23/12/24.- Una nueva nube de polvo del Sahara viaja por el Atlántico y llegará la noche de este lunes a Venezuela, según reportó el meteorólogo Luis Vargas a través de su cuenta en la red social Instagram.

El también analista predictor y climatólogo explicó que, de acuerdo al modelo Geos de la Nasa/Gmao, las partículas provenientes del desierto africano viajaron por el Atlántico y se propagarán en buena parte del territorio nacional durante estos días, hasta el próximo fin de semana cuando disminuya su intensidad.

Al respecto, el especialista señala que, a pesar de que su presencia es natural, estas concentraciones de polvo sahárico tienen efectos significativos, tales como la disminución de la calidad del aire, afectan la visibilidad horizontal y reducen la formación de nubes de evolución y, por ende, las lluvias importantes.

Es decir, puede impactar tanto el clima como la salud, por lo que se recomienda tomar precauciones durante su paso, el cual se espera sea pasajero. Su impacto será notable mientras permanezca en el ambiente.

 

 

 

 

 

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Aunque el polvo del Sahara no encarna un problema de salud pública a gran escala, ciertos grupos son especialmente vulnerables a sus efectos adversos como los niños y adultos con problemas respiratorios, pacientes con asma, fumadores o exfumadores y personas con piel sensible.

"Recordemos que el polvillo sahariano además de ser un fertilizante natural de algunos ecosistemas acuáticos y terrestres, a otros los perjudica como es el caso de ciertas especies de corales, ya que sus elementos tóxicos son depositados en las aguas marinas y además reduce la radiación solar necesaria para la fotosíntesis", destaca Vargas en su publicación.

Estudios científicos demostraron que el polvo del Sahara se mueve con las tormentas y ciclones desde el norte del continente africano y viaja más de 11 mil kilómetros por el aire hacia Europa y América.

Este está formado por “minúsculas partículas de arena y es rico en minerales” y, según los estimados, el viento transporta cada año del otro lado del Atlántico alrededor de 100 millones de toneladas de ese componente.

LUCILA CONTRERAS / CIUDAD CCS