Estoy almado | ¿Qué decidirá Trump sobre las sanciones a Venezuela?
26/01/2025.- No hay que hacerse ilusiones. El presidente recién juramentado de EEUU no levantará las casi mil sanciones que pesan sobre Venezuela. Sus primeros pasos en este segundo mandato presidencial indican que las utilizará para sus planes inmediatos de injerencismo, al igual como lo hará con otras naciones fuera de la órbita estadounidense.
El escenario menos malo para nuestro país es que las deje tal cual como están. Aunque ya asomó que posiblemente revierta las licencias que le permiten operar a Chevron en la Faja Petrolífera del Orinoco, porque según dijo “no necesita el petróleo venezolano”. Esa medida en curso fue avalada por Marco Rubio, su mandamás en política exterior.
Parece que es cuestión de días que eso ocurra. Si se concreta, se vislumbra un cambio en la ecuación energética actual. Según la Agencia de Información de Energía, el año pasado Venezuela ocupó el sexto lugar como exportador de petróleo a EEUU. Ahora, lo interesante es que EEUU no representa el único mercado de venta de crudo. En agosto de 2024, el presidente Maduro dijo que si EEUU “comete el error de su vida” podría otorgar a las economías del BRICS los cinco bloques petroleros manejados actualmente entre Chevron y PDVSA.
El influyente think tank estadounidense Atlantic Council, vinculado a la OTAN, al Pentágono y a la CIA, recomendó a Trump no reincindir con las actuales sanciones a Venezuela porque en el pasado “no sirvió a los intereses estadounidenses”. En un informe, la organización también explicó que, durante el primer mandato de Trump, las sanciones hicieron que la producción petrolera venezolana beneficiara a países que EEUU considera rivales geopolíticos (China, por ejemplo).
Con las sanciones, “los venezolanos sufrieron, los adversarios de Estados Unidos expandieron su influencia y Maduro permaneció en el poder”, indica Atlantic Council, que aboga por “mantener el actual sistema de concesión de licencias específicas a productores petroleros occidentales”. Es decir que Chevron continúe tal como está.
De momento, nada está decidido. Lo que sí existe es un fuerte lobby de empresarios petroleros estadounidenses para que Trump no cierre la posibilidad de extraer crudo venezolano. Le hablan de empresario a empresario. Eso explica el largo silencio que, por ahora, han mantenido sobre Venezuela, muy diferente a su primer mandato (2017-2021) cuando nuestro país estaba en el centro de su discurso bélico y visceral.
También, vale decir, que este momentáneo giro discursivo no es casual. Aprendió de la gran estafa de Guaidó. De aquella derrota geopolítica y millonaria pérdida de dinero, ahora tenemos a un Trump un poco más cauteloso y pragmático con Venezuela, sin abandonar, por supuesto, su obsesión hegemónica de reinstalar con fuerza la Doctrina Monroe en esta región.
Esta postura de Trump con Venezuela tal vez no sea por influjo de Rubio; se parece más bien a Richar Grenell, el enviado presidencial estadounidense para “misiones especiales”, incluyendo Venezuela, quien publicó en su cuenta en X: “He hablado con varios funcionarios en Venezuela hoy (...) Trump es nuevamente presidente de Estados Unidos. Y la diplomacia ha vuelto (…) hablar es una táctica”.
Por ahora, todo está en ciernes. Falta mucha agua por correr debajo del puente de la actualidad. Pase lo que pase, Venezuela no es la misma de 2017. La economía nacional se muestra en alza (más de 9% al cierre de 2024). Además, los agentes empresariales están dispuestos a remar junto a emprendedores y productores nacionales para avanzar con más fuerza hacia la recuperación del estado bienestar que Venezuela ostentaba, antes de esta vorágine de sanciones y asedio económico internacional. Ya otras naciones han logrado prosperar, pese a las sanciones. Venezuela no será la excepción.
Manuel Palma