Caraqueñidad | De puentes y asuetos ...
20/01/2025.- En un país picado a pedazos desiguales por asuntos politiqueros hay un grueso de la población “izquierderechista” que anda en otra cosa; sin gastarse en esos pensamientos y deseos estériles que se funden en discursos trasnochados, en clichés demodé y en supuestas lealtades automáticas. Hay un gentío echándole pichón a su día a día, amparado en el viejo y efectivo lema: “Si no trabajo no como”, y “como trabajo merezco descanso y diversión”. Por eso hay mucha atención centrada en las venideras fechas festivas, las tradicionales de Carnaval y Semana Santa, además de las vacaciones escolares hasta llegar a los asuetos decembrinos. Pero entre ellos hay una cultura de descanso con rumba y viceversa que en Venezuela se llama “puente”, que no es más que sumar días libres a fechas "prefijadas" para alargar un poco más esos momentos de esparcimiento. Así andamos.
Visto de esa manera, aparte de los muy cercanos carnavales, apenas finalizada la fiesta de diciembre 2024, se avizora en el calendario criollo aproximadamente 10 puentes, que seguro se cumplirán a cabalidad. Eso es sagrado. Y punto.
Lunes 6 y martes 7 de marzo corresponden al tradicional festejo en honor al rey Momo, que nada tiene de criollo, pero qué manera más efectiva de venerarlo en la tierra de Simón Bolívar. Seguramente sale desde las alturas y así como decretaron Navidades adelantadas podrían decidir decretar Carnavales extendidos, con su respectiva octavita, ¡off course!
El miércoles 19 de marzo es día de San José, Fiesta en Elorza –canción incluida–, lo que hace suponer que ese lunes previo –el 17– debe ser bancario, o posiblemente el lunes siguiente –el 25–. Y no dude usted, amigo lector, que más de un avispado buscará unir ese martes 18 para darse, junto al fin de semana previo, cinco días de juerga y aguardiente en nombre del esposo de María y padrastro de Jesús.
Eso mismo parece que va a suceder con la sagrada Semana Santa, programada para el jueves 17 y viernes 18 de abril. Por supuesto, todo el mundo irá a la tradición de las siete playas, perdón, los siete templos, además de otras actividades tradicionales los días lunes, martes y miércoles previos, por supuesto, en nombre de deidades celestiales. Y nadie pendiente de orar ni siquiera por ese país que dicen enaltecer con entrega y sacrificio diario. Así funciona la fe entre creyentes y ateos. Se busca a Dios y sus panas solo en casos de extrema urgencia o necesidad de salud y otros males que afecten la cotidiana jodedera.
Por supuesto, el Domingo de Resurrección, después de embriagarnos quemando al traidor Judas, cargamos pilas para las mega marchas, de lado y lado, del 1º de mayo en conmemoración del Día Internacional del Trabajador. Unos pedirán reivindicaciones y salarios dignos. La otra mitad del país dirá que todo está chévere. Y listo. Como cae jueves más de uno se ausentará de su chamba el viernes para incorporarse el lunes 5, aún con la resaca de los efluvios de la Flor de Mayo.
Otro jueves peligroso, como incitador a un nuevo puente –en nombre de rituales católicos– es el 29 de mayo, Día de la Ascensión del Señor. Ya veremos cómo andan los asuntos etílico-litúrgicos por esa fecha.
Los creyentes en San Antonio de Padua no dejarán de rezar ni de festejarlo el viernes 13 de junio, quizás con un día de antelación para alargar la fiesta durante ese fin de semana. Si son damas, aprovechen para buscarse su "novio bonito"… Tiempo tendrán de sobra.
El Cuerpo de Cristo será la otra excusa para días libres del opresor trabajo. Es que el jueves 19 de junio se celebra Corpus Cristi. O sea, viernes 20 libre, con sábado y domingo adicionado gracias a la Gloria Divina del Santísimo. Y la cosa amenaza con mutar de religiosa a histórica porque ese martes siguiente, el 24, se conmemora –o sea, la rumba sigue– la Batalla de Carabobo, la que selló el inicio del fin del yugo español por allá por 1821.
Por supuesto, habrá un lamento digno de luto colectivo por el infortunio de que el 5 de julio, Día de la Firma del Acta de Independencia, cae sábado. O sea, no se le puede robar ni un día al calendario laboral. Infausta noticia.
El natalicio de Bolívar, 24 de julio, ufff, qué bien, cae jueves. O sea, propicio para empatarlo con ese viernes 25, sábado 26 y domingo 27. Magnífico puente. ¿Quién dijo miedo? ¿Acaso hay un cumpleaños criollo que requiera más celebración que el del padre Libertador?
Tres semanas más tarde, un viernes, es la Asunción de Nuestra Señora, exactamente el 15 de agosto. De paso quincena. Ojalá sea con salarios dignos para asegurar que la entrega al espíritu de la diversión y a los panas Baco y Dionisio sea totalmente impoluta.
Casi un mes después la cosa luce más seria. Se trata de la Virgen de Coromoto, la patrona del país. Es jueves 11 de septiembre y se suma al lunes anterior, 8, que es de Vallita, la bonita Virgen margariteña. O sea. Lo muy curioso es que durante esos días de merecido descanso la gente estará hablando acerca de su disconformidad y su mala suerte porque el venidero 12 de octubre –Descubrimiento para unos, Encuentro de dos mundos para otros– cae domingo. Coño de la m… qué mala jugada de la naturaleza. Nada de extracción al calendario oficial de las jornadas laborales. No hay puente posible el tradicional Día de La Raza.
Ese lamento popular, muy sincero, se extiende porque el Día de Los Santos y el de los Difuntos, 1 y 2 de noviembre, caen sábado y domingo. ¡Qué fu! Coño, Diosito, cómo compensamos esa pérdida de días libres, porque en lo sucesivo solo queda esperar un decreto sobre más diversión ante la proximidad de las Navidades: 24 y 31 que caen miércoles. Entonces debemos aprovechar el jueves 4 por Santa Bárbara y el lunes 8 por la Inmaculada Concepción, otras deidades femeninas que ponen su nombre y su advocación para que todos disfrutemos y nos liberemos del maligno y destructivo poder del trabajo. A gozar un bolón, y punto.
Luis "Carlucho" Martín