Palabr(ar)ota | No estudie, nos graduamos por usted

16/01/2025.- Las tecnologías de información y comunicación están haciendo posible que graduarse en cualquier carrera sea un paseo con buena brisa.

No es nada nuevo, pero antes el proceso de torear el trabajo asociado con lograr un título era algo más engorroso.

Hace mucho tiempo, por ejemplo, me tocó dictar un curso sobre literatura en lo que se llamaba entonces Mejoramiento Profesional. Se trataba de un programa que le permitía a un gran número de profesores de educación media, que no habían terminado sus estudios universitarios, obtener un título para regularizar su situación laboral.

Entre los participantes había una mujer de mediana edad que, para decirlo rápido, cometía errores ortográficos al hablar. Esa misma mujer se presentó un día con un trabajo impecablemente escrito en el que, recuerdo, se citaba, entre otros autores, nada menos que a Michel Butor.

Era tanta su mala suerte, que había buscado para que le escribiera el trabajo a un muy cercano amigo mío, quien ya me había contado, sin nombrar a la clienta, que estaba matando un tigre con alguien del Mejoramiento Profesional.

Lo central del cuento es que la señora resultó ser cuñada de quien entonces dirigía en el Zulia la llamada Zona Educativa, un individuo de Copei de cuyo nombre no quiero acordarme. La primera dama de la Zona Educativa, hermana de mi alumna, se me acercó varias veces tratando de convencerme para que no la aplazara. Su lenguaje fue aumentando en intensidad desde el amigable ofrecimiento de trabajo estable en una universidad privada de la región hasta la abierta amenaza de que nunca más encontraría quien me empleara.

Mantener mi decisión de aplazarla no sirvió de nada. Pasado el tiempo me enteré que habían roto la planilla de notas con mi firma, hicieron una nueva y alguien complaciente la habrá firmado.

Todo se fue haciendo más sencillo.

Pasado el tiempo, la tecnología hizo posible el corte y pegue, un procedimiento que se hizo tan popular que dio origen a una infinidad de aplicaciones que prometían identificar cualquier plagio presente en los trabajos estudiantiles.

Claro que con el corte y pegue se requiere ubicar qué cortar y dónde pegar. Y parece que hasta eso resulta excesivamente cansón.

La solución está en las redes. Basta abrir cualquiera de ellas para encontrar la ayuda que todo vago necesita. Eso sí, siempre que tenga los bolsillos bien abastecidos.

La cosa viene sin disimulo. Aquí, en Venezuela, una de esas páginas anuncia sin pelos en la lengua: HACEMOS TUS TAREAS. Nada de asesorías, nada de acompañamiento, te las hacemos y punto.

Por si alguien está interesado, esos son algunos de los servicios que ofrecen: “Trabajos de investigación, informes, ensayos, proyectos de grado, tesis, etc. Es decir, hay para todo el mundo.

Otra de esas páginas, con un sentido más humano, ofrece lograr una TESIS SIN CRISIS. ¡Qué caritativos que son!

Y vale preguntarse, ¿alguien de los Ministerios de Educación habrá puesto los ojos sobre esas páginas, donde el fraude es público y notorio?

Cósimo Mandillo

 

 

 

 


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