27/12/24.- La destacada deportista Lucía Vaamonde fue seleccionada por el jurado calificador para ser exaltada al Salón de la Fama de la Federación Venezolana de Atletismo (FVA), cuyo acto de incorporación está programado para el 2025.

Con la colaboración del canciller de la FVA, Héctor López García Oly, reseñamos la actividad deportiva de Vaamonde, quien ocupó muchos espacios victoriosos en el mundo deportivo en el ámbito nacional y en muchas competencias en el exterior, en la defensa de los colores de Venezuela.

Lucía Vaamonde es una figura emblemática del deporte venezolano, un símbolo de perseverancia y dedicación en el mundo del atletismo. Su carrera se caracteriza por una combinación de talento innato y una formación que se dio desde muy temprana edad, lo que la llevó a ser reconocida no solo en el ámbito nacional, sino también en el  internacional.

Desde sus primeros años, Lucía mostró un gran interés por el deporte. Se integró al equipo de voleibol que representó a Venezuela en 1965 en los V Juegos Bolivarianos, realizados en Guayaquil, Ecuador. Este fue un primer paso significativo que la introdujo en el ámbito deportivo y la expuso a la competencia internacional.

Su paso al atletismo marcó una transformación en su carrera; no fue solo un cambio de disciplina, sino una decisión táctica que la llevó a convertirse en una estrella internacional.

En los Juegos Bolivarianos de 1970 en Maracaibo, Vaamonde destacó al obtener medallas de oro en 100 metros con vallas, salto largo y pentatlón, con tiempos y marcas impresionantes, que la consolidaron como una atleta destacada en la región.

Su participación en los Juegos Bolivarianos de Panamá en 1973, donde ganó dos medallas de plata en salto largo y pentatlón, reforzó aún más su reputación como atleta polivalente.

Fue pionera al ser la primera mujer venezolana en competir en los Juegos Olímpicos, en representación de Venezuela, en el pentatlón en Múnich 1972 y posteriormente en los 100 metros con vallas en Montreal 1976, donde, a pesar de competir en condiciones difíciles y con escaso apoyo, se mantuvo firme en la competencia.

A lo largo de su carrera, Lucía también enfrentó varios desafíos que resaltan su carácter y determinación.

Becas y educación

Desde 1971, varias universidades en Estados Unidos le ofrecieron becas para continuar sus estudios y carrera deportiva. A pesar de querer representar a su país, ella estaba inconforme con el trato que recibía de las autoridades deportivas locales, lo que la llevó a tomar la difícil decisión de aceptar estas ofertas y buscar una carrera deportiva más prometedora en el extranjero.

Optó por estudiar Psicología en la Universidad de la Mujer (Woman's University) en Texas, Estados Unidos. Una decisión que le permitió combinar su pasión por el deporte con su interés académico.

Ha sido un ejemplo de la dificultad de ser una atleta en un país donde el apoyo institucional puede ser limitado. A menudo, se encontró en la posición de tener que financiar sus propios viajes para competiciones internacionales, lo que habla de su dedicación y amor por el atletismo.

El legado de Lucía Vaamonde es profundo. No solo es recordada como una atleta de sobresaliente talento, sino también como una pionera en el deporte femenino en Venezuela. Su historia inspira a las futuras generaciones de atletas, especialmente a las mujeres, a perseguir sus sueños deportivos y educativos, a pesar de las adversidades.

Su ingreso al Salón de la Fama del Atletismo por parte de la FVA es un merecido reconocimiento a sus logros y contribuciones al deporte. Este tipo de honor no solo celebra sus éxitos en la pista, sino también su papel como modelo a seguir, al abrir puertas para que más mujeres se adentren en el atletismo y en otros deportes.

Lucía Vaamonde es, en esencia, una figura que ha marcado un hito en la historia del atletismo nacional y continúa siendo un referente de lucha  y excelencia. Su historia sigue resonando en los corazones de aquellos que persiguen la grandeza en el deporte.

JULIO BARAZARTE / CIUDAD