Letra fría | La salsa de Álvaro Montero
15/11/2024.- Cada cierto tiempo me toca retomar el tema de la salsa, y siempre digo que fue un proceso musical, un crossover, la fusión de sentimientos caribeños del barrio que germinaron en el mejor caldo de cultivo de la ciudad de la Gran Manzana. Sin embargo, definitivamente la salsa, como diría alguien, no recuerdo quién, es el son cubano, pero bailado en Nueva York. Creo que fue el difunto Ibsen Martínez. Eso le quedó bonito, pero le faltó decir que en ese paquete iban también los barrios del Caribe. Además, hay que agregar elementos históricos y políticos que también redundan en el asunto. Primero, que hubo un personaje muy importante que fue el iniciador de la fusión del jazz y los ritmos caribeños, a quien entrevisté antes de su partida de este mundo: don Mario Bauzá. Fue el primero en introducir la percusión cubana en el jazz y, en consecuencia, el iniciador del latin jazz, que él prefirió llamar afrocuban jazz. La reunión ocurrió en su apartamento de Nueva York con la presencia de Rudy Calzado, Chocolate Armenteros y el saxofón de su orquesta, Rolandito Briceño, mi amigo venezolano que hizo el contacto.
Mario va a ser el pionero de toda esta historia. No solo eso, sino que me atrevería a decir que la salsa es un subproducto del latin jazz, por lo que, si analizamos las referencias históricas, sociales y políticas, debemos decir que la revolución de Fidel Castro genera una emigración de músicos hacia Estados Unidos y que, aparte de Miami, fundamentalmente se instalaron en Nueva York. Esto significó que la música comenzó a cambiar de alguna manera, pero que ya había presencia de Mario en su primer viaje a NY en 1926, con la orquesta de Antonio María Romeau, y en los años treinta, cuando volvió para quedarse.
Mucha gente piensa —decía Mario en aquella entrevista— que la fusión en la música comenzó con Miles Davis, con los discos In silent day y Bitches brew, grabados a finales de los sesenta y los tempranos setenta, que fueron el germen de Weather Report, la orquesta de Mahavishnu, Herbie Hancock y otros. Sin embargo, en los géneros musicales norteamericanos de los últimos treinta años, podría considerarse fusion music desde el western swing hasta la música country, pasando por el cubob (latin jazz). Fue precisamente el cubob (esa fusión de armonías de jazz y ritmos latinos, que establecieron pauta desde los años cuarenta hasta el final de los cincuenta) el sonido que popularizarían Machito y sus afrocubans. ¡Qué falta me hace Gabriel Jiménez! Ese sí sabe de esas cosas, pero no pudo llegar a la conferencia por problemas con una rodilla.
También creen que fue Chano Pozo con Dizzy Gillespie el iniciador de todo, pero resulta que Bauza descubrió a Gillespie, y fue quien trajo a Chano de Cuba para la orquesta de Dizzie. Así fue como crearon Manteca en 1948. Paralelamente, hay un fenómeno que no quiero que se vaya a olvidar. Eran los años cincuenta, y la primera vez que Larry Harlow pisó La Habana, tenía 17. Prometió que volvería y después de estudiar en la NY High School of Music and Arts, y de perderse entre las tiendas de discos Seeco, Tico y de la RCA Victor, que grabaron a Tito Puente, Machito y Tito Rodríguez, el pianista hizo maletas. Cuba se convirtió en su nuevo hogar, y él en fanático de Arsenio Rodríguez y la orquesta Aragón.
Olvidaba decir que estoy en Barquisimeto para una "conferencia sobre la salsa con los invitados especialistas, entre ellos el maestro Humberto Márquez, quien dictará la Clínica Musical de la Salsa"… ¿Será que la salsa está enferma?
Humberto Márquez