Hoy se cumplen 207 años del natalicio de Cecilio Acosta
Gran humanista venezolano. Promovió el derecho a la educación y cultura del pueblo
01/02/25.- Cecilio Acosta, considerado una de las más prominentes figuras culturales y educativas del país, fue un importante escritor, periodista, abogado y exponente del Humanismo durante la segunda mitad del siglo XIX venezolano.
El 1° de febrero de 1818 nace en San Diego de Los Altos, en el estado Miranda, en el seno de una familia humilde, hecho este que va a influir en su dilatada vida pública y profesional.
En 1831, inicia la carrera sacerdotal en el Seminario Tridentino de Santa Rosa, en la ciudad de Caracas, la cual abandonó para estudiar Filosofía y Derecho en la Universidad Central de Venezuela, donde llega a ocupar el cargo de la Secretaría de la Facultad de Humanidades. Igualmente, fue catedrático de Economía Política y de Legislación Universal Civil y Criminal (1853) de la importante casa de estudios.
Rufino Blanco Fombona, en Estudios Históricos, destacó que Cecilio Acosta merece especial recordación porque fue uno de los mayores prosistas de la lengua castellana en todos los tiempos, pensador osado, gran jurisconsulto, espejo de rectitud y paradigma de virtud ciudadana”. Además, fue redactor del Código Penal de Venezuela.
Obras
Comenzó publicando ensayos en periódicos como La Época y El Centinela de la Patria, alrededor de 1846 y 1847.
Entre sus obras resalta uno de sus ensayos de mayor importancia, el cual tituló: “Cosas sabidas y cosas por saberse” (1856), escrito en forma de carta, dirigida a un amigo suyo. En esta, su obra más conocida, explaya de forma fresca y amena sus ideas pedagógicas, aplicadas a la realidad venezolana.
Acosta escribió también ensayos políticos, económicos, lingüísticos y de derecho internacional, y fue sin duda el emblema de los valores e inquietudes de un país en formación y crecimiento.
Sus obras completas fueron editadas en 1908-1909, con prólogo del intelectual y Héroe Nacional de Cuba, José Martí, quien además había elogiado su personalidad en un estudio biográfico del escritor venezolano. Se publicaron cinco volúmenes, donde se muestran sus variados planteamientos políticos, económicos, sociales y educativos.
Los temas que, a su juicio, debían ser claves para el desarrollo del país eran entre otros la industria, la propiedad, la electricidad, la imprenta, el vapor, el telégrafo, así como los trabajos de síntesis histórica y discernimiento jurídico, cuyo eje es la meditación sobre el progreso y lo civilizado, y el análisis de la instrucción que requería Venezuela para alcanzarlos.
Sus ideas
Fue un fiel defensor de la paz. En su principal obra señala: “La paz, es uno de aquellos beneficios que no forman algazara, que de ordinario no se aprecian, sino que más bien se malbaratan, y la única condición y el único camino para el adelanto de los pueblos”.
En el plano político, Acosta fue un liberal, no en vano proclamó: “La grande escuela, la liberal, la mía, es la que respeta la conciencia como un santuario, la ley como una institución, la libertad como un derecho, la inteligencia como una guía y la virtud como un título de merecimientos para ser considerada, y un diploma que habilita para desempeñar con rectitud los puestos del Estado”
Cecilio Acosta delinea su accionar y prefigura a su país cuando escribe: “Nunca hemos sido hombres de poder, pero sí somos hombres de doctrina. Administración política que obre y que custodie, administración de justicia independiente, gobierno responsable, libertad de imprenta y de palabra, no escrita sino en acción, enseñanza para el pueblo tanta como el aire, instrucción científica, tan amplia cual puede ser, instrucción religiosa como alimento del alma y alma de las costumbres”.
Crítico y defensor de las libertades políticas y sociales, dejó escrito en 1868: “… No queremos que la tiranía, que busca tinieblas, tenga adoradores, ni la ignorancia, que la sirve, prosélitos”.
En 1869 fue electo miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua. Cuando murió, el 8 de julio de 1881, el gran poeta cubano José Martí, le rindió un bello homenaje que comenzaba con esta frase: “Ya está hueca, y sin lumbre, aquella cabeza altiva, que fue cuna de tantas ideas grandiosas. Cuando él alzó el vuelo, tenía limpias las alas.”
No se supieron utilizar sus luces, ni se comprendió su moral. Vivió aislado en la sociedad de su época, aislado por los caudillismos triunfantes. Su ética, sobre todo, era impecable. Veces hubo en que no tuvo con que pagar las estampillas del porte de una carta; vivió y murió en la pobreza, mejor, en la miseria.
Sus restos mortales reposan desde el 5 de julio de 1937 en el Panteón Nacional, en la ciudad de Caracas.
LUCILA CONTRERAS / CIUDAD CCS