12/11/22.- Cuantos más habitantes de nuestro planeta se percaten del peligro de la guerra y de los medios que puedan renquearla, tanto más poderosa se debe desplegar la lucha por la paz. Al respecto, no se debe subestimar a Estados Unidos (EE. UU.) y sus aliados de Occidente como el único amenazador real de la paz en el mundo, muy especialmente el imperialismo yanqui que la lleva a cabo basada en el chantaje, las sanciones económicas, comerciales y financieras, la violenta injerencia interna en los países y pueblos pacíficos, el enfrentamiento total y la confrontación militar. Sin embargo, con satisfacción se puede constatar que la fuerza de atracción de una coalición mundial de la cordura y del realismo está creciendo, pese a toda resistencia. 

EE. UU. muestra el patente peligro de pretender cambiar la situación política y militar en Europa y el mundo en detrimento de los históricos intereses legítimos de Rusia, al proponerse alterar el equilibrio de las fuerzas existentes y tomar la delantera en el aspecto bélico. De EE. UU. se puede sacar muchos trapos al sol sobre la práctica de operaciones subversivas contra gobiernos extranjeros que no se someten a sus designios. La Agencia Central de Inteligencia (CIA), organismo de espionaje y contraespionaje que ha elevado el terrorismo al rango de política estatal, lleva a cabo misiones con numerosos métodos de guerras psicológica y terrorista al otro lado del Atlántico; en Ucrania, por ejemplo, en pleno siglo XXI, lo aplican sin ningún deslucimiento para que sirva al espaldar de Washington contra las repúblicas ahora rusas de Donietsk y Lugansk, y territorios como Zaporozhie y Jersón, entre otros.

Hace poco un vocero de prensa norteamericano, preocupado porque el mundo sabe la esencia propia de la política militarista del gobierno de la Casa Blanca, se ha visto obligado a maniobrar y hacer declaraciones demagógicas sobre la supuesta propensión al diálogo con Rusia y el interés que se tiene en llegar a un acuerdo de paz en Ucrania. Eso ha sido solamente una retórica falsa pacifista para enmascarar el envío de armas a Ucrania.

Por la paz, aunque se torne difícil; negociar es mejor que disparar y es lo que cobra especial relevancia en una época en que la coyuntura mundial está ensombrecida por agudas tensiones en Ucrania y toda Europa. El diálogo debe recibir constantemente nuevos impulsos por parte de las iniciativas de Rusia y de otros países democráticos a favor de la convivencia pacífica y el buen entendimiento entre los Estados.

En la geopolítica mundial se reconoce, cada vez más, que desde Rusia emanan siempre los nuevos pasos y soluciones aceptables para la paz en el planeta. La humanidad, descontenta con la guerra, advierte del peligro para la vida que ello encierra. La paz es una tarea de primer orden.

J. J. Álvarez.