Estoy almado | Revancha especulativa 

El aumento del dólar revive la usura comercial predecembrina

12/11/22.- En una economía especulativa como la venezolana nada puede ser tan pernicioso que el precio del dólar paralelo suba antes de diciembre. Es como el fetiche que anhelaban los agentes de la especulación y la usura comercial. Recordemos que ellos vienen decepcionados del pasado diciembre (2021) porque, en aquel entonces, la tasa paralela no trepó a 10 bolívares por dólar, como esperaban. Hubo un frenazo para bien de los consumidores. Ahora, supongo, vendrá la revancha especulativa, la cual ya empieza a manifestarse. 

Lo que antes costaba 20 bolívares, en pocos días ya fue remarcado con otro precio. En la pared de un pequeño negocio en el centro de Caracas, un pedazo de cartulina, color morado fosforescente, señala el “nuevo precio” del queso. La cartulina esconde debajo de ella otra cartulina con el “precio viejo” de hace dos semanas. Se evidencia un aumento del precio que oscila entre 15 % y 20 %. Si el precio del dólar sigue escalando, en poco tiempo ese comercio exhibirá otra cartulina con nuevo precio.  

Con el precio del dólar en alza, uno evita preguntarle al comerciante la razón del aumento de los productos o servicios básicos. Parece una obviedad y corres el riesgo de parecer desubicado en la realidad económica en la cual estás inmerso. Aunque, a decir verdad, es muy fácil desubicarse en el panorama económico venezolano. No es tan sencillo digerir la actual economía venezolana en su dimensión más amplia y justa; no basta repetir como loro que es un asunto que responde única y exclusivamente a la gestión de gobierno.

Hay, desde luego, múltiples factores y actores involucrados. Uno de ellos son los comercios a los cuales el consumidor promedio tiene acceso. Cuando uno le pregunta al comerciante el motivo del aumento de precios, la respuesta favorita de este suele ser: “Subió el dólar, ¿qué te puedo decir?”. Es una respuesta multifuncional, sirve para todo: para desmoralizarte; para justificar la usura desenfrenada; para victimizar a quien te vende y, por supuesto, para dejar mal a quien gobierna. Se trata de un arma efectiva de guerra contra cualquier atisbo de bienestar de la población. 

Con una respuesta así, uno como consumidor queda resignado a pagar con una amargura, que pronto debes abandonar porque debes ingeniártela para recortar aún más tus gastos básicos, y así intentar finalizar el mes con menos deudas y sin la carestía esencial de algún alimento o medicamento. 

No es que sea algo nuevo esto de recalcular y arroparse hasta donde llegue la cobija. De eso ya tenemos la piel curtida. Con la pasada hiperinflación, el golpe durísimo de las sanciones a la economía venezolana (que aún están vigentes, pues hasta ahora no han levantado ninguna de las 913 sanciones unilaterales contra Venezuela) y la precarización salarial, nuestra resiliencia no es cualquier cosa. Es un coraza cuajada con dignidad y consciencia que va más allá del falso conformismo o borreguismo del cual nos quieren etiquetar. Especulo que sociológicamente es un tema aún inexplorado. Porque con menos de lo que nosotros hemos soportado como país, en otras latitudes los poderes fácticos han logrado guerras fratricidas.  

También es un tema de estudio que el precio del dólar paralelo permaneció estancado en un dígito durante casi todo el año. ¿Qué pasó? ¿Cómo lo hicieron? Al parecer fue obra de la inyección de dólares que el BCV hizo oportunamente para satisfacer al voraz mercado de divisas. 

Y, con ciertos altibajos, se puede decir que funcionó. Durante el año el precio del dólar amagó, muchas veces, con sobrepasar los 10 bolívares, pero no ocurrió. Se mantuvo a raya, lo cual fue un respiro para el bolsillo. Sin embargo, esta vez la fórmula no luce tan efectiva. Es cierto que en los últimos meses, en especial diciembre, se reporta un mayor consumo que en el resto del año.

Pero, precisamente, la inyección de divisas del BCV fue clave para no cerrar el 2021 con una tasa por encima de los 10 bolívares por dólar, como esperaban algunos agentes económicos. ¿Qué cambió esta vez?

De momento se nos viene diciembre con un dólar paralelo que amenaza con encarecer todo a su paso. Las estimaciones de cuánto cerrará el precio del dólar al cierre de año no hacen más que alimentar la incertidumbre económica. 

Eso ha inducido en muchos la idea de adelantar compras navideñas y solucionar gastos pendientes del año lo antes posible. Empezó una corredera predecembrina para no terminar el año tan golpeado por esta revancha especulativa del dólar, que esperemos sea frenada antes de despedir este año.

Manuel Palma


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