Tinte polisémico | Ciudadanía, actividad comercial e instituciones
08/11/2024.- La compleja dinámica de la actividad económica con relación a la prestación de los servicios y la compra-venta de bienes que se practica en una determinada sociedad se ve seriamente afectada por las actitudes y valores que privan en todos y cada uno de los actores que participan en estas transacciones cotidianas, así como por el marco institucional y legal que regula las controversias que surjan en el curso de su natural desenvolvimiento.
Así, ciertos y determinados comerciantes y prestadores de servicios, en su afán de ganancia desmedida, inmediata y por cualquier medio, que no guardan escrúpulo alguno para la consecución del lucro, accionan y trasgreden sin consideración las normas jurídicas, los principios para una sana convivencia colectiva, y no tienen conciencia sobre guardar el respeto por los derechos socioeconómicos de la población.
Sabotean y entorpecen la implementación de las políticas públicas, en este caso, que propenden al crecimiento y desarrollo de la actividad comercial. Premeditadamente, ignoran el impacto que producen en la vida ciudadana. Solo les motorizan mezquinos intereses de acumulación sin límites.
En el transcurso de los dos últimos meses del año en curso, septiembre y octubre de 2024, he experimentado en carne propia, en tres eventos con distintas empresas —un servicio autorizado para el soporte de garantías de marcas y especializada en la reparación de equipos electrónicos, un restaurante y una famosa firma de venta de equipos electrodomésticos—, el trato descortés, la carencia de calidad del servicio al cliente, utilización de artificios y artilugios de ofertas engañosas, coacción en el cobro al cliente, incumplimiento arbitrario en las contraprestaciones involucradas y acordadas, violación flagrante de normas legales nacionales y el efecto de la terrible sensación de indefensión como sujeto jurídico vulnerable frente a empresas inescrupulosas.
En el servicio electrónico autorizado, me cobraron un anticipo de 60,00 US$ por la revisión técnica de un televisor, y me explicaron después de un diagnóstico previo, pues el aparato encendía y se oía perfectamente, pero la pantalla permanecía absolutamente oscura, que, simplemente, cambiarían la tarjeta, con la cual contaban en stock, y se recuperaría inmediatamente la imagen. No recuperó la imagen el televisor, y tampoco recuperé el anticipo; se negaron al reintegro. Alegaron que no contaban con la tarjeta por obsolescencia y además cobraron un servicio no prestado, con el agravante de aplicar un tipo de cambio superior al fijado por el Banco Central de Venezuela. La calificación es de abusivo.
Respecto del restaurante, me cargaron un 10% adicional por concepto de servicio sin advertirme su cobro, que además no se reflejaba en la factura fiscal que me entregaron, es decir, que no declaran los ingresos por la venta de un servicio, el cual no es facturado a los clientes, pero que sí ingresa por ventas a su tesorería. Obviamente también se presume que tampoco lo declaran ante el fisco nacional, subfacturando sus ingresos.
En referencia a la firma de ventas de electrodomésticos, te envían posteriormente una lavadora-secadora a tu domicilio, después de pagar anticipadamente en su tienda, pero la recibes sin cable y enchufe eléctrico de conexión, sin las mangueras de suministro de agua fría y caliente para la lavadora y sin los conductos y accesorios para el flujo de aire caliente que expele la secadora. Indican que el cliente debe adquirir adicionalmente el “kit de instalación” separadamente por su cuenta ante otro servicio “autorizado”, es decir, que usted recibe un equipo, que pagó en la tienda por el precio convenido, pero que usted no podrá encender ni verificar si está operativo. En otras palabras, usted lo adquiere para no utilizarlo.
No obstante, frente a los mencionados atropellos y abusos, todo ciudadano cuenta con la posibilidad de acudir a una instancia gubernamental: la Sundde (Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos), un órgano desconcentrado adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Comercio.
Acudí, por tanto, ante la Sundde, donde gentilmente recibieron y documentaron mis denuncias y oportunamente me asignaron los fiscales que me asistirían, acompañarían y acudirían a las direcciones físicas de los Sujetos de Aplicación (denunciados), para propiciar instancias de conciliación y así resarcir de manera pacífica y negociada los daños que me habían ocasionado como consumidor.
Resulta oportuno destacar la encomiable, digna e importantísima labor que realiza la Sundde a través de sus funcionarios por la defensa de los derechos socioeconómicos de los ciudadanos en situaciones tan particulares como débiles jurídicos. Es además propicia la ocasión para extender un saludo y felicitación especial por el fiel e incorruptible cumplimiento de su deber como funcionarios públicos a los fiscales Jorge Olivier, Luisa Revolledo y Marlene Triana, quienes atendieron eficiente y diligentemente las denuncias que les fueron instruidas atender.
Se logró de forma satisfactoria gracias a la intervención de los citados fiscales que las firmas en cuestión cumplieran con sus obligaciones pendientes y expuestas en las denuncias, así como dejar sentado, en las respectivas actas de actuación, las recomendaciones de inspecciones y fiscalizaciones por parte de los entes competentes por posibles o supuestas transgresiones de normativas del marco jurídico público vigente.
Creer en la institucionalidad y como ciudadano proceder a activarse, invertir el tiempo, el esfuerzo y adoptar una actitud consciente de colaboración y de contraloría social, coordinada y armónica con los organismos del Estado en todas sus instancias y niveles, involucrándonos en las políticas públicas formuladas para la protección social y contribuir con el cumplimiento del marco legal relacionado, es la única garantía de avanzar hacia estadios de mayor bienestar y convivir ciudadano; es la forma civilizada de batallar consuetudinariamente contra los actores que fomentan el caos y la anomia.
Héctor Eduardo Aponte Díaz
Email: tintepolisemicohead@gmail.com