Psicosoma | Unicornio, una manera de entender el amor
Una gota me lubrica al unicornio azul.
Magdalena Quiroga
19/11/2024.- Crecimos en una sociedad en la que la monogamia es la filosofía impuesta, es como la teocracia monoteísta de pueblos colonizados con la cruz y a golpes... Así condicionaron la esclavitud sexual, trajeron enfermedades venéreas, "culpas", vergüenza del cuerpo, del sexo y así aprendimos a esconder ladinamente las pulsiones sexuales y amar en los ríos, cuevas...
En las danzas y rituales de fecundidad nuestras ancestras del África y aborígenes jamás olvidaron la transmisión oral, y aún con la resistencia cultural sigue con los harawi, ullupaku, muxe cantando a la luz de luna. A más de quinientos años nos sostiene el arte para renacer al lamento de quenas, tambores, antaras con fuegos poéticos, y en vuelos dancísticos seguimos con fusiones de charangos y cuatro, saxofón, arpas, guaruras..., en fin, no hay huequito de la patria grande que no resuene paralela al mundo de las urbes siendo pilares anímicos e identitarios y, entonces, ¿qué sucede con personas que nada saben ni quieren conocer del pasado personal, sociocultural?
En la clínica llegan pacientes con los sistemas de creencias, valores y actitudes (no basta con la deconstrucción de creencia) filtrados por el consumismo del mundo estadounidense, con sus modos y estilos de vida, y la desidentificación crece con sujetos disociados sin amor ni estima personal, sin conocimiento del entorno ni raíces, y casi gritan: "Por favor, dígame quién soy, qué hago, quiero tener una novia, cree que podría dejar las drogas con tres décadas de consumo, me metí a gay, puta, soy dama de compañía, etcétera.
Las madres llevan a sus hijas a terapia porque los chicos de nueve años y diez exigen sus derechos humanos de cambiar de sexo, a las adolescentes que "juegan" a ser lesbianas y atacan al servicio.
En esa diversidad humana, la familia, en medio del bombardeo materialista consumista, se "automedican" calmantes, soporíferos o técnicas de psicología positiva, consejos del cura, terapias de fin de semana, curas de sueños o resuelves de polvos mágicos o el castigo físico, llegan a consulta y vemos si le damos la vuelta al mundo en 80 días.
La mayoría busca salvar u oxigenar el matrimonio y el poliamor parece ser una tabla salvadora o el abismo, porque requiere niveles de comprensión, autoestima, control emocional, saber gestionar los sentimientos, los celos, posesión... En estos casos, la atención terapéutica es fundamental, porque este tipo de pareja tienen relaciones afectivas y sexuales con personas ajenas a la pareja y deben aprender a crear compromisos, comunicación continua y honesta, con normas, límites, expectativas, donde el respeto es el eje central.
Las relaciones no convencionales siempre han existido: parejas abiertas, parejas swingers con encuentros sexuales siempre en pareja, pues ambas partes de la pareja pueden implicarse sexualmente con otras personas, siempre y cuando lo hagan al mismo tiempo. Las relaciones abiertas eliminan la exclusividad sexual, pero se mantiene solamente la vida romántica de la pareja.
El mito del unicornio sanador espiritual tiene un lado oscuro malévolo de un animal hermafrodita que trasciende la sexualidad y es el símbolo salvador de matrimonios que están de cacería, en búsqueda de una mujer bisexual que brinda apoyo emocional y sexual a la pareja.
La mujer unicornio es la conexión emocional de la pareja, les escucha y teatraliza espacios cuando se conoció la pareja o en tiempo presente les refuerza la autoestima, se re enamoran, sin necesidad sexual, y la unicornio está dispuesta a participar en una relación romántica o sexual con una pareja estable. Se les compara con los unicornios porque son raros y difíciles encontrar a una persona con la paciencia y honestidad de conectar a la pareja, al igual que los unicornios en la mitología. Las parejas usan este tipo de relación con objetivos concretos.
La comunicación abierta debería ser la base en toda relación humana, pero la "falta de tiempo" nos consume.
Dentro de los objetivos concretos, las fantasías cumplen un papel clave en el descubrimiento sexual, en el disfrute. Con el unicornio puede aumentar el deseo en la pareja al ser testigo pasivo y/o activo del ritual erótico, con otra mirada al deseo y cópula. Incluso se retoma el amor más allá de la necesidad sexual. Del amor que secuestra al tiempo, borra las rutinas y nace el asombro y la espiritualidad.
Se crea un significativo y profundo vínculo emocional, conexión tanto con el hombre como con la mujer de la pareja, sin crear dependencia emocional y pueda crear puentes conectivos. La unicornio no puede confundir su papel mediador y estar alerta sin caer en preferencias de apego a la mujer u hombre.
En el proceso de convivir en pareja nunca se deja de conocer a la persona, es todo un viaje para aprender a desnudarse el alma, corazón, el cuerpo y el tiempo cronológico es corto para conocer las energías y totalidad del compañero o compañera.
El amor no basta para convivir en pareja, ni el tiempo de estar juntos, ni malabares sexuales, ni convivir juntos; quizás los compromisos íntimos y renovados, reenamorarse y en cada amanecer juntos rendirse con alegría a ese ser que seguirá siendo extraño, es un proceso continuo de incompletud, sin cierre, sin posesión ni necesidad, con respeto al tiempo personal.
... En fin no sé si haya un miedo al compromiso, pero, existe el temor a las rupturas y recaídas "corazones rotos", ¿al final de toda relación.. o reinicio? y "el tiempo no cura nada’’ porque no existe, o mejor dicho, el tiempo subjetivo lo recreamos en todas las n dimensiones posibles "contigo mia mor" y "se pasa rico soltera"..., o mejor como decía la filósofa María Zambrano "lo que no pasa por el corazón nace muerto’’.
Recuerdo un amigo poeta que le gustaba acompañar a su amada al dormir, porque decía que se conectaban soñando juntos y el amor nada tenía que ver con el sexo.
Rosa Anca