Tinte polisémico | ¿SEO versus SEM?

Ambas técnicas tienen ventajas y desventajas

11/11/22.- Para los que estuvimos formados en el área administrativa en las últimas décadas del siglo pasado, conocimos a través de los principios de mercadotecnia las famosas 4P del mercado: producto, precio, plaza y promoción o publicidad, inclusive, se llegó a considerar la quinta "p", y a esta última se le atribuía el elemento del público para cerrar el modelo. 

Naturalmente, con la irrupción del internet en el mundo de los negocios, el concepto de mezcla mercadológica debió adecuarse a la nueva era de la información y a los adelantos en el campo de lo digital.

Hoy día la prestación de servicios, la distribución de productos y la publicidad se realizan a través de los canales, procesos y mecanismos tradicionales, pero además utilizando y potenciándose por medio de las plataformas tecnológicas de la web y las denominadas redes sociales.

En ese ámbito digital de inconmensurables volúmenes de información, se organiza la información a través de lo que se conoce como estructuras de datos especializados, que a su vez se integra en lo que llaman la big data, donde se configura el universo en el se libra la lucha por la captura de mercados, con el propósito inequívoco de la maximización de las utilidades.

Es así como la manipulación de esa data requiere la utilización de recursos informáticos, y parte de los fundamentos técnicos y conceptuales subyacen en una rama definida como la algoritmia, de cuyo desarrollo surgen como productos los algoritmos.

Los algoritmos pueden clasificarse en matemáticos, lógicos y de la ciencia de la computación. Estos últimos pueden sintetizarse en metodologías que integran tres elementos: entradas (input), procesos (process) y salidas (output).

Los algoritmos informáticos son una secuencia de instrucciones, reglas definidas, no ambiguas, finitas y concisas, que llevan a cabo una serie de procesos para dar respuesta a determinados problemas o situaciones. Entre los tipos más importantes de algoritmos informáticos se encuentran: búsqueda, secuencial, binaria y probabilísticos. 

Podemos ilustrar con Google y Facebook como ejemplos de navegador web y red social respectivamente, que les resulta imprescindible la utilización de los algoritmos para administrar y procesar la magnitud de información relativa a sus usuarios y suscriptores, quienes no podrían operar sin su utilización.

Ahora bien, la utilización de criterios de eficiencia, según la racionalidad del sistema capitalista, impone metodologías y técnicas que asegure, en ese océano de datos, que cualquier agente del mercado cierre negocios, tenga eficacia en la demanda para posicionarse, cree nichos, imponga marcas, compita y gane, pero para ello se necesita hacer SEO y SEM, acrónimos del inglés.

Así el SEO: Search Engine Optimization, (Optimización para Motores de Búsqueda), también conocido como posicionamiento orgánico o natural, consiste en crear las palabras claves o sus combinaciones (etiquetas), que se incorporan dentro de la web, con el objeto de que el mayor número de navegadores seleccionen la página digital del producto, servicio o publicidad que una determinada firma desea vender o promocionar.

Se le define al SEO como natural u orgánico, en razón de que no genera ningún costo, y atiende a determinar cuáles son las palabras o combinaciones de ellas que posicionan la marca o firma, al encajar o ser seleccionada por los algoritmos de los navegadores como las primeras opciones y, en consecuencia, con la mayor probabilidad de ser consultada o convertirse en una transacción efectiva de compra. 

Las desventajas de esta vía de posicionamiento es su lentitud, demanda, intenso trabajo y perseverancia, también imposibilita la segmentación dada las limitaciones propias de la modalidad. Por el contrario, una vez logrado, con base en la creación de contenido de calidad que garantiza la recurrente frecuencia de consulta por los potenciales consumidores.

Conocido el SEM: Search Engine Marketing (Mercadeo en Motores de Búsqueda), como el procedimiento que se orienta a optimizar la visibilidad y aumentar la accesibilidad a los sitios y páginas web, gracias a los motores de búsqueda.

El SEM se refiere a las técnicas que mejoran la ubicación de las páginas web a través de la utilización de anuncios pagados que se ofrecen en los buscadores. El propósito es claro, lograr la mayor cantidad de posibles compradores de los productos o servicios que oferta la empresa y que invierte en este canal de distribución como estrategia de mercado.

Con respecto al SEM sí implica una erogación financiera, pues deben pagarse los anuncios y la publicidad, pero en lo atinente al retorno de la inversión, bajo la consideración de que fue correctamente formulado, es prácticamente inmediato, además de cuantificable y verificable. Otra de las grandes ventajas y de lo cual deriva su efectividad, es la posibilidad absoluta de la segmentación, incidiendo en la precisión de los clientes objetivos, garantizando lo que se denomina el alto tránsito o elevado número de visitas, cuya traducción se materializa en consultas, visualizaciones o transacciones concretadas, según sea el caso.

Ambas técnicas podrán ser evaluadas a través de la recopilación de las estadísticas que arrojen después de un período de implementación, para el posterior análisis y medición en la adopción del SEO y el SEM como parte del plan de mercadeo y negocios o institucional de cualquier organización. 

Héctor E. Aponte Díaz

 
 

         
   
   
 
 
 


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