dominio de la descripción histórica y biográfica, así como por la brillante y exaltada oratoria en defensa de los valores humanos". Más insólito aún fue que el jurado comparase a Churchill con Julio César.
Hasta el momento, los latinoamericanos que han recibido el galardón son el mexicano Octavio Paz, en el año 1990, los chilenos Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971), el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), el colombiano Gabriel García Márquez (1982) y el peruano Mario Vargas Llosa (2010). El inmenso Jorge Luis Borges falleció sin haber obtenido dicha honra, aunque en verdad no la necesitaba, y al eximio poeta Rubén Darío nunca se la otorgaron.
Gabriel García quebrantó los rígidos protocolos del Nobel y, a la ceremonia del 1.º de diciembre de 1982, asistió vestido con un liquiliqui blanco, traje típico de los llanos colombo-venezolanos, mientras los demás iban de frac. Adicionalmente, pidió a sus familiares y amigos que llevaran en el ojal una flor amarilla para ahuyentar la mala suerte, y se hizo acompañar de un grupo musical vernáculo presidido por Totó la Momposina y Leonor González, la Negra Grande de Colombia. Dicen —¡no sabemos si es verdad u otra fantasía del Gabo!— que los representantes de la realeza sueca abandonaron sus tiesos modales y se dedicaron allí mismo a aprender los pasos de cumbia.
El día en que García Márquez resultó ganador del Nobel, unos periodistas le preguntaron su opinión a Jorge Luis Borges sobre el veredicto que favorecía al autor de Cien años de soledad, y él respondió: "Estoy de acuerdo, me parece muy bien porque sabe escribir, aunque creo que con cincuenta años de soledad hubiese sido suficiente".
En el 2018, la viuda de José Saramago rescató fortuitamente, de la antigua computadora del autor, un texto referido al entorno de emociones y reflexiones que a este le surgieron con motivo del Premio Nobel de 1998; y, a falta de título, se le denominó "El cuaderno del año del Nobel". En el volumen hay un mayor posicionamiento cultural y ético del escritor, con visiones sobre América Latina, Europa y los efectos totalitarios de la globalización, hasta su diálogo con un vendedor de tienda a quien le parecía imposible (o casi alucinatorio) que el Premio Nobel le estuviese comprando un par de calcetines.
Hasta ahora, los escritores venezolanos candidateados al Premio Nobel de Literatura han sido Rufino Blanco Fombona (1925), Rómulo Gallegos (1967) y Luis Britto García (2020). El Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela aprobó en el año 2023 una moción para postular a Rafael Cadenas al citado premio, pero no sabemos si esto realmente se llevó a cabo.
Cuando Albert Camus supo que había ganado el Premio Nobel de Literatura (1957), le escribió esta emotiva carta de agradecimiento a Louis Germain, su maestro en Argel:
Querido señor Germain: He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. No es que dé demasiada importancia a una honra de este tipo, pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido. Lo abrazo con todas mis fuerzas y lo invito para que me acompañe a Suecia en la oportunidad de recibir el premio. Albert Camus.
En 2016, en fallo inaudito y para muchos incomprensible, la Academia Sueca le confirió el Premio Nobel de Literatura al cantautor estadounidense Bob Dylan "por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción de EE. UU.". La estrella del rock, que ese momento tenía 75 años y desbancaba al favorito Haruki Murakami, rechazó asistir a la ceremonia premiatoria, aunque tres meses después aceptó con la condición de que no hubiese discurso de orden ni rueda de prensa.
Luego, mediante un texto leído en su nombre, asentó que, para él, recibir el galardón estaba "más allá de las palabras" y que sus probabilidades de ganar eran tan factibles como poner "un pie en la luna". Muchos, entonces, se preguntaron: ¿por qué le confirieron ese premio a Dylan y nunca a Jorge Luis Borges? ¿Acaso no lo merece también Silvio Rodríguez?
Nos quedaron en la tinta virtual del ordenador (o desordenador, según se estime) algunas otras acotaciones que alguna vez haremos. ¡Prometido al pie de la letra!
Como obsequio para nuestros lectores, copiamos el link de la gran novela Kafka en la orilla, de Haruki Murakami, quien con certeza será en su momento Premio Nobel: https://ww3.lectulandia.com/book/kafka-en-la-orilla/
Igor Delgado Senior