El gremio médico casi siempre es representado en cine y televisión desde una perspectiva positiva, como gente noble, capaz de sacrificar su propia vida y tiempo para ayudar al prójimo.

Salvo sus enredos románticos y sentimentales, que han sido expuestos en series ya clásicas como Hospital General (1963), Grey’s Anatomy (2005), ER (1994), entre otras, los especialistas en medicina han sido siempre reverenciados. Quizás por eso sorprende el tratamiento que se le da al gremio en la serie española Respira (Netflix, 2024).

Los médicos del Hospital Joaquín Sorolla, un centro de salud público en Valencia, España, tienen conductas que podrían ser calificadas como poco éticas. En términos generales son violentos, egoístas, mentirosos y manipuladores. Seres humanos comunes y corrientes, no viven por y para sus pacientes, tienen problemas, necesidades emocionales, sentimentales y sobre todo económicas que desean solventar.

Los personajes de Respira exponen una cara diferente (seguramente exagerada) de esta profesión que usualmente es idealizada.

A fin de cuentas, todos, seamos médicos, abogados o albañiles no podemos dejar de lado nuestra humanidad y somos propensos a cometer errores en el trabajo, a dejar entrar nuestras pasiones en asuntos que deberían estar lejos de ellas. El problema con la medicina es que cuando algún doctor se equivoca las consecuencias pueden ser mortales.

Esta ficción protagonizada por Blanca Suárez, Najwa Nimri, Aitana Sánchez-Gijón y creada por Carlos Montero (Elite, El desorden que dejas) sorprende por sus planteamientos escandalosos, pero también realistas sobre aspectos de la vida cotidiana en los hospitales de Europa (específicamente en España) que no siempre se plantean.

En la primera temporada las equivocaciones de los protagonistas son el punto de partida de una historia que nos obliga a bajarlos del pedestal. Esta es una de las razones fundamentales que hacen entretenida la historia que, afortunadamente, no es como otras que se han contado con temática similar. No esperes un drama con moraleja, no esperes gente solidaria o empática en exceso, aquí cada uno tiene un objetivo y está concentrado en ello.

Además el suspenso y los diferentes cambios que llegan a experimentar los personajes, hacen del relato un imán para que no sientas el paso del tiempo al momento de disfrutar cada capítulo.

La primera temporada que ya de por sí es bastante breve (solo dura ocho episodios) se pasa muy rápido debido a las distintas perspectivas de cada una de las aristas de esta miniserie que habla mucho más de naturaleza humana que de medicina.

Tengamos presente que no toda ficción es fiel un 100% a la realidad ni tampoco debe serlo, lo que importa siempre es que sepa introducirte en la suya, que te haga creer que es verdad lo que te cuenta por más incongruente o absurdo y de eso tiene mucho Respira, de circunstancias fuera de lugar y exageradas, pero que generan interés.

Llama la atención que algunos profesionales de la medicina en España se han manifestado en contra de la serie, olvidando que es precisamente eso, una versión fantasiosa y excesiva sobre un ámbito profesional.

Aquellos que se han sentido ofendidos por la forma en que han sido representados no han tomado en cuenta que los pecados de los médicos de esta historia bien pudieron cometerlos abogados o científicos, da igual, imperfectos somos todos con bata o sin ella.

Luisa Ugueto Liendo

Instagram: @cineparallevarl