Retina | Trump y la ley

20/01/2025.- Trump debería ocupar muchas páginas de análisis, no por ser Trump, sino por la relación del poder del mundo con Trump, por su propio discurso, por las necesidades a que responde, por su deseo de domar los mecanismos de poder de la nación más poderosa del planeta, que desde hace mucho tiempo es rehén de mafias económicas que han sabido colocarse por encima de la noción de Estado y, por tanto, de cualquier posibilidad de control democrático.

Más allá de la desmesura imperial de Trump, su desempeño desnuda la sumisión irracional y vergonzosa de la Unión Europea y de países que tienen un papel importante en las relaciones internacionales de hoy.

Una muestra muy clara de tal comportamiento fue la confesión de Borrel, siendo canciller de España, cuando reiteradamente admitía que la actitud de su país hacia Venezuela era el resultado directo de las presiones de Estados Unidos.

En discursos carentes de guiños ni elegancias, Trump, con evidente placer, procura y exhibe como trofeo tal desnudez. Su falta de mesura se inscribe en una tradición imperial que antes se usaba solo para América Latina y el Caribe, nombrado siempre como “patio trasero”. Hoy la Unión Europea es tratada como si fuera “el garaje lateral” de Estados Unidos.

Esta desmesura tiene también unas formas legales que se ubican en prácticas y formulaciones que abusan de las leyes para vestir de normalidad prácticas criminales, enmarcadas en un rostro aparentemente legal, inscrito en leyes abusadas que, puestas así, son una clara denuncia del máximo irrespeto a la legalidad nacional e internacional y una trampa evidente a las posibilidades de lo legal.

Tal es el caso del decreto de Obama que coloca a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria” para Estados Unidos. Una declaración sin base en ninguna lógica económica ni militar. Un simple abuso de las leyes que luego permite actuar de manera deliberada y abierta contra un país soberano, usando normas nacionales que irrespetan la legalidad internacional, pero que imponen a poderes sumisos del resto del mundo.

Si fuera de toda lógica se criminaliza así a un país, a quién puede sorprender que Trump ponga a su equipo a procurar fórmulas para que Estados Unido anexe a su territorio a Canadá, Groenlandia, el golfo de México y el canal de Panamá.

El imperio es hoy una fuerza carente de razón, manejada por sombras que estiran lo legal para que tribute a las prácticas criminales que imponen al mundo.

 

Freddy Fernández

@filoyborde

 

Etiquetas: Trump, Imperialismo, Unión Europea, Legalidad Internacional, Bloq

ueo Económico, Ciudad Caracas, CCS.

 


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