Al derecho y al revés | Lecciones sirias

18/12/2024.- Finalizada la humillante derrota del Gobierno sirio, aparecieron en las redes, como hongos después de la lluvia, manadas de expertos explicando cómo sucedió todo. Algunos han llegado a escribir sobre cómo se habría evitado la caída de Bashar al-Ásad.

Bien… Internet es libre y acepta cualquier disparate.

Aunque mejor habría sido que uno de estos expertos le hubiese explicado al depuesto mandatario cómo mantenerse en el poder aun rodeado de ejércitos de terroristas y mercenarios pagados desde los Estados Unidos y armados por Israel, Turquía y la Unión Europea.

Lo sucedido en Siria —o lo que queda de aquel país milenario— quedará para la historia, pero para nosotros los venezolanos urge tener claro no solo lo pasado, sino lo que desde ya está comenzando a suceder.

A Bashar al-Ásad lo cocinaron en una salsa preparada durante más de una década. Esa maniobra pastelera es un punto de inflexión en la política exterior de los Estados Unidos, que es un país de recetas y recetarios.

A partir de ahora, la "solución" para derrocar gobiernos que no les gusten a los yanquis no será mediante los complicados procedimientos de las Revoluciones de Colores. En adelante y llegado el tiempo de Trump, usarán la receta siria, porque estamos en tiempos de violencia.

Esto significa que, poco a poco, la oposición venezolana vendida a los intereses yanquis irá dejando de lado al dúo de MCM y EGU, lo cual no significa que ese grupete se quedará ayuno de jefes y jefazas.

En tiempos de violencia, y aun aceptando que el dúo MCM y EGU no han servido para poner en tierra una sola política, más allá de repetir mantras y divulgar mentiras, el relevo ya trasiega los caminos, aunque nadie en Venezuela lo conozca.

En su identikit no aparece rostro alguno.

Se ignora si es hombre o mujer, pero eso no importa por ahora.

Se desconoce si es casado o casada, si aún vive la soltería o si enviudó, si es gordo o pelirroja.

Sus datos serán dados a conocer cuando, después de un hecho violento y terrorista, salga el buen señor o señora a autoincriminarse como autor de la maldad.

Dirá que está orgulloso del hecho, aunque haya dejado un pueblo o ciudad sin electricidad o agua, o con muertos —mejor para él o ella—, y así las cadenas internacionales lo entrevistarán como nuevo dirigente de la oposición venezolana.

Hasta aquí lo que puede suceder si no estamos prevenidos, porque estar alertas es distinto a marchar repitiendo consignas, a veces al ritmo de una banda…

Para estar a salvo de incursiones terroristas es necesario —aparte de la unidad, que siempre es útil y aumenta el poder de cualquier nación—, ahora más que nunca, apelar al pueblo —todo—, a la FANB, a las policías y a los servicios de contrainteligencia.

No es que el gobierno venezolano esté muy debilitado, aunque llevamos un cuarto de siglo en guerra no declarada. Sucede que nuestro país está como estaba Siria, lleno de sanciones, y hay gente cansada a la que los venezolanos y nuestro gobierno debe darles aliento y respuesta.

La corrupción, que fue el principal aliado de los terroristas contra Bashar al-Ásad, aquí se viene combatiendo, incluso con mayor intensidad que en Siria.

Sobre el tema, valdría la pena evaluar campañas aleccionadoras.

De lo contrario, debemos vernos en el espejo sirio, donde ya hay quien añora al gobierno depuesto de un país al que van a balcanizar.

Venezuela es un país mediano y no tiene que ser dividido, como sucederá con Siria, ya que entonces sí sabríamos qué fue lo que perdimos.

 

Domingo Alberto Rangel


Noticias Relacionadas