Psicosoma | Las "pintas" del clima en Costa Rica
Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes.
Bob Marley
14/01/2025.- Hemos recorrido los primeros doce días del 2025 bajo los efectos de las fiestas de fin de año. Todavía llueven felicitaciones y conversaciones en torno a cómo recibimos el año nuevo, pero ya empezamos a reflexionar sobre el rápido tránsito del tiempo y a expresar la clásica frase "yo no recibo quincena". Se terminaron los colones con la famosa "cuesta de enero", las deudas y el retorno a clases.
Los platos tradicionales, como el gallo pinto, llevan tomates que están por las nubes. Me resuena la palabra "pintas" e imagino que son otras comidas. En Venezuela, "pintas" se refieren a la ropa y accesorios que nos hacen lucir lindas y bellas, igual a lo que significa chicos pintones o chicas pintonas en Perú. La palabra se refiere en realidad al clima, al microclima, y me dejo atrapar por ella, aunque no puedo evitar asociarla también a "la Niña, la Pinta…", pero eso huele a imperios…
La interdependencia con la naturaleza, con la Pachamama, se expresa en todos los órdenes en vocablos exquisitos, como "las tierras raras" y ahora las "pintas". Las semillas de barro, revueltas y cuidadas por nuestras ancestras y los campesinos en la costa, la sierra y la selva, son preservadas por estos guardianes que observan y sienten diversas manifestaciones: desde el ruido del viento, la lluvia espesa, las neblinas, los bancos de niebla y azotes en las madrugadas hasta las heladas que "incendian", los olores del agua, los "ahogos" de las alfalfas, el arroz, las algas, el cochayuyo, la quinua en las pampas, el choclo, el café o el cacao. Leer el viento y los elementos es algo que hacen a diario, viviendo las temperaturas de la vida, cuidando amorosamente de su prole y de sus madres.
El músico, poeta e historiador Dionisio Cabal —quien vivió en Venezuela y se lo llevó la pandemia— nos hablaba del cuidado y observación de nuestra herencia como "hijas e hijos del maíz". Nos mostraba cómo se mantiene el cultivo, la siembra y la cosecha, el arte culinario y la "pinta" del clima costarricense, tan heterogéneo, rico en flora, fauna y microclimas que cambia de un frío nuboso a un calor tropical en un tránsito de quince minutos, media hora, o entre una cuadra y otra.
Las "pintas" son las formas en que se comportan los primeros días de enero respecto al clima. Los primeros doce días corresponden a los meses del año. Así, pues, el día dos, que sería febrero, estuvo nublado, con lluvia y frío. Escuchaba maravillada cada mes del año con sus características, en rica conversación con Andrés, Jimi, Carlos, Pat, Flor, y se lo compartí a mi hijo, quien se ríe y me invita a pasear de noche, en una velada nocturna. El día nueve, que sería septiembre, con una luna creciente hacia llena, fuimos a ver la película Nosferatu. Perdí la cuenta de las veces que la vi en los ciclos alemanes, y como regalo de mi cumpleaños, disfruté de la tibia brisa primaveral. Citaba en mi mente: "Acaríciame y ahógame en tus brazos" a una luna llena que me llevaba a la noche al salir del cine…
El recuerdo me insta a escribir la conversación con Manfred, un colega joven que estuvo presente el día 11, compartiendo el cumpleaños de María Graciela. Era noviembre —"Noviembre sin ti es sentir a la lluvia y pedirle a la luna que tiña las noches de mi corazón"—, y me contó parte de las costumbres ticas y recuerdos de su madre, a orillas de la piscina, en medio de un clima que jugaba al "gato caza ratón" con las nubes y el solecito. De pronto, llegó ese sol como de la Guaira, casi de Semana Santa, picoso, y me imaginaba las cervezas y plátanos con queso. Era tanto el sol brillante, riquísimo, que la piscina saltarina nos llamaba. Manfred decía también que "pinta" significa un ser sinvergüenza e irresponsable…
Viene a mi mente el "pintarse de colores", que era signo de rebeldía; las pintas contra las normas. Según la etimología, viene del francés antiguo pinte o del latín vulgar pincta, que significa pintado, de marcar en el contenedor que indica la capacidad, porque la pinta es una unidad inglesa de volumen, que luego usaron los estadounidenses.
Las "pintas y repintas" del clima en Costa Rica se refieren al pasar los doce primeros días, seguidos por seis días que se subdividen para "pintar" un mes en la mañana y el siguiente en la tarde. El último día, el 19 de enero, pinta un mes por hora, de seis de la mañana a seis de la tarde; una especie de bonsái o comprimido de esencias. Amo con ternura la tierra de mi patria grande, que me abraza mientras le digo: "Te quiero, te quiero", hasta el fin de todos los tiempos. Hasta hoy, estuve pendiente de "las chicas del tiempo" que coinciden en algo, y creo que son como "las chicas de humo".
Rosa Anca