Ahora los pueblos | Manuela Sáenz en Ayacucho

12/12/2024.-

Manuela y la historiografía

El monopolio del relato sobre el pasado es vital para los grupos dominantes. En el caso de las naciones colonizadas, las mujeres quedamos doblemente relegadas como sujetos protagónicos en la escena política, social y militar, invisibilizándonos en los discursos historiográficos de las élites y obviando que ninguna nación gana la guerra sin la implicación directa de sus mujeres.

Sin embargo, la tradición oral resguardó en los imaginarios populares la figura histórica de mujeres que sobresalieron por su inteligencia, liderazgo y habilidad. Es el caso de la coronela del Ejército Libertador Manuela Sáenz, quien resaltó por sus múltiples sacrificios a favor de la independencia y su lealtad a los ideales bolivarianos, costándole el odio de aquellos que desde sus prejuicios la hacían blanco de ataques.

Los historiadores antibolivarianos resaltaron las narrativas dirigidas a desacreditar la figura de Sáenz, mientras que aquellos que defendían la figura del Libertador ocultaron su participación en importantes momentos, bajo la excusa de proteger la reputación del héroe. Aunque todavía no existan fuentes documentales que lo sustenten, no podemos descartar la participación directa de Sáenz en la batalla de Ayacucho, pues poseía la habilidad para usar las armas y el conocimiento táctico militar, así como la valentía y la pasión por la causa libertaria.

 

Guerra de todo el pueblo

Los ejércitos populares latinoamericanos que alcanzaron la independencia estaban conformados por todo el pueblo; entre ellos y como parte fundamental sus mujeres. Unas eran llamadas "troperas" porque acompañaban a la tropa. Más al sur, estaban las "rabonas", que iban "en el rabo" de las caravanas y llevaban a sus hijos. Había mujeres indígenas, pardas, mestizas libres o libertas, que se encargaban de la logística, la comida, los uniformes, las labores de auxilio y, muchas veces, también realizaban tareas de inteligencia en la avanzada del ejército.

Las mujeres tomaron las armas y tuvieron que combatir. Esas ocasiones fueron omitidas por los cronistas de la guerra, del lado vencido y del lado vencedor, por la deshonra que significaría para los ejércitos de la época combatir con o contra mujeres. La participación directa de la mujer latinoamericana en los combates por la independencia quedó oculta, y solo fue reflejada la de las mujeres de alto rango social, blancas criollas, bien por su destacada intervención, bien por haber sido apresadas y sometidas a torturas. Debemos abandonar la idea "romántica" que imagina a las mujeres tejiendo en sus casas mientras los hombres luchaban por la libertad.

 

Descolonizar la memoria

Las mujeres como sector subordinado de la sociedad fueron entusiastas activistas por la independencia, acompañaron en sus ideas a sus esposos, hermanos y padres y sembraron en sus hijos e hijas la justeza de la causa independentista.

En las descripciones e imágenes del siglo XIX, las rabonas se identifican recurrentemente con el sacrificio, el hambre y el sufrimiento. En Peregrinaciones de una paria, la escritora y activista franco-peruana Flora Tristán (1803-1844) señala los climas extremos que soportan sin la ropa ni el calzado adecuados, la fatiga adicional que implica su maternidad y la "horrible fealdad" de su aspecto como producto de la vida hostil que llevan.1

Las narrativas historiográficas dirigidas a descolonizar la memoria histórica de nuestros pueblos deben desprenderse de la mirada occidental y empezar a mirarse con ojos propios. Resignificar, reescribir y redescubrir el rol de las mujeres en nuestra historia es aún una tarea pendiente. Iniciémosla con el entusiasmo y la rigurosidad necesarios para acercarnos a la verdad histórica.2

 

Anabel Díaz Aché

 

Fuentes consultadas:

1 Miseres, V. (2019, 8 de marzo). Las rabonas. Mujeres valientes de loa historia. Aica Colectivo. https://aicacolectivo.com/las-rabonas.

2 Taxin, A. (1999). La participación de la mujer en la independencia: el caso de Manuela Sáenz. Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia, No. 14. Quito.


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